¿Cómo me veo yo como educadora de párvulos?

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Victoria Peralta directora del Instituto Internacional de Educación Infantil de la universidad Central (IIDEI) en una entrevista al diario La Nación enfatizó: "Es necesaria una formación académica superior y más profunda para tener profesionales que se dediquen también a la investigación; que sean capaces de dirigir proyectos y hacer docencia", y agregó "no basta con el título de educador para hacer clases en institutos ni menos en universidades, hay que especializarse".

Se debe reconocer que hay un déficit de programas específicos a nivel nacional que fomenten la investigación al servicio del aula, herramientas para resolver las problemáticas que surgen en esta y que permitan desarrollar técnicas.

Desde el punto de vista político la educación de los párvulos es una de las carreras más importantes para el país, sin embargo en la práctica y en la realidad es una de las menos valoradas produciéndose una extraña contradicción, son parte del grupo de adultos significativos para los niños y niñas en las primeras etapas de sus vidas, pero eso no se ve reflejado a la hora de otorgar valor social.

Las educadoras de párvulos son pieza angular de esa calidad. Y, aspectos como la formación de estos docentes, el desarrollo profesional y, las condiciones laborales en las que se desempeñan, debieran ser prioridad.

Hoy el Mineduc ofrece becas y convenios, ya que están dadas las condiciones para formarse y especializarse en el extranjero, pero existe un déficit de poca información y difusión sobre estas, además de falta de interés y conocimiento de las educadoras.

Y volvemos a la interrogante de ¿Por qué es tan importante asegurar una educación de calidad en los primeros años de vida? La evidencia internacional ha demostrado que no hay mejor inversión que la que se elabora en los primeros años de vida. Durante los primeros tres años de vida, la densidad sináptica se triplica a la que se tiene a los 20 años, por ende es la etapa de mayor potencial de aprendizaje, cuando los niños desarrollan sus primeras habilidades cognitivas y socioemocionales, las que determinarán a futuro su calidad de vida. Entonces, cabe preguntarse: ¿sabrán realmente los políticos sobre la importancia de la educación inicial cuándo hablan de ella? ¿Y si así fuera, no debería ser tema la formación y las condiciones laborales de las educadoras?

Es de suma urgencia hacer un llamado a las autoridades a hacerse cargo de las preguntas planteadas, a los apoderados a entender la real dimensión de nuestra profesión y a la sociedad en general a no aceptar que la educación inicial sea sólo entretener y funcionar como una guardería. Como país, es necesario llevar el discurso de la teoría a la práctica. Porque el mejoramiento de la educación inicial no pasa sólo por una mayor cobertura ni por la obligatoriedad de uno u otro nivel. Se necesitan también profesionales altamente capacitados y que tengan las condiciones para realizar su trabajo de la mejor manera posible. La importancia de este nivel ya está demostrada. Sólo falta la voluntad política que impulse los cambios necesarios. Debemos dejar de olvidar que la calidad de la educación inicial, debe partir por las educadoras de párvulos.

Viernes, 16 de octubre de 2015

Por: Pamela Orrego Navia