Derechos fundamentales del paciente Eutanasia.
Enviado por Stella • 5 de Enero de 2018 • 16.996 Palabras (68 Páginas) • 478 Visitas
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el latido cardíaco, e incluso, aunque puedan funcionar algunas neuronas o grupos neuronales en los hemisferios cerebrales.
Este concepto ha sido incorporado desde 1970 (año en que se incluyó en la legislación del estado de Kansas) a las leyes de numerosos países, entre ellos la española a efecto de trasplantes. La legislación española establece la necesidad de un encefalograma plano durante treinta minutos. Los requisitos clínicos de muerte cerebral han de persistir al menos seis horas desde el comienzo del coma.
La muerte puede producirse por causas naturales (muerte natural) o puede ser provocada (muerte no natural). En este segundo caso la muerte prematura puede ser causada directa y materialmente por la propia persona que muere, que quiere morir y pone en práctica su determinación (suicidio), o bien puede ser causada directa y materialmente por otro hombre, de manera que un hombre dispone de la vida de otro hombre, la elimina, le mata, lo que se llama homicidio. En todos los supuestos cabe la cooperación entre varios, incluso entre el cooperador y la víctima, por eso cuando alguien coopera con el suicida con actos necesarios para que el suicidio se practique cabe hablar de un suicidio asistido, pues el ejecutor material es el suicida pero no habría podido hacerlo sin la necesaria cooperación de un tercero. Y si el cooperador actúa por compasión de los dolores de la víctima se trata de un suicidio asistido eutanásico, en cuanto que se procura que tenga una buena muerte.
Volviendo al homicidio, puede suceder éste de forma no intencional, sin querer matar, en cuyo caso se habla de un homicidio por imprudencia. Cuando un conductor, un cazador o un médico matan a otra persona sin querer pero sin haber actuado con la mínima diligencia requerida hay un homicidio no intencional o imprudente, que se castiga por la ley en función de que la imprudencia haya sido grave o leve . Si el homicidio es intencional (se quiere matar, hay dolo) el motivo de quien mata (móvil) puede ser muy variado. SE puede matar por robar a la víctima, por abusar de ella, por amor, por venganza o por cualquier otra causa, también por compasión de los sufrimientos que padece la víctima. Cuando un hombre mata a otro hombre alevosamente o con ensañamiento el homicidio se llama asesinato, y cuando el móvil es eliminar los sufrimientos de la víctima, por piedad o compasión, procurando que muera bien, hay un homicidio eutanásico, lo que solemos llamar “eutanasia”.
En el homicidio eutanásico, una persona mata intencionalmente a otra por compasión. Y ello puede hacerse tanto por acción como por omisión (comisión por omisión), igual que en todo homicidio. Por eso carece de sentido hablar de “eutanasia activa” (por acción de quien mata) y de “eutanasia pasiva” (por omisión de quien mata) como cosas diferenciadas. Son dos modalidades del homicidio eutanásico, no dos figuras diferentes. A su vez la “eutanasia” puede realizarse con el consentimiento y a petición de la víctima que muere, es decir, de acuerdo con la voluntad de quien quiere morir y desea que sea otro quien le mate (homicidio eutanásico a petición), o sin el concurso de la voluntad del que muere, porque no puede manifestarla o simplemente porque no se le pregunta. En este caso hay un homicidio eutanásico no pedido, y el móvil del autor es la compasión de la víctima por sus enfermedades o deformaciones, y en cierto modo la mejora de la raza, por eso se habla de “eutanasia eugenésica”.
a) LA MUERTE NATURAL
Continuando con las explicaciones de José Ramón Recuero , éste autor se pregunta ¿Quién no desea morir bien? Intentamos vivir bien para eso, para tener una buena muerte. Pero no todas las muertes son como la de Juan Sebastián Bach. Profundo creyente en Dios, poco antes de morir escribió una cantata para órgano titulada Ante tu trono me presento, y en su último suspiro, rodeado de toda su familia, pidió que tocasen un poco de música, y lo hicieron, su familia cantó un coral sobre la muerte a cuatro voces, hasta que, en paz, murió. No todas las muertes son así, al contrario, frecuentemente el dolor y el sufrimiento están presentes, incluso de forma intensa y prolongada. Y un sentimiento de amor y solidaridad hacia nuestros semejantes nos lleva a ayudarnos mutuamente a morir, aliviando el dolor y si es posible evitándolo totalmente, tratando de mitigar su sufrimiento, evitando incluso unos tratamientos que lo único que podrían hacer es prolongar artificialmente la vida (lo que se llama “ensañamiento terapéutico”), y haciendo más soportable el dolor mediante analgésicos, aún con riesgo de acortarle la vida, siempre sin buscar la muerte. Ayudar a morir a otro es un elemental principio de humanidad.
Esto es morir con dignidad: morir rodeado de cariño y apoyo de los seres queridos, eliminando en lo posible los dolores y sufrimientos; de muerte natural, a su tiempo, sin manipulaciones médicas innecesarias; con serenidad, aceptando la muerte; con asistencia médica conveniente, y con apoyo espiritual según las propias creencias.
Augusto y Cervantes murieron atendidos por sus médicos. La eutanasia no debe ligarse al dolor, porque en prácticamente todos los casos éste puede evitarse. Javier Moscoso ha escrito una Historia del dolor y asegura que por su causa no tiene que haber enfermos (por causa del dolor no tiene que haber enfermos) que prefieran la muerte. Para evitarlo están los llamados cuidados paliativos del dolor, que lo alivian o lo evitan.
b) LOS CUIDADOS PALIATIVOS DEL DOLOR
El autor José Ramón Recuero , señala que los extraordinarios avances de la medicina han contribuido a prolongar considerablemente la esperanza de vida en el mundo desarrollado. Actualmente se dispone de medidas capaces de dar soporte vital prolongado, incluso a pacientes con enfermedades irreversibles, lo cual genera la lógica preocupación por las intervenciones médicas que prolongan sufrimientos inútiles en enfermos incurables. Es posible incluso mantener con vida aparente a quien ya ha muerto (encefalograma plano).
Esto requiere comenzar por aclarar conceptos, diferenciando lo que son cuidados médicos paliativos durante la enfermedad que lleva a una muerte natural, de aquellas actuaciones médicas que provocan intencionalmente la muerte del paciente, es decir, de la práctica de la eutanasia. Según el actual estado de la ciencia médica, y siguiendo el experto parecer de la Declaración sobre Eutanasia de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, compuesta por los médicos de que directamente conocen la cuestión, cabe concluir que hay determinadas actuaciones que no suponen la práctica
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