EL VERDADERO ESPÍRITU DE LAS MARCHAS MÉXICO

...

y náuseas por desprecio al gobierno, más de 200 mil ciudadanos se vistieron de blanco para exigir a las autoridades el respeto al derecho de vivir seguros. Resulta lamentable, no poder confiar en el gobierno que nos rige, convirtiéndonos, en un pueblo huérfano.

Cuatro años más tarde, se utilizó un emblema nacional para recalcar que en México no existe el olvido. Para agosto de 2008, en una marcha contra la inseguridad y delincuencia más de 80 mil personas recorrieron Reforma hasta culminar la marcha en el Zócalo de la ciudad. Entonando el Himno Nacional encendieron velas blancas como símbolo de paz contra la impunidad que arropaba al país. “Si no pueden con el paquete renuncien” gritaban los asistentes. La movilización de la marcha fue tal que desde Baja California hasta Chiapas se organizaron marchas en contra de la delincuencia vivida en México. No existe golpe nacionalista más grande, que utilizar uno de los himnos más bellos, el Himno Nacional Mexicano, como símbolo de luto. Creo que se necesitan más protestas con humanidad, de verdadero sentimiento y pasión, que dejen el mensaje que una manifestación de esta índole debe dejar; deseo y visión de cambio. ¿Existe un resultado positivo después de una protesta tan masiva? Dependiendo el nivel de organización que se presente, podemos pronosticar los resultados. Deberíamos rescatar características de las marchas en décadas pasadas, inspirarnos en esa pasión con la que se defendía al pueblo, sin necesidad de múltiples enfrentamientos o pérdidas mayores. Se ha vuelto común ver anarquistas disfrazados de protestantes, la obstrucción vial se presenta como el principal desacuerdo, aquellos a quienes cuyos trabajos resultan inaccesibles y terminan con descuentos en sus salarios, son los que en mayor desprecian tienen en contra de las manifestaciones.

Quiero hacer especial énfasis en esta manifestación, pues es de las más recientes, polémicas y según muchos “poco fundamentada”: CNTE marcha contra la evaluación docente. E un problema nacional que se extendió no solo en la Cuidad y Estado de México, sino por toda la República. Desde la Estela de Luz en junio de 2015 profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se congregaron para exigirle al presidente Enrique Peña Nieto cancelar la evaluación docente. Entre gritos y reclamos le suplicaron al mandatario nacional resolver el caso Ayotzinapa. Una protesta exuberantes, polémica y que ha atraído el ojo del pueblo mexicano, donde la educación se hundió en política, y se convirtió casi en el “estorbo” para el proceso electoral. Si bien, muchas personas están en contra de esta evaluación, una cantidad sorprendente se encuentra de acuerdo. Incluso dentro de los especialistas se encuentran contradicciones, pues la solución no es un acuerdo entre los protestantes, lo que complica aún más la situación. Docentes marcharon en Chilpancingo y realizaron pintas a edificios públicos, acto injustificable. Es una canallada destruir nuestro país cuando el supuesto propósito es sanarlo y llevarlo a un futuro mejor, pero esta no es la manera de hacerlo. "Hoy queda demostrado que Guerrero tiene capacidad de organización y está indignado por la violación a los derechos al proceso educativo y de los 43 normalistas de Ayotzinapa".

Exigir a nuestro gobierno es un derecho, pero no podemos pedir respeto sin presentar el mismo. Queda claro que el pueblo no tiene que alabar a los mandatarios, sin embargo, dañar escuelas, edificios públicos y gritar majaderías en las calles haciendo todo un espectáculo, no es la maneras más recta de hacerlo. Muchos argumentan que es imposible manifestarse sin agravios mayores, pero en este documento se desmiente. Ya hemos sido testigos de marchas memorables y representativas, en la actualidad, no se presentan sucesos tan bien organizados. Incluso el tema más irrelevante es merecedor de una protesta masiva. Entreguemos el alma y corazón a marchas que beneficien nuestro México, la organización es base fundamental, y no debería estar ausente en estas manifestaciones de constante éxito.