ENTREVISTA CON LA ÉTICA.

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YO: Creo que empiezo a entender porque no voy bien. Y.. eso de la virtud, me suena a una persona muy grande de edad.

ELLA: La práctica de las virtudes no es exclusiva de los mayores, se puede considerar una persona virtuosa aquella que tiene la capacidad de conocer la verdad acerca de lo que va a obrar, se domina a sí mismo, utiliza su inteligencia para encausar sus emociones y sentimientos, y es prudente al momento de elegir.

YO: ¿Entonces no es algo que deba aprender o tomar un curso? Y, ¿qué pasa si no soy inteligente? Yo solo decido lo que mi corazonada me dicta.

ELLA: Vamos por partes; la virtud se conoce y se practica, no se compra. La virtud es un hábito bueno, una inclinación a hacer el bien de manera natural, no impuesta ni por apariencias, es decir la virtud se practica como acto de bondad, no como conveniencia. En cada acto humano interviene la libertad del hombre, ya la tienes, tampoco necesitas adquirirla pero haces uso correcto de ella cuando empleas algo que llamamos voluntad e inteligencia. La inteligencia delibera, es decir reflexiona antes de tomar una decisión, y la voluntad es el consentimiento para decidir u obrar. Supongamos que me encuentro en un funeral, y me apetece bailar (a los jóvenes les gusta hacerlo), puedo hacerlo (libertad), yo reflexiono si es momento o no de hacerlo (inteligencia) y decido si lo hago o no en base a las consecuencias que esto traerá (voluntad). La verdadera libertad se ejerce cuando lo que haces lo haces por amor, es decir porque te das a otro.

Eso que dices que tu corazón te dicta, se llama conciencia, y no es precisamente el ángel y el diablo que tienes detrás persiguiéndote, sino que es más bien lo más íntimo de tu ser persona, tu inteligencia se ve manifestada en el conocimiento que tienes de lo que vas a hacer o has hecho, y su función es emitir un juicio sobre la bondad o maldad de ese acto.

YO: No lo había pensado de esa manera; entonces, si hago dinero de manera ilícita ¿no estoy ejerciendo mi libertad aunque con ese dinero ayude a mi familia?

ELLA: Determinamos la bondad o maldad de los actos humanos por medio de tres elementos: el objeto (lo que se hace con conciencia), el fin (el objetivo que se persigue) y la circunstancia (las condiciones en las que se hace). Los tres deben ser buenos para que el acto se considere bueno, no basta con que uno o dos lo sean. Vayamos a otro ejemplo: Sales con una chica, es bonita, pero lo hago porque esa chica también le atrae a alguien más y lo hago por hacerlo sentir mal. Este acto no es bueno, ya que no cumple con los elementos necesarios para así considerarse, por lo tanto hacer dinero de manera ilícita aunque el fin sea bueno, el objeto sigue siendo robar.

YO: Creo que hay mucho que trabajar en mi vida. No estoy haciendo uso de mi libertad de manera conciente, por lo tanto mis actos no me ayudan a ser mejor ni a ser feliz.

ELLA: ¡Excelente! Comienzas a comprender la Ética…