Efectos del SIDA en el cuerpo humano
Enviado por Albert • 6 de Marzo de 2018 • 4.991 Palabras (20 Páginas) • 474 Visitas
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Si bien este trabajo se centra en un solo tema en especifico, cabe aclarar que hacer mención de las diversas definiciones no se coloca fuera del ámbito temático que se desea plantear por lo tanto se abarcan las definiciones posibles para que el entendimiento del tema sea correspondido como tal y que llene de nuevos conocimientos a la mente humana acerca de este riguroso y desafiante tema: Los efectos del SIDA en el cuerpo humano.
CAPITULO IV. DESARROLLO DEL TEMA
Este trabajo tiene como objetivo el desenmarañar los misterios que esta enfermedad puede esconder. Se tratara de explicar los acontecimientos que el virus puede ocasionar en el cuerpo humano intentando consigo profundizar en características especiales tales como: “lo que ocurre en el Sistema Tegumentario mientras el virus se desarrolla” “¿Cuáles son los primeros síntomas que se presentan?” “Rasgos característicos del virus en el cuerpo” “anomalías en los órganos del cuerpo humano” y por ultimo “las deficiencias que se puedan desarrollar por ser portador del VIH/SIDA”.
También se pretende especificar cuáles son las zonas de mayor vulnerabilidad que nuestro organismo puede presentar ante estas situaciones que ponen en riesgo nuestra vida y la vida de miles de personas infectadas, que en ocasiones muchos de los portadores no se percatan de que son víctimas del ataque de un virus tan mortífero y dañino como lo es el VIH/SIDA.
El VIH/SIDA es hasta el día de hoy una enfermedad desconocida para muchas personas de todo el mundo en especial en las zonas en donde la reproducción sexual se hace sin tomar las medidas de precauciones correspondientes que sirven como un mecanismo de defensa ante el contagio y/o transmisión de dicho virus.
Es sin duda alguna, una de las enfermedades infecto-contagiosas más comunes llegando a cifras record en cuanto a números de contagios por día y que llega a afectar a toda la población que llega a tener contacto con ella, sin importar el ambiente y condiciones que se presenten en la zona de contagio. Es muy posible que se encuentre, dada la adversidad del virus, que sea encontrado en diversos lugares en donde las personas infectadas, hayan tenido contacto tales como el transporte público, lugares en los que se presente mucha audiencia, baños públicos y lugares de recreación en los que la persona infectada haya “estornudado” o “tosido” pues cabe mencionar que el VIH radica en las células que recorren nuestro cuerpo en busca de un lugar estable para poder desarrollarse con el tiempo y así, proseguir con su desarrollo.
Esta enfermedad se presenta en forma de organismos patógenos que llegan a colarse en nuestro organismo a través del contacto con células infectadas que llegan a entrar a nuestro organismo mediante las diversas cavidades que posee nuestro cuerpo, siendo la cavidad pélvica la preferida por dicho virus pues es más frecuente ser contagiado por las relaciones sexuales que las personas que poseen la infección pues, como ya se había mencionado, son miles las personas que desconocen que son portadoras ignorando todas las medidas de precaución correspondientes.
Es por eso que este tema es importante ante la sociedad para poder conocer a mas profundidad aquellas anomalías que se pueden presentar mientras somos portadores de este virus tan peligroso y tan misterioso en el que la mayor parte de su desarrollo, se mantiene oculto entre las sombras de nuestro conocimiento mientras poco a poco va afectando los órganos (en especial el Bazo) en busca de debilitar nuestro organismo para así poder llevar a cabo su desarrollo pleno y terminar por afectar de una manera más directa a nuestro buen funcionamiento provocando un desequilibrio homeostático.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) definimos al VIH como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (de la familia Retroviridae) el cual es un causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Es el primer paso para desencadenar un virus sumamente peligroso si no es tratado a tiempo pues este es conocido como un “lentivirus” (del prefijo latino – lenti) el cual hace alusión a la “lentitud” con la que el virus tarda en incubarse.
Existen dos tipos del VIH, llamados VIH-1 y VIH-2. El primero de ellos corresponde al virus descubierto originalmente, es más virulento e infeccioso que el VIH-2 y es el causante de la mayoría de infecciones por VIH en el mundo. El VIH-2 es menos contagioso y por ello se encuentra confinado casi exclusivamente a los países de África occidental.
El virus ha sido aislado en la saliva, las lágrimas, la orina, el semen, el líquido pre-seminal, los fluidos vaginales, el líquido amniótico, la leche materna, el líquido cefalorraquídeo y la sangre, entre otros fluidos corporales humanos.
El VIH puede transmitirse por las relaciones sexuales vaginales, anales u orales con una persona infectada (acto sexual sin protección); a través de la sangre y los hemoderivados en individuos que comparten agujas y jeringas contaminadas para inyectarse drogas y en quienes reciben transfusiones de sangre o derivados igualmente contaminados; existe un riesgo laboral pequeño entre los profesionales sanitarios, el personal de laboratorio y posiblemente otras personas que manipulan muestras sanguíneas o fluidos de personas con VIH, estudios realizados indican que el riesgo de transmisión después de una punción cutánea con una aguja o un instrumento cortante contaminados con la sangre de una persona con VIH es de aproximadamente 0.3%. Asimismo, puede transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia. Actualmente en países desarrollados la transmisión vertical del VIH está totalmente controlada (siempre que la madre sepa que es portadora del virus).
La infección por VIH se presenta en diversas etapas, identificadas por un conjunto de síntomas e indicadores clínicos. En ausencia de un tratamiento adecuado, la fase de la infección aguda por VIH inicia en el momento del contagio, el virus se replica constantemente e infecta los linfocitos T-CD4, que constituyen una parte esencial del sistema inmunológico en los seres humanos.
Por su parte, el sistema inmunológico del portador del VIH reacciona ante la presencia del virus y genera una respuesta que puede mantener la infección bajo control al menos por un tiempo, mediante la reposición de células defensivas. Al término de un periodo que se puede prolongar por varios años, el VIH se vuelve resistente a las defensas naturales del cuerpo y destruye el sistema inmune del portador. De esta manera, la persona seropositiva queda expuesta a diversas enfermedades oportunistas desarrollando la etapa del Síndrome
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