Ejemplo de trabajo etnográfico - Antropología.
Enviado por Ninoka • 10 de Julio de 2018 • 5.742 Palabras (23 Páginas) • 283 Visitas
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Como era sábado 20/06, a eso de las 5.30 de la tarde, estaban las niñas jugando futbol con el psicólogo, se notaba que algunas querían tener más posesión del balón que otras, además jugaba futbol una joven alemana –buena moza, según Sebastián- que iba algunas veces a compartir con las niñas, ya que las que no tenían familia o no tenían algún plan con otro familiar debían quedarse y de alguna forma pasar el día. Porque nuestro tiempo era escaso no íbamos a poder sumarnos al juego, por lo que de un principio no dimos muestras de interés frente a las niñas.
Martes 22/06 a las 15:00 de la tarde, en cita con el Psicólogo del Hogar, para poder obtener información con respecto al trabajo de los profesionales con las niñas. Ese día no habían niñas jugando en la cancha, como día se semana algunas jóvenes se encontraban en clases, luego nos encaminamos donde el psicólogo y al no dar con el paradero de este, recurrimos a pedir ubicación con algunas pequeñas que allí estaban. Ellas nos llevaron hasta el, y pudimos conocer poco más a fondo el lugar físico de este hogar. Ahí en una sala grande que dentro de ella se ubicaban más salas pudimos por fin dar con los profesionales. Esperando al psicólogo alrededor de veinte minutos por que él se encontraba atendiendo a otras personas, ocupamos nuestro tiempo en compartir con las pequeñas. Luego de esto, dimos vuelta alrededor del hogar para poder conocer los sitios que no habíamos recorrido antes, en consecuencia de esto vimos un parque con murales bien coloridos y mensajes esperanzadores, las más pequeñas suelen jugar en él. Al lado de este se encontraba una piscina que suponemos por el tiempo de invierno se encontraba cerrado. Luego una pequeña rubia de alrededor diez años de edad nos habla y nos pregunta quiénes éramos y que hacíamos, una pequeña rubia de ojos claros , quien nos enseñó la biblioteca, en ella vimos grandes estantes blancos con libros de distintas clases, muchos de ellos donados anónimamente y por instituciones, también 7 computadores en los que las niñas estudiaban con programas educativos, además ese día comenzarían con talleres de pintura en tela para las pequeñas, una hermana y tía se encontraban ahí. Al salir de la biblioteca y entrar por un pasillo con poca luz, encucábamos oraciones desde lejos, al acercarnos vimos a través de unas ventanas grandes a las hermanas orando alrededor de una enorme mesa.
Dos días después, viernes 26/06 a las 15:00 hrs, nos dirigimos nuevamente al hogar a una entrevista con el asistente social, mientras esperábamos pudimos observar que había un número menor de niñas en el hogar, esto se debía, según nos comentó el asistente social, a que los días viernes hay horario de visita para los padres o tutores en donde pueden compartir, durante unas horas. Además, dependiendo del caso, las niñas pueden salir durante el fin de semana para estar con ellos. Y las niñas que no estaban con tutores o padres, se encontraban alrededor de la cancha conversando o sociabilizando.
Descripción de actividades y sujetos de estudio:
Para empezar, al llegar de improviso a este hogar, nos atendió una monja asesora, quien tuvo que consultarle a la Directora (que también es hermana de la congregación) si es que podía recibirnos y ayudarnos, esta aceptó pero con la única condición de que en nuestra próxima visita lleváramos una carta, firmada por alguna figura de autoridad de la Universidad en la que explicáramos nuestras intenciones, además de la prohibición de hacer mal uso de la información obtenida ni de exponer a las niñas. Es necesario destacar que esta institución tiene funcionamientos como tal, así que mencionaremos lo siguiente:
Objetivos del hogar: Cabe señalar que el objetivo primordial del Hogar de Niñas Sor Vicenta es garantizar el bienestar y la protección de los derechos fundamentales de provisión y participación de las niñas y adolescentes que deben ser separadas de las familias a las que pertenecen producto de alguna una vulneración grave de sus derechos.
Esto implica, a su vez, evaluar competencias parentales en las familias de origen de cada menor ingresada y apoyarlas en cuanto al cuidado y formación de los hijos, para restituir en el más breve plazo el derecho de las menores a desarrollarse en su grupo familiar. Y en los casos que se requiera, la institución prepara a las adolescentes para la vida independiente.
Citas: “Si pudiera tener ángeles, tendría que darlos para servir a esas inocentes” fue uno de los mensajes de San Vicente de Paul, uno de los patrones del grupo “Hijas de la Caridad”, que se ha dedicado a entregar amor a los menores más vulnerables”.
La misión: es acoger y sanar a aquellas niñas que ingresan a nuestro hogar y que han sido vulneradas en sus derechos, como abandonos, maltratos o abusos, a través de una intervención reparatoria, que favorezca el desarrollo de sus potencialidades psicosociales, afectivas, educativas y espirituales, para su reinserción al interior de familias comprometidas con su rol protector.
La Congregación Hermanas acoge a niñas vulneradas en sus derechos y les entrega una acogida maternal, en un ambiente familiar, apoyadas por profesionales y tías que les brindan una atención personalizada basada en el cariño, respeto y amor. Sus actividades también abarcan atención psicosocial a las familias de las niñas para facilitar, en el mejor de los casos, su reinserción familiar. Junto a ellas, se busca rescatar sus valores; fortalecer sus vínculos y promover experiencias de comunión y de amor entre sus integrantes, a fin de lograr vivencias de hogar más plenas y armónicas.
El financiamiento del hogar es realizado a través de dos instituciones, la primera es el SENAME (Servicio Nacional de Menores) que tiene un aporte mensual per-cápita, que se entiende como un ingreso acorde a la cantidad de niñas acogidas por la institución.
El segundo organismo que aporta con ingresos es la Fundación REGAZO, que hace un aporte ya que son “socios” con la congregación. Pero existe además una tercera fuente de ingresos, que es más inestable en cuanto a consistencia o cantidad del aporte que se recibe de estas fuentes, llamadas en palabras de la Sor María Victoria “Bienhechores”, (haciendo el contraste a la palabra malhechor, de quien actúa mal) estos bienhechores son personas comunes y corrientes, generalmente de la misma ciudad de Los Ángeles, y que pueden ser anónimas o no, y que pueden hacer aportes tanto monetariamente, así como con ropa, zapatos, libros, alimentos, o cualquier tipo de ayuda que pueda ser de utilidad para el hogar.
Las niñas que llegan acá son derivadas directamente
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