En el escrito “Cartas a quien pretende enseñar”, Paulo Freire,

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De igual modo, está claro que para enseñar esto, primeramente, tenemos que aprenderlo nosotros mismos, y desde el rol de alumnos superar ese proceso, porque nadie puede enseñar algo que no aprendió, lo cual nos remonta a la formación académica que estamos transitando y que requiere de nosotros un compromiso a nivel psicológico y un adoctrinamiento corporal.

El docente además de estar comprometido con su aprendizaje debe entender que la escuela es un actor a nivel social y político no meramente pedagógico, y necesita conocer la tarea que va a desempeñar en beneficio de la sociedad, para que pueda garantizar la transmisión de los conocimientos requeridos por los niños en esta actualidad. Solo a través del perfeccionamiento académico podrá entenderlo, y concientizarse de que se encarga de la formación de las personas y que en torno a nuestra responsabilidad y competencia podemos repercutir de forma negativa o positiva en dicha formación.

Como nos dice (Freire, 2003): “La práctica educativa, por el contrario, es algo muy serio. Tratamos con gente, con niños, adolescentes o adultos. Participamos en su formación. Los ayudamos o perjudicamos en esta búsqueda”.

Ser docente implica una formación constante a nivel profesional, física y emocional, para que pueda actualizarse día a día y de esa forma adaptarse a las necesidades intelectuales que sus alumnos dispongan, además debe ser activo en la lucha de los derechos de la educación pública y el salario docente, dando a conocer a la población que no se ocupa un rol pasivo en la sociedad sino uno activo, que lucha día a día por la educación de la sociedad.

Actualmente, en la sociedad argentina, vemos día a día la lucha de los maestros en diarios y televisión, grupos gremiales que organizan huelgas y marchas donde exigen que sean respetados sus derechos y se unen para reclamar por una educación pública y salarios dignos, ya que el trabajo docente es desmerecido y tomado por la sociedad, la cual no entiende la importancia de la educación, como un trabajo en donde los maestros tienen que actuar como padres en vez de formadores; lo que da lugar a conflictos sociales en donde el docente queda en medio, y todos tienen derecho a cuestionar y opinar sobre cuánto debe ganar, y que debe hacer para mejorar pero nadie se pone en su lugar para brindar apoyo.

Es por eso que la sociedad debe entender que los maestros juegan un papel crucial en la sociedad, y no se puede reducir al trabajo de padres, porque a la escuela no se va a aprender lo que se supone se aprende en casa, sino a adquirir un conocimiento que nos ayude a conocer la historia de la cultura en la que estamos inmersos.

En lo que respecta a los reclamos, dejamos afirmado que adherimos completamente a ellas, ya que la unión genera la fuerza necesaria para dignificar el trabajo docente, y que es nuestra responsabilidad dar a conocer nuestras problemáticas.

Otra de las cosas que debe hacer un maestro, es poner los límites a los alumnos, pero sin condicionar su libertad de expresarse y pensar diferente siempre existiendo el debido respeto en la relación alumno-docente ya que se puede aprender uno del otro, el niño como alumno para aportar variedad de conceptos y formar su subjetividad y el docente para su formación diaria.

En conclusión, y gracias al aporte del libro y de otros autores como Silvina Gvirtz, sostenemos que la tarea docente es de plena importancia en la sociedad, porque la educación no implica solamente un proceso pedagógico, sino uno social y político, que posibilita la supervivencia de todo orden social, sin educación, cada individuo que conforma la sociedad tendría que reconstruir por si solo el patrimonio de la humanidad.

El docente debe ser juicioso y velar porque exista respeto y democracia para cada alumno sin importar su condición social, posición económica, religión, y merecemos ser tratados con igualdad, ya que para asegurar un aprendizaje debemos esforzarnos cada día más para lograr alcanzar las metas propuestas.

Bibliografía

Caruso Marcelo, D. I. (2003). La invención del aula. Una genealogía de las formas de enseñar. Bs. As: Santillana.

Freire, P. (2003). Cartas a quien pretende enseñar. Bs. As: Siglo XXI Editores S.A.

Hassoun, J. (1996). Los contrabandistas de la memoria. BS. AS: Ediciones de la Flor S.R.L.

Narodowski, M. (1994). Infancia y Poder: La conformación de la pedagogía moderna. Capital Federal: Aique Grupo Editor S.A.

Pablo Pinneau, I. D. (2001). La escuela como máquina de educar. Editorial Praidós.

Palacios, J. (2012). La cuestión escolar. Texto N° 7 , Módulo 1.

Serra, M. S. (2010). ¿Cuánto es una pizca de sal? Acerca del juego de la transmisión y las reglas de la pedagogía. Serie Seminarios del cem. Del Estante Editorial.

Silvina Gvirtz, S. G. (2007). La educación de ayer, hoy y mañana. El ABC de la pedagogía. Aique.