En honor al espíritu santo.
Enviado por Rebecca • 11 de Marzo de 2018 • 1.186 Palabras (5 Páginas) • 458 Visitas
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encuentra en todo lugar y creerlo de corazón, influye en la conducta y santidad. “Anhelar la unción del Espíritu Santo es desear la manifestación de la omnipotencia de Dios en nuestra vida.”
Además habla de que el saber que Dios está con nosotros en todo lugar nos hará llevar una vida de santidad.
Si aprendo a habitar en la omnipresencia de Dios tendré el honor de ver su omnipotencia.
Mi caminar será más recto cuando esté convencido de que no puedo hacer nada a espaldas de Dios, cada movimientos que realice, cada acción que haga, él estará de cerca vigilándome, no importa cuánto esconda mi pecado de los hombres, no lo lograré esconder de Dios.
El portarse bien no es cuestión de religión o pertenecer a una iglesia, más bien es buscar la aprobación del Padre Celestial Debemos comportarnos en la tierra como si ya estuviéramos en el cielo, porque él está en ambos lugares.” relacionando esto porque dice que algunas personas esperan cambiar su actitud al llegar al cielo.
Un abismo llama a otro abismo
En este capítulo se cuenta una anécdota que pienso que se refiere a que cuando la unción está sobre la vida de alguien, la atmósfera del lugar puede cambiar y ser convertida en un ambiente de poder. Dios no quiere que le sirvamos por compromiso ni mucho menos hacernos sentir como sus robots, todo lo contrario, él quiere que le sirvamos voluntariamente y que vivamos para obedecerle. Cuando uno de mis abismos se llena por la cascada del Espíritu, ese va y busca en mi interior otro abismo que esté vacío, y lo llama para que se ponga debajo de la misma cascada y sea lleno. La sed espiritual es muy diferente a la sed bilógica que sentimos en nuestro cuerpo físico. La sed natural es calmada al beber agua, la espiritual cuando bebo del Señor. La unción siempre está y estará presente para lo que Dios la dejó y para lo que la Palabra mandó, no para lo que cada uno de nosotros imagine o desee.
¡Qué extrañas órdenes!
En este capítulo el autor muestra unas escenas de los discípulos de Jesús en cuanto a recibir órdenes y ellos a mostrar obediencia, relata la historia cuando Jesús los envía a traer un burrito en una aldea y sin mediar palabra ellos salen aunque tal vez cuestionando pero van y lo hacen, también cuenta la historia de la vez que debería pagar impuestos y como estos no tenían el dinero en ese momento y Jesús le dice a Pedro que vaya a pescar y le da una orden específica que el primer pez que sacara tendría una moneda de plata en la boca y con esa moneda poder pagar el impuesto, el autor hacer llevar imaginariamente a la escena para ver como la orden era extraña ya que a quien envía es un pescador no un novato y no solo eso éste pescaba con redes no con anzuelo, pero el punto acá en ambas historias es notar la obediencia de los discípulos, muestra el autor que Dios ha dejado a las personas que nos rodean para aprender a obedecer y luego aprender a obedecer a Dios de una manera prácticamente ciega.
Al llegar a este momento el autor muestra que seguir a Jesús y a su Espíritu Santo es cuestión de obediencia, y, que si somos capaces de obedecer a nuestros padres o seguir las órdenes de un jefe en los momentos más difíciles entonces seremos capaces de obedecer al Espíritu Santo en todo. Esta frase lo describe mejor “Mientras no estés dispuesto a obedecer lo que no te gusta hacer, no podrás ver en tu vida y ministerio una unción poderosa.”
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