Enfermedades de la salud mental
Enviado por tolero • 19 de Diciembre de 2017 • 6.487 Palabras (26 Páginas) • 679 Visitas
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La anti psiquiatría define que la teoría de la enfermedad mental es científicamente imprecisa y su estatuto está aún por definirse. La psiquiatría como institución represora es incompatible con los principios de una sociedad democrática y libre, y debe ser abolida.
En 1961, Thomas Szasz, médico psiquiatra, psicoanalista y actualmente Profesor Emérito de la Universidad del Estado de New York, publicó El mito de la enfermedad mental, que inició un debate mundial sobre los denominados trastornos mentales. Szasz anota que la mente no es un órgano anatómico como el corazón o el hígado; por lo tanto, no puede haber, literalmente hablando, enfermedad mental. Cuando hablamos de enfermedad mental estamos hablando en sentido figurado, como cuando alguien declara que la economía del país está enferma. Los diagnósticos psiquiátricos son etiquetas estigmatizadoras aplicadas a personas cuyas conductas molestan u ofenden a la sociedad, así pues, lo que la gente llama enfermedad mental como tal, no existe. Lo que hay son conductas, conductas anormales.
“Las personas afectadas por problemas de salud mental… Además, son objetos de exclusión debido a la naturaleza especifica de sus problemas de salud, que conducen a una desvalorización de su posición social y generan autoexclusión por temor a ser discriminadas” (Acuña y Bolis, 2005).
Las políticas públicas y los planes nacionales de salud mental, al no contemplar la promoción y protección de los derechos humanos de las personas con enfermedades mentales, pueden hacerse cómplices de atropellos a la autonomía, la privacidad, la integridad física, libertad y propiedad de éstas personas, tanto en establecimientos de salud como fuera de ellos. Las políticas de salud mental y los actuales modelos de rehabilitación, pueden incluso, violar los derechos humanos de los pacientes cuando son implementadas sin un marco legal que les dé adecuada protección.
Para la sociedad, una persona considerada dentro de los márgenes de locura, es una persona ambigua, cuyo comportamiento no deja de ser incierto, por lo cual se constituye como alguien en quien no se pude confiar, porque, amenaza con desenmascarar estructuras de poder irregulares, es decir, la existencia de universos simbólicos alternos al establecido por el grupo dominante.
CAPÍTULO 2 NIÑOS Y ADOLESCENTES: EL DESEQUILIBRIO EN LA SALUD MENTAL
4.1. Evolución del proceso químico y desarrollo de la salud mental en la etapa de la infancia y adolescencia.
Los problemas de salud mental en niños y adolescentes presentan una serie de características propias que hacen necesario un abordaje específico y adaptado a las particularidades presentes en estas franjas de edad.
A través de los años, los avances en la neurología y la investigación han simplificado la manera en que los psicólogos, psiquiatras, y otros profesionales, diagnostican y tratan los problemas de salud mental. El cerebro está compuesto por neurotransmisores, este consiste de billones de neuronas o células que se comunican entre sí. La comunicación entre las neuronas mantiene todas las funciones corporales, nos informa cuándo se para una mosca en nuestra mano, o cuándo sentimos dolor. La comunicación entre las neuronas está controlada por el tipo y los niveles de neurotransmisores del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas que controlan y crean señales en el cerebro entre las neuronas y dentro de las mismas. Sin los neurotransmisores, no existiría comunicación entre las neuronas. El corazón no recibiría ninguna señal para latir, los brazos y las piernas no se moverían, etc. al identificar cuáles neurotransmisores controlaban ciertas funciones del cuerpo o cuáles se relacionaban con ciertos problemas emocionales o psiquiátricos. Se encontró que la serotonina estaba relacionada con la depresión y, posteriormente, con una serie de enfermedades de salud mental como la anorexia y el trastorno obsesivo compulsivo.
Los niños que se enfrentan a un desequilibrio químico en el cuerpo pueden mostrar signos de desafío y la enfermedad mental. Algunos niños sólo son tratados por sus síntomas, más que una enfermedad; esto hace un diagnóstico preciso difícil. Cuando esto ocurre, puede conducir a graves problemas de salud mental.
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Determinar exactamente qué causa ese desequilibrio ha sido un desafío para la medicina, muchos expertos en neurología creen que los procesos de pensamiento a menudo conducen a alteraciones e interrupciones en las actividades de los neurotransmisores. Por ejemplo, una personalidad pesimista tenderá a habitar siempre sobre el negativo, dando lugar a la inhibición de endorfinas en su cuerpo que puede conducir a una alteración de neurotransmisores normales y pulsos de señal.
Otras teorías que se evalúan sobre las causas del desarrollo de un desequilibrio químico son las siguientes:
- Genética: Una teoría popular sobre la causa de los desequilibrios químicos es la genética. Las personas tienen mayor riesgo de desarrollar una enfermedad mental si tienen un pariente cercano con el mismo trastorno. Es posible que lo mismo sea cierto para el desequilibrio de los neurotransmisores
- Desarrollo irregular del cerebro: Las irregularidades en el desarrollo del cerebro de una persona son otra posible explicación para los desequilibrios químicos.
- Pensamientos y Conductas: Los pensamientos y las acciones afectan a las respuestas emocionales y ayudan a las reacciones humanas a situaciones diferentes. Los niveles excesivos o incluso la falta de tales reacciones emocionales podrían ser responsables de crear desequilibrios químicos que causan ciertos trastornos mentales.
4.3. Principales enfermedades mentales desarrolladas durante el proceso de crecimiento de una persona.
Desarrollo de la enfermedad mental en la primera infancia
Algunos trastornos como el autismo, la esquizofrenia infantil o psicosis primarias, se producen producir ya en el primer contacto con el lenguaje que implica un doble movimiento: el niño es incluido en el lenguaje por el Otro que le dispensa sus cuidados, pero, a su vez, el niño debe consentir a esa mediación del lenguaje en su relación con el Otro a través de la demanda que le dirige.
este proceso incluye desde sus inicios la simbolización de los objetos, la simbolización de la presencia y la ausencia del Otro, la organización y soporte simbólico de la función imaginaria, es decir, de todo lo que se refiere a la constitución
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