Ensayo Ley Talento Humano

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Tal vez, el inicio del problema radica en que, en Colombia el SGSSS está clasificado dentro del régimen subsidiado y la Ley 100 se basó en suposiciones de comportamiento económico que estaban lejos de la realidad. Es decir, lo que se esperaba que sucediera (en el aspecto económico) no sucedió.

Por ejemplo:

Se esperaba que en 1993 el crecimiento anual de la economía sería de un 4% y que generaría mayores empleos, generando así más ingresos por causa de impuestos; lo que redundaría en más dinero para financiar más recursos.

Se suponía además que se contaría con un buen flujo de recursos. Pero no se contaba con que la Constitución estableció que Colombia es un país descentralizado.

Esto significó que los recursos para la salud y la educación serían manejados por los entes territoriales creando una larga cadena de intermediarios que tuvo como resultado que muchos de los recursos simplemente no fueran recibidos por los destinatarios correspondientes.

Entonces sucedió que la economía no creció como se esperaba ya que en el año 1994 se afrontó el problema por las denuncias de que dineros ilícitos habían financiado al gobierno y los recursos de apoyo esperados por parte del gobierno de Estados Unidos no fueron recibidos. Esto dio como resultado una recesión que afectó en alto grado al sistema de salud.

Después en 1999 se enfrenta una nueva recesión y fue imposible cumplir con las metas de crecimiento económico que iban a traer más creación de empleo. Para completar, la Organización Mundial de la Salud había creado una fórmula llamada Salud Para Todos que pretendía que, para el año 2000, hubiera cobertura universal y planes igualitarios y había que cumplir con la obligación de esa fórmula.

En 2008, la Corte Constitucional emitió la sentencia C760 aduciendo que la salud era un derecho conexo con la vida y no un derecho económico, volviendo la atención en salud, en un derecho fundamental y por tanto una obligación del Estado haciendo que hubiera más presión financiera sobre las EPS.

Esas circunstancias indujeron a las EPS en una crisis financiera.

Por otra parte, los médicos no pueden ser indiferentes ante esta crisis que afecta de forma negativa la prestación de los servicios de salud.

La reforma que la ley 100 introdujo con muy buenos propósitos, se ha ido en contra del ejercicio de la medicina como profesión, manipulándola y explotándola y poniéndola en contra de pacientes y médicos.

Y es que si hay control, en la práctica no funciona. Porque cómo podrían funcionar bien entidades que no cuentan con información segura y confiable sobre la que realizar sus cálculos actuariales, adelantar campañas, realizar investigaciones científicas y educar al usuario?

Además, la ley 100 creó nuevas entidades con ánimo de lucro que actúan como intermediadores. Lo que hicieron entonces, fue convertir la salud en un producto de mercado donde el recurso humano encargado de atender los pacientes, es simplemente un medio que permite obtener un mayor ingreso económico para estas entidades sacrificando para este fin la calidad del servicio, la remuneración de los médicos y profesionales de la salud, sus prestaciones económicas, etc.

Alguien dijo alguna vez –y muy bien dicho- que “un país sin investigación, sin ciencia ni tecnología, no tiene futuro”.

Me permito finalizar este documento citando literalmente palabras del doctor Floro Hermes Gómez, docente de la Universidad Libre, seccional Cali:

“El daño progresivo, imperceptible, lento y mortífero de la atención de la salud para Colombia consiste en una difícil y azarosa dificultad para la obtención oportuna de una enfermedad padecida (largas esperas y múltiples barreras); en la racionalidad inmoral de la medicina gestionada centrada en el aseguramiento del pago de la cuenta que ignora las necesidades del paciente; en la contención de gastos de atención de la salud dilatando la cita, evitando exámenes necesarios basada en una auditoría médica imperita y negando atenciones contempladas en el Plan Obligatorio de Salud.

Igualmente, el daño está en el establecimiento de protocolos clínicos y terapéuticos desarrollados por médicos y profesionales de la salud sin formación doctoral que ignoran la mejor evidencia científica y someten las órdenes terapéuticas a un caprichoso, irracional y mal intencionado vademécum; y en la hipocresía reinante de enmascarar el deseo de lucro.

Considero que es necesario leer la Ley 100 no como un desacierto sino como un diseño político institucional hecho por la élite política nacional colombiana para enriquecerse y enriquecer a los intermediarios financieros del sector, como lo sustentan el control irracional de los costos y el sacrificio de la calidad, con el afán desmedido de asegurar el lucro, que convirtió al servicio público de la atención de la salud en un próspero negocio (SIC)”.

Fuentes de Información

- http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13617257

- http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-386X2007000100012

- http://www.ley100.com/portal/

- http://www.temvalle.org/revista/revista-tribuna-etica-medica%20vol-3%20N-1.pdf

- http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley_0100_1993_pr002.html

- https://es.wikipedia.org/wiki/Seguridad_social_de_Colombia