Enseñanza y aprendizaje - Trabajo Práctico

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Como señalaba Comenio, la educación comienza desde la casa, desde la familia, para que luego la escuela pública se continúe la tarea. Kant, coincidirá en que el hombre es un animal disciplinable.

El niño no nace, se hace, se fabrica, mediante la acción adulta.

Los valores transmitidos por la educación y por el trabajo, en Pinocho y en toda la modernidad, son cruciales en la formación de la infancia. Pinocho se hace niño cuando trabaja y estudia, cuando es capaz de ser laborioso, responsable, prudente; y esto es lo que se pretendía lograr con todos los infantes, ya que el mundo fuera de la escuela es considerado malo, hostil, perverso, plagado de tentaciones, vagancia y codicia.

Ahora bien, en el cuento de Pinocho de Rodari, situado en un nuevo contexto literario, político, social, económico y cultural, el progreso ha desatado guerras, condenando al hombre, sumido en la ignorancia. El mundo no es de los buenos, los honestos, los estudiosos, y los trabajadores, sino que, por el contrario, el éxito parece venir de la mano de la estafa, la mentira y la ignorancia. La mentira se transforma en una especie de ascenso social y reconocimiento político.

Su Pinocho no tiene padre, madre o constructor. Se hizo solo y se ha transformado en un empresario; su riqueza y bienestar no son fruto de su voluntad, sino de la astucia para aprovechar las oportunidades que el crecimiento de su nariz mentirosa le permite.

Esta adaptación o versión del cuento abre interrogantes sobre el engaño como fundamento de la cultura de su tiempo, de este tiempo. Mentira y verdad se transforman en objetos de transacción comercial, salen del terreno de la condena moral para instalarse en el campo del triunfo económico.

Este cuento tiene 3 finales:

- El poder del dinero se articula con el poder político. Pinocho es caritativo, logra el reconocimiento y le erigen un monumento.

- En la cara del capitalismo asoma el rostro de la codicia y venganza. Pinocho desconoce su propia historia y cree que se ha inventado a sí mismo, pierde toda su riqueza cuando lee: “El autor de Pinocho es Carlo Collodi”

- “Un hombrecillo que se las sabia todas” lo obliga a decir la verdad llevando al extremo su codicia, lo incita a mentir sobre la propiedad de todos sus bienes y Pinocho se quedo solo y pobre.

Rodari propone reconocer un niño capaz de tomar distancia de la moralidad lineal de aquel relato para reflexionar y crear. Acerca a los niños a pensar en su época, signada por la crisis de los valores modernos.

El niño es reconocido como presente que puede elegir y narrar la historia nuevamente a partir de sus elecciones.

En el presente, el niño es incitado y es capaz de tomar sus propias decisiones, portador de derechos propios, consumidor, se le habla directamente al niño, considerándolo capaz de tomar decisiones propiamente adultas. Los tres finales de este Pinocho, nos remite a pensar en la multiplicidad de infancias, donde dependiendo de los gustos del niño, de su carácter, de su contexto, o de otras cuestiones, pueda elegir el que más le guste.