Este trabajo tiene la intención de atacar la problemática de relacionada al difícil acceso para créditos públicos en el estado de Nuevo León, contribuir en la solución para el desahogo de la burocracia existente en los procesos de asignación de re
Enviado por Ensa05 • 11 de Julio de 2018 • 2.485 Palabras (10 Páginas) • 404 Visitas
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- Deficientes controles internos. La deficiencia de controles internos ha sido una constante en la actuación de las entidades de fomento. Esta falla se presenta en materia de decisiones de préstamos o de sistemas de seguimiento, y en mecanismos de auditoria interna o sistemas de información gerencial, en los que la información no es oportuna o suficiente para realizar un buen control.
- Volumen excesivo de préstamos. Los bancos de desarrollo con frecuencia otorgan préstamos en un nivel excesivo en relación con su capital y su valor en depósitos, ocasionando que se encuentren descapitalizados y que su base para absorber pérdidas resulte insuficiente ante problemas de deterioro en su cartera de préstamos.
- Alta concentración de los préstamos. Debido a la función que está llamada a desempeñar la banca de desarrollo en atención a sectores prioritarios, sus actividades están concentradas en sectores específicos de prestatarios. En tal caso, la crisis de determinado sector representa un riesgo latente para la calidad de cartera que esta banca concentra y por tanto para efecto de su solvencia. La concentración de riesgos es especialmente peligrosa, cuando la concesión de apoyos se basa en una evaluación errónea de la calidad del prestatario.
- Deficiente recuperación.84 Las tasas de recuperación de los préstamos han constituido un difundido problema. Este se relaciona directamente con préstamos vinculados y prácticas fraudulentas, particularmente cuando el beneficiario presupone que nunca se adoptarán medidas para la recuperación de los préstamos. Adicionalmente al mantenerse obsoletas las prácticas legal y judicial sobre quiebra y ejecuciones, la recuperación de los préstamos a través de los canales legales resulta difícil y demorada. Es posible que la falta de recuperación crediticia pueda estar propiciada por factores que alientan la falta de cumplimiento de los deudores. No obstante, hay que reconocer que los bancos públicos, en ocasiones, otorgaron créditos inadecuados con tasas, comisiones y plazos que aparentemente les daban alta rentabilidad, pero que ponían a sus clientes en serios aprietos de liquidez y solvencia. La privatización de los intermediarios a principios de los noventa, la apertura económica y la política de control macroeconómico sacaron a relucir a diversos clientes en esa condición.
- Mal diseño de tasas efectivas de interés y frecuencias de pagos. Los bancos de desarrollo obtienen recursos con fuentes de financiamiento cuya frecuencia de pago es mayor a la que cobran a sus acreditados, es decir, los bancos de desarrollo proporcionan descuentos a intermediarios financieros con ritmos de vencimiento menores al mensual, inclusive hasta al anual, pero al hacerlo, crean distorsiones en perjuicio de su nivel de solvencia y rentabilidad.
- El problema no se limita a tener diferenciales de tasas y subsidios reales que dependen de la periodicidad de las liquidaciones. La dificultad también estriba en que esos factores son afectados por los niveles de inflación y las tasas de interés de referencia (CPP y CETES). Al no acumular mensualmente los réditos, se crea mayor discrepancia entre las tasas simples de los créditos cobradas por los bancos de fomento y las normales del mercado (compuestas, al ser efectivamente pagaderas en forma mensual). Para los bancos desarrollo, el cobro de los intereses en plazos mayores al mensual provocó que éstos no lograran resarcir los costos acordes con los de una captación de fondos que, por su parte, exige el pago mensual de intereses. Este problema es atribuible más que a problemas de ingeniería financiera, a un largo proceso de negociación sectorial.
- Deficientes esquemas de amortización y reestructuración ante riesgos de mercado. La inflación elevada por la que atravesó el país a partir de los ochenta, puso a muchas empresas en graves dificultades de liquidez y en la imposibilidad de cumplir con sus compromisos financieros, debido a que exigió en lo inmediato (por la vía de los intereses) liquidaciones reales mayores que las que tendrían que hacer de haber sido baja.
- Los bancos de desarrollo, generalmente no están en condiciones de aclarar la verdadera situación de las empresas en un medio inflacionario y carecen de instrumentos adecuados que corrijan el fenómeno de amortización acelerada provocado por periodos de alta inflación. Al no ofrecerse un mecanismo estable para la corrección de distorsiones impuestas por la inflación, las empresas con pasivos reestructurados quedan en el mismo camino peligroso de la amortización acelerada y corren el riesgo de tener que solicitar renegociaciones de sus créditos de manera recurrente con grandes sacrificios en las tasas de interés activas de los bancos de desarrollo.
- No obstante que nuevos esquemas de liquidación de créditos han abierto el camino para que las prórrogas de vencimientos puedan realizarse sobre bases sanas y para que las empresas no tengan que solicitarlas recurrentemente, hace falta que la banca de desarrollo aproveche mejor estas oportunidades. Los esquemas de amortización de créditos actualmente se basan en entornos de relativa estabilidad inflacionaria a pesar de las amargas experiencias del pasado. La aplicación de los esquemas de amortización acelerada continúa como una necesidad, aunque pareciera menos apremiante al abatirse la inflación. El instrumento solo ha sido aplicado para postergar las amortizaciones de manera indefinida y fue dejado de lado el criterio de una aceptable rentabilidad potencial de las unidades productivas al momento de su aplicación.
- Alto riesgo cambiario en la composición de fondos. La importancia relativa de los recursos patrimoniales entre las fuentes de financiamiento de la banca de fomento es muy baja respecto del nivel de recursos externos. Tal composición implica riesgos monetarios importantes. En efecto, cuando un banco de desarrollo obtiene como parte de sus fuentes de financiamiento, créditos en moneda extranjera y los convierte en moneda local con el fin de prestar estos recursos, asume el riesgo cambiario. Al producirse una devaluación, la amortización de sus préstamos externos en moneda local resulta al banco mucho más costosa. Este hecho ha sido recurrente en la historia de los bancos de desarrollo. Después de 1960, las devaluaciones (1954, 1976, 1982 y 1994) han producido un problema serio, ya que casi todas las obligaciones externas de los bancos de fomento han sido denominadas en moneda extranjera mientras sus activos lo hacen en pesos, lo cual implica que dicha banca asuma todo el riesgo, y en última instancia, el costo de las devaluaciones. Al contraer estas entidades, deuda en dólares, asumiendo el riesgo cambiario con la confianza derivada de la época de estabilidad, y canalizar créditos en pesos, son objeto de graves
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