Fuerzas Enseñanza de las Ciencias Naturales
Enviado por Albert • 20 de Octubre de 2018 • 2.544 Palabras (11 Páginas) • 289 Visitas
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El movimiento según Aristóteles:
Uno de los temas de interés para Aristóteles, eran los cambios. Él distinguía entre potencia y acto. El cambio es precisamente, el tránsito entre potencia y acto. A partir de esta idea, diferenciaba materia de forma. La materia es lo pasivo de las cosas, mientras que la forma son las propiedades que tienen implícita la potencia, que explica los cambios. Por ejemplo, una semilla es, en acto, una semilla, pero es en potencia un árbol. Entonces, para Aristóteles, forma y materia determinan la naturaleza de las cosas, y por lo tanto su comportamiento natural. Siguiendo el ejemplo, germinar es parte de la naturaleza de la semilla, así como también la caída es natural para una piedra. En la filosofía aristotélica, estos cambios persiguen una finalidad.
La transición entre potencia y acto, solamente se produce si actúa algún agente activo. En las palabras de Aristóteles: “todo lo que cambia debe ser cambiado por algo”. Sin embargo, estos agentes pueden ser intrínsecos o extrínsecos a los objetos. El primer caso, es el que corresponde al ejemplo anterior de la piedra que cae o la semilla que germina. El segundo, podría corresponder a una piedra que se levanta del piso, o una flecha que se dispara con un arco. Estos dos tipos de cambio, Aristóteles los denomina como cambios naturales y cambios violentos o forzados.
En particular para el caso del movimiento de las cosas, en la filosofía aristotélica, cualquier movimiento se explica a partir de la forma de las cosas, y un agente activo que puede transformar en acto su potencia. Este agente activo puede ser natural o forzado, pero en todos los casos, los cambios que se producen debido a ellos tienen una finalidad subyacente. Volviendo al ejemplo de la piedra: ésta cae por su propia naturaleza, y la finalidad de este cambio es la búsqueda de su “lugar natural”, que es el “centro de la Tierra”. El humo que se eleva, y nunca cae, lo hace así porque es su naturaleza. Estos son los dos posibles cambios naturales para Aristóteles: movimientos directamente hacia arriba, o directamente hacia abajo. Será uno u otro según la naturaleza propia de las cosas. Los movimientos circulares también estaban dentro de los posibles cambios naturales, pero solamente podían producirse en los cielos.
El movimiento violento en principio parece sencillo y evidente. Algunos ejemplos podrían ser la imposición de movimiento a un barco por parte del viento, o el movimiento de un carro otorgado por un animal o una persona que tira de él. Sin embargo, hay casos en los que aparecen complicaciones, que Aristóteles logró explicar con algunas ideas que “se escapan” de lo perceptible. Por ejemplo, la cuerda de un arco mueve la flecha al dispararla, pero después, para continuar su movimiento se hace necesario invocar otro agente activo. Aristóteles imaginaba que había una brecha en el aire que causaba un efecto de apriete en la parte trasera de la flecha. Esto sucedía a medida que el aire se iba corriendo, para evitar que se formara el vacío en el recorrido de la flecha.
Eje didáctico:
Consideramos que desde tempranas edades, los/as niños/as llegan a las aulas con algunas nociones, observaciones, e interpretaciones que intentan darle sentido al mundo natural que los rodea. Por este motivo, la construcción del conocimiento científico escolar, supone tener en cuenta los conocimientos que los/as alumnos/as ya han construido en su vida cotidiana, para que logren de manera progresiva, elaborar nuevas interpretaciones respecto a las explicaciones sobre diversos fenómenos naturales, desde una perspectiva más relacionada a la forma de producción de la ciencia y el conocimiento como actividad humana.
En este sentido, el Diseño Curricular para el Segundo Ciclo de la Escuela Primaria, propone que los/as alumnos/as avancen en el proceso de recortar, diferenciar, conocer objetos, fenómenos, procesos y situaciones, como así también, logren identificar regularidades, realizar generalizaciones, e interpretar cómo funciona la naturaleza. Para ello, es necesario que se promuevan cambios en los modelos iniciales de los/as alumnos/as mediante situaciones de enseñanza que se encuentren orientadas a que puedan acercarse progresivamente a la representación de esos objetos y fenómenos. El Segundo Ciclo avanza, en relación al primero, en una progresiva especialización del conocimiento que se ofrece a los/as alumnos/as. En este sentido, se debe proponer el estudio más sistemático tanto de los fenómenos como de los procedimientos que se utilizan para abordarlos. Desde este aspecto, se debe alentar a que logren superar los saberes espontáneos que ellos/as ya poseen, mediante la organización de sus conocimientos, su categorización y generalización.
Desde esa perspectiva, es necesario fomentar en los/as alumnos/as desde edades tempranas, el aprecio, el interés, y la curiosidad de seguir enriqueciendo sus conocimientos del mundo natural, aportándoles herramientas que contribuyan al desarrollo de sus capacidades de indagación. Esto implica que el aprendizaje de conocimientos científicos esté estrechamente vinculado con el aprendizaje de los modos de conocer propios de las Ciencias Naturales, como la capacidad de formular preguntas, de describir, de observar, de discutir sus ideas, de buscar información relevante, de hacer hipótesis, de confrontar sus ideas o de analizar datos. Asimismo, pensar la enseñanza – aprendizaje bajo la premisa de que se deben generar condiciones para acercar a los/as alumnos/as hacia una alfabetización científica que esté al alcance de todos, debe tener como propósito el desarrollo de ciertas capacidades relacionadas con el modo de hacer de la ciencia, el pensamiento crítico y autónomo, la formulación de preguntas, la interpretación de evidencias, las contrastación y el debate como herramientas para la búsqueda de consensos, entre otros.
Simultáneamente, si tenemos en cuenta que el enfoque actual para la enseñanza de las Cs Naturales considera primordial no aislar a la ciencia de la complejidad e historicidad de los procesos, la actividad científica debe implicar una búsqueda de estrategias adecuadas para resolver problemas y dar respuesta a los interrogantes, convirtiendo los fenómenos naturales en hechos científicos, es decir, hechos vistos desde las teorías. Desde este aspecto, el lenguaje científico escolar se presenta como un instrumento que da cuenta de las relaciones entre la realidad y los modelos teóricos, los cuales deben ser tenidos en cuenta para la comprensión de las ideas y los conceptos que más adelante se representarán en vocablos científicos.
Las ideas sobre las fuerzas
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