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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y DOCENCIA

Enviado por   •  21 de Septiembre de 2018  •  3.819 Palabras (16 Páginas)  •  228 Visitas

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Para estos y otros muchos teóricos la IE cuenta con habilidades como la capacidad de ser conscientes de las emociones que sentimos, de cómo utilizamos esas emociones al expresarnos, como controlamos esas emociones y como somos capaces de reconocer emociones en las personas que nos rodean, entre otras.

En el campo de la educación la IE ha venido cobrando una importancia significativa a lo largo de las últimas décadas, ya que se ha podido observar como lo comenta Shapiro (1997) en su libro La inteligencia emocional en los niños que “el entusiasmo de este concepto se ha extendido a partir de las consecuencias para la crianza y educación de los niños”. Los estudios han revelado que el manejo adecuado de la IE da como resultado niños más entusiastas y que esto los acompañara o se verá reflejado también en su vida adulta.

Fernández y Extremera (2003) en su artículo La inteligencia emocional en el contexto educativo hacen referencia de que los docentes deberían aprender sobre IE puesto que esta serie de habilidades les permitirían afrontar con más éxito el estrés laboral al que se encuentran sometidos y a la ves por ser los referentes más cercanos que tiene los alumnos ante una socialización emocional pueden llegar a ser los lideres emocionales de sus alumnos.

Cualidades del docente emocional

Para que los alumnos aprendan y desarrollen las habilidades emocionales es necesario que cuenten con un educador emocional. El docente involuntariamente se convierte en un agente activo de desarrollo efectivo en sus alumnos y por ello debería de hacer uso consiente de esas habilidades en su trabajo.

“El profesor, sobre todo en los ciclos de enseñanza primaria, llegará a asumir para el alumno el rol de padre/madre y será un modelo de inteligencia emocional insustituible. Junto con la enseñanza de conocimientos teóricos y valores cívicos al profesor le corresponde otra faceta igual de importante: moldear y ajustar en clase el perfil afectivo y emocional de sus alumnos”. (Extremera y Fernández, 2003 p. 2)

En México actualmente la enseñanza se imparte bajo un modelo de Educación basado en competencias en donde el término competencias es considerado como una combinación de conocimientos, actitudes, valores y destrezas que se manifiestan al momento de realizar una tarea; por lo que al contemplar dimensiones afectivas en la enseñanza el profesor debe ser dotado con las habilidades necesarias para desempeñar su labor docente con eficacia.

Las interacciones que se dan en una institución educativa ya sea entre docentes, alumnos, docentes y alumnos generan emociones, sentimientos y actitudes hacia sí mismos, hacia los demás y hacia el propio proceso de enseñanza-aprendizaje por lo que el docente debe de transmitir modelos emocionales adecuados que lo lleven a tener una sana convivencia en el aula y fuera de ella.

El docente debe aprender a conocer sus propias emociones, tener la capacidad de controlarlas, encontrar la manera de motivarse a sí mismo; así como aprender a reconocer las emociones en los demás como lo mencionan Salovey y Mayer (1990).

Abarca, Marzo y Salas (2002) al igual que Valles y Valles (2003) coinciden en mencionar que el docente en su labor diaria tiene que enfrentarse a situaciones o actividades que implican la creación de un ambiente adecuado para el buen desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje y para ello tienen que desarrollar una capacidad socio-emocional para poder solucionar los conflictos interpersonales que se les presenten en el aula o institución; estimulando los sentimientos afectivos y regulando las emociones negativas como lo pueden ser el enoja, la ira, los celos. Integrando así la educación emocional como un estilo de educación y no solo como una actividad más en las distintas áreas del currículo.

Estrés en el docente

Al estrés laboral también se le conoce como síndrome de Burnout o síndrome de quemarse en el trabajo. Autores como García (1993), o Buunk, Dierendock y Shaufel (2001), señalan que dicho síndrome provoca baja motivación y satisfacción hacia el trabajo, enfermedades físicas, ganas de no trabajar y por lo tanto una disminución en la calidad del trabajo que se realiza.

Marshall y Marshall (2003) hacen referencia de que aproximadamente el 30% de los profesores abandonan su labor docentes después de haber padecido el síndrome.

El docente es un modelo a seguir por sus alumnos en donde no solo les proporciona conocimientos sino que les proyecta su forma de ser, sus valores y actitudes, sus estados de ánimo. En donde su salud laboral y psicológica afecta directamente la calidad de sus enseñanzas. Sin contar con que a menudo se encuentra frente a grupos de alumnos muy numerosos en donde hay alumnos muy diversos, con problemas de conducta, de desinterés o desmotivados por su educación. Provocando que todos estos elementos terminen por generarle un agotamiento emocional y físico. Un profesor que se encuentra estresado no es capaz de llevar el conocimiento a sus alumnos de manera adecuada.

Algunos autores señalan que es necesario abordar el estudio del estrés laboral o síndrome de Burnout desde perspectivas macroanalítica y microanalítica, desarrollando medidas adecuadas de las percepciones, creencias, expectativas y emociones que se consideran indicadores de la presencia del trastorno, Gil-Monte y Peiró (1999).

No solo lo sufren de estrés los profesores si no también los directivos debido al puesto que ejercen ya que la representatividad, destaca la responsabilidad del directivo de actuar como representante de su personal ante las demás organizaciones y jefes superiores.

Por lo tanto, el director como líder transformacional, debe desarrollar habilidades y destrezas en el campo de la comunicación a fin de interactuar permanentemente con su entorno social, ya que se presenta como determinante y exigente ante los diferentes cambios de orden cultural, social, político, ético, moral.

La inteligencia emocional es punto importante dentro de la vida de una institución para alcanzar la calidad del servicio, pues determina el tipo de relación que se establecen entre los integrantes al interior de los diferentes departamentos de dicha empresa.

- Cuidar y fortalecer las competencias personales, de forma de mantener el foco. Esto ayudará a que nada interfiera en la obtención del objetivo deseado.

- Poner atención al capital humano: Para el líder es importante reconocer las experiencias y competencias de las personas que conforman el equipo, pues permite la concretización de los resultados.

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