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Identidad y Repertorios de movilización.

Enviado por   •  2 de Enero de 2018  •  2.275 Palabras (10 Páginas)  •  285 Visitas

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Comibol y otras empresas estratégicas contraladas hasta aquel entonces por el Estado , lo paradójico fue que con tanta movilización, cerca de 23,000 mineros fueron replegados en medio camino sin que se dispare ni una sola bala. El lugar de lo sucedido fue Calamarca, en palabras de Marisa Revilla (2010) fue un “Repertorio de Confrontación”:

“Se trata de acciones que conllevan cierto riesgo de alteración del orden público (…) e implican un modo de organización, unos beneficios y unos costes particulares. Son formas de acción que rompen con la rutina es (…) un recurso inestable y puede degenerar fácilmente en violencia. (Revilla , 2010).

En este caso el criterio de los mineros fue evaluar el costo beneficio de pasar de un repertorio de confrontación a uno de violencia, con las F.F.A.A. en medio de la carretera, y miles de mineros buscando pasar el cerco policial , se podía llegar a lamentar muchas vidas. “En realidad esto fue una especie de abdicación. Los mineros se rindieron al Estado y para nosotros ahí es donde empezó una nueva época en Bolivia” (Olivera, 2008).

De aquel retiro multitudinario en 1986 tuvieron que pasar 13 años para que los movimientos sociales no solamente busquen una reivindicación sectorial como los mineros o cocaleros en el pasado, sino una reivindicación social que afecta al común de los bolivianos, es allí donde aparece La Coordinadora, movimiento social surgido para ser una plataforma democrática de participación ciudadana donde se ejecuta lo que se planifica. (Olivera, 2008). Como diría Tilly en su libro Movimientos Sociales 1768-2008: Desde orígenes hasta Facebook (2008), la democratización fomenta los movimientos sociales.

Pero ¿Cuál era la identidad de La Coordinadora? Pues más bien podríamos hablar de “indentización ” en donde el individuo busca cierto margen de autonomía con respecto al grupo de pertenencia, a diferencia de los mineros en el 86, que tenían una identidad marcada debido a que la suya se reafirmó conforme su marcha avanzaba, a eso se sumó las experiencias comunes, por su parte los miembros de La Coordinadora eran diversos en su composición pese a que era un base periurbana era predominante.

El conflicto en donde La Coordinadora hace su aparición fue la defensa del agua, la privatización de este servicio básico renegó a población por el hecho de que el país había perdido su soberanía económica y debía destinar la mayoría de sus recursos para pagar la deuda externa. Aguas del Tunari era una empresa ficticia que en el fondo no era más que empresa extranjera, entonces así como los mineros, La Coordinadora no confrontaba a Aguas del Tunari, sino al modelo económico vigente “comenzó como un esfuerzo para reconstruir las redes sociales o el tejido social de solidaridad que había sido destruido por el neoliberalismo” (Olivera, 2008).

El agua era una excusa, la cuestión era un cambio, fuera los Banzer, Goni, Paz Zamora que han endeudado al país. “que no sólo sea el agua, sino también la vida, porque aquí nos están quitando todo.” (Olivera, 2008). Si La Coordinadora representaba la diversidad del pueblo era difícil pensar que por una cuestión de pertenencia sus miembros adoptaran repertorios violentos puesto que no había una fuerte identificación por la causa como con los mineros y cocaleros en el pasado.

Marisa Revilla, sostiene que desde finales de los 90,se observa una tendencia general al incremento de la conflictividad, dicha conflictividad se concentra en la zona Andina y en Argentina y Paraguay en el cono sur. Sin embargo el inicio de las movilizaciones en Cochabamba por el agua fue lo que Revilla describiría como Repertorio de acción colectiva contenida:

“constituye un repertorio en general conocido, comprendido y aceptado; no supone un gran compromiso e implica escaso riesgo en su ejecución (…)Las acciones concretas que se incluyen son mítines, campañas, propaganda, manifiestos, firma de peticiones, manifestaciones, marchas y huelgas.” (Revilla, 2010).

Dichos repertorios posibilitaron que se incluya a la diversificación de los grupos sociales implicados en la acción colectiva, especialmente en lo que se refiere a la inclusión creciente de las mujeres y de las clases medias. Las movilizaciones controladas promovidas por La Coordinadora no tuvieron éxito y es así que en desde enero hasta abril de 2000 los repertorios fueron creciendo en intensidad, se había pasado de repertorios de acción colectiva contenida en noviembre de 1999 y enero de 2000 a repertorios de confrontación en febrero de 2000 a finalmente tener todos los repertorios incluyendo los violentos en abril de 2000, estos repertorios violentos por parte del gobierno, “La Toma de Cochabamba” sorprendió a más que uno, finalmente bajo todo ese contexto Aguas del Tunari se tuvo que retirar tras lo ocurrido en el centro de la ciudad de Cochabamba. Lo que rompe la regla de los repertorios mencionado por Revilla fue la adhesión popular para apoyar a las personas movilizadas por La Coordinadora.

“Se juntó a diez mil personas y nos sorprendió la respuesta de la gente; vinieron comités del agua, generalmente vino gente que no respondía al movimiento sindical tradicional, venían regantes, pobladores de los barrios, gente de la ciudad que empezó a creer en nosotros, pero más que en nosotros, empezó a creer en algo, en un ideal” (Olivera, 2008).

La conclusión de aquel episodio de la historia boliviana, no terminó en repliegue como en Calamarca , pese a conseguir una victoria para el pueblo, una cosa era clara, aún con el agua a favor, el sistema solamente se había resquebrajado. “Así nos den el agua gratis, nuestra situación no ha mejorado, nosotros queremos que se vaya Banzer (…) queremos justicia social, queremos que nuestra vida cambie”. (Olivera, 2008).

Los repertorios históricamente utilizados por los movimientos sociales, en su mayoría tuvieron que utilizar la confrontación y la violencia para lograr sus reivindicaciones, pasados tres años el capítulo final del modelo neoliberal fue Febrero y Octubre negro de 2003, fue la marca histórica de hasta donde se puede luchar por las reivindicaciones sociales, e incluso la identidad nacional.

Posteriormente en 2006 los movimientos cocaleros aprovecharon aquel momento de decadencia neoliberal e insertaron a Evo Morales en el gobierno. De aquel entonces hasta ahora en donde se vive el Socialismo del Siglo XXI no ha sucedido una movilización producida por algún movimiento social que haya generado un cuestionamiento real a la estructura de poder, o que busque algún tipo de desequilibrio, por ende no se fortalecido alguna identidad que como se

mencionaba al inicio del ensayo que se identifique

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