Introducción a la gestión y resolución de conflictos. La mediación

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1.1 Introducción al conflicto

El conflicto es inherente al ser humano y es algo natural en la vida. En sí mismo, el conflicto no es algo ni bueno ni malo. Lo importante en la vida de cualquier persona no es tanto si existen más o menos conflictos, sino el modo en que los gestionamos tanto cuando esos conflictos se nos presentan, cuando somos una de las partes directamente implicadas, o cuando somos meros testigos o espectadores del mismo.

Una gestión eficaz del conflicto va a convertirse en una oportunidad de cambio y de desarrollo o crecimiento personal. Esto permitirá que seamos capaces de sobreponernos y llevar a cabo aquellas actividades necesarias para nuestro trabajo o circunstancias personales y podamos vencer obstáculos y situaciones con las que no estamos de acuerdo. Contribuirá sin duda a superar estas situaciones de la forma más ventajosa para las partes y sobre todo para el objetivo propuesto.

Todo conflicto va acompañado de una serie de elementos o de factores, tanto de tipo estructural como de carácter psicológico (sentimientos, emociones, inseguridades miedos), que van a influir en la gestión que cada persona hace de los diversos conflictos. Para poder gestionar eficazmente el conflicto es necesario conocerlo y comprenderlo desde su origen hasta el momento en que el mismo va a ser gestionado o se va a tratar de resolverlo.

Los conflictos no siempre van a poder ser resueltos, pero una adecuada y eficaz gestión de los mismos determinará consecuencias totalmente diferentes para las partes implicadas en éstos e incluso para terceros. La gestión positiva del conflicto aumenta la probabilidad de alcanzar soluciones pacíficas en los conflictos futuros.

El conflicto es un proceso que puede llegar a ser muy complejo ya que incluye un gran número de aspectos a tener en cuenta. Es además cambiante y dinámico, evolucionando a lo largo de una serie de fases. Cuando las personas se ven inmersas en un conflicto suelen sentirse confundidas e impotentes por la dificultad para comprenderlo bien y por no ver con claridad la situación. Llevar a cabo el análisis de un conflicto es el primer paso necesario para su comprensión y posterior resolución.

Para resolver un conflicto lo primero que necesitamos es comprenderlo, tener una visión clara de todos sus elementos. Analizar una situación con todos sus componentes es la fase previa a cualquier tipo de intervención. Es por ello que el análisis es, en primer lugar, una herramienta para la comprensión, que nos permite recopilar información e interpretarla y nos ayuda a ordenar y sistematizar la información para tener un enfoque más amplio de la situación. Y, en segundo lugar, hacer el análisis de un conflicto nos ayuda a seleccionar el proceso o estrategia que se ha de seguir, atendiendo a los elementos del conflicto y a los recursos disponibles.

Desarrollaremos, pues, también a lo largo de este tema, la dinámica del conflicto, es decir, su proceso –desde su gestación hasta su punto álgido (escalada), pasando por la fase en la que el conflicto desciende (desescalada), y terminaremos por la gestión del conflicto, analizando los diversos sistemas de resolución de los conflictos.