LA ÉTICA EN LA PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO

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Sotelo (2011), connotando al problema del robo de autoría como un apartado trascendental, más allá de los valores morales o legales que pueda llegar a tener, vincula a la ética con el proceso de identidad, es decir, en las acciones que el sujeto práctica:

El enigma de la ética singular implica es la vez una demanda de saber, una cuestión fundamental sobre la identidad del sujeto: el sujeto no expresa su pensamiento original en acciones, sino al contrario, es porque actúa y ese hecho tiene consecuencias que se pregunta ¿quién soy? (p. 211)

Así como dice opina Savater (1991), la cuestión de la responsabilidad no se deriva únicamente a aceptar con honradez y humildad las equivocaciones, afrontándolas aparentemente con gallardía y sin desviar la significación del error, sino que tiene que ver con la conciencia de que cada acto, que es libremente ejecutado, es la construcción de la identidad de cada sujeto. Es decir, cada acción es el camino que el individuo escoge: “Al elegir lo que quiero hacer voy transformándome poco a poco.” (Savater, 1991, p. 37)

Surge otro apartado por analizar frente a la ética y su relación con la producción del conocimiento en la sociedad. Las leyes son ese intento de posibilitar una reglamentación, una construcción que si bien busca el beneficio general, por lo tanto, están intrínsecamente ligadas a la ética y la moral, aunque no siempre corresponden a la construcción cultural.

La reglamentación en Colombia busca proteger, precisamente esa producción de conocimiento, junto con sus autores, y la promulgación que se hace de este. Sin embargo, más que la prohibición, y reglamentación de los derechos de autor, que en una época en que tantos productos son realizados a diario debería considerarse fundamental, lo esencial consiste en la aplicación de valores y reflexiones desde el individuo como sujeto activo en la sociedad.

La técnica que, en la modernidad se ha perfeccionado, permite verificar de muchas formas las hipótesis de quienes quieren buscar respuestas científicas, estudiantes y profesionales. Pero el verdadero elemento pilar de ese proceso, yace en la noción de aplicación de ese conocimiento. Tal como Aída Sotelo (2011) propone, “la verdad (…) constituye un problema contemporáneo, como lo ha sido siempre y más acuciosamente en los momentos históricos en que caen los paradigmas y las referencias que son base de un tipo de organización social.” (p, 143)

Esto se refiere, a que el problema de la ética en el momento en que cada estudiante se sienta a resolver las tareas dejadas por sus maestros, en que cada científico se dispone a resolver la hipótesis planteada, debe estar presente, como único constructo de conocimiento. El plagio es solo un ejemplo del ritmo que exige la lógica de la sociedad actual, donde prima el egoísmo, los intereses que promueven las culturas dominantes. Es tan solo una pequeña arista del problema que discurre en la razón del conocimiento, del saber.

Comprender su utilidad, no como instrumento individual, es quizá el primer paso, para aprehenderlo como vía de desarrollo, y de construcción de una sociedad mejor para todos; una práctica que debería practicar desde el gobernante hasta el estudiante.

REFERENCIAS

Cortina, A. y Martínez, E. (2001). Ética. Madrid: Ediciones Akal.

Savater, Fernando. (1991). Ética para Amador. Barcelona: Editorial Ariel.

Sotelo Céspedes, Aída. (2011). Preludio de un Acto Ético. Bogotá: Corporación Universitaria Minuto de Dios.