LA SUBLIMINALIDAD DE LA ALIENACIÓN CULTURAL
Enviado por Antonio • 31 de Octubre de 2018 • 3.652 Palabras (15 Páginas) • 299 Visitas
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Esteban Emilio Mosonyi, quien defendió la categoría de identidad cultural actuó en organizaciones destinadas a salvar y revalorizar la representación de los grupos étnicos de la nación así como la presencia de las llamadas culturas afrovenezolanas.
La construcción de identidades es “un fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad”. Las identidades se construyen a través de un proceso de individualización por los propios actores para los que son fuentes de sentido y aunque se puedan originar en las instituciones dominantes, sólo lo son si los actores sociales las interiorizan y sobre esto último construyen su sentido.
EPISTEMOLOGÍA, ¿PROPIA O AJENA?
En los nuevos tiempos y cambios históricos sociales de nuestro país, hablar de identidad cultural, y de la importancia de la nueva hegemonía comunicacional para resaltarla o mantenerla, según sea el caso, se ha vuelto mucho más accesible a la idiosincrasia del venezolano. Afortunadamente estamos atravesando un momento en el cual se pudo colocar en prioridad, los valores culturales que nos representan, por medio del nuevo fenómeno comunicacional que se fortaleció en el golpe de estado del 2002 y que es llamado medios alternativos o comunitarios.
Y esto lo podemos ver reflejado claramente en lo que Boaventura de Sousa Santos nos plantea desde la epistemología del Sur, demostrando la más clara realidad, eurocentrista que hemos venido arrastrando por siglos. De Sousa se refiere al Sur como la forma de sufrimiento Humano que la modernidad capitalista ha producido, donde este mismo eurocentrismo la ha discriminado y segregado, lo cual ha ocurrido por una epistemología colonizadora que lo único que ha generado es la incapacidad de representarse a sí mismos, marcándolos como los que no tienen voz.
“Las Epistemología del Sur son el reclamo de nuevos procesos de producción, de valorización de conocimientos válidos, científicos y no científicos, y de nuevas relaciones entre diferentes tipos de conocimiento, a partir de las prácticas de las clases y grupos sociales que han sufrido, de manera sistemática, destrucción, opresión y discriminación causadas por el capitalismo, el colonialismo y todas las naturalizaciones de la desigualdad en las que se han desdoblado” (De Sousa Santos, 2013).
A pesar de estos nuevos planteamientos, y nuevas formas de vivir bien, que intentan luchar contra la hegemonía cultural eurocentrista, muy sigilosamente se ha venido permitiendo la ocupación de nuestros espacios, sociales y culturales, adaptándose el individuo en un hecho que se ha vuelto normal y cotidiano.
Los saberes, la identidad, y la conciencia, fueron remplazados a cambio de permitir la alienación del ser, para así dejar a un lado el origen que en contexto es la representación de estos pueblos.
En este mismo sentido encontramos un concepto que se relaciona muy estrechamente con estas ideas planteadas anteriormente, y es lo que demarca Ludovico Silva como la contracultura en su ensayo “Contracultura y humanismo”.
Es de gran importancia no dejar por fuera este término el cual se puede conocer mejor como la mal llamada “cultura capitalista”, así denominada por el Autor, donde cruza la ideología, y la cultura capital en una correspondencia mutua hacia lo que en sí sola significa:
Para poder hablar de una "contracultura", es preciso hablar primero de la cultura. Y también, hablar de la ideología, pues ambos términos, tanto en nuestro tiempo como en épocas pasadas, han estado siempre íntimamente ligados… La cultura, la verdadera cultura de la época capitalista, que yo bautizaré aquí como contracultura, debe ser contrapuesta firmemente a la ideología del sistema capitalista (Silva, 1982)
Claramente Silva no muestra como en su momento histórico social (década de los 80), la cultura estaba demarcada dentro de la forma de vida capitalista, impuesta por la globalización, y desarrollo delimitado desde los países del centro hacia los países de la periferia, lo cual hemos permitido sin ningún tipo de objeción al vernos envuelto en un producto que nos han vendido como satisfactorio ante lo que para el sistema capital se puede denominar un estatus quo.
INDUSTRIALIZACIÓN CULTURAL, PRIMICIA DE LA ALIENACIÓN
Los fenómenos asociados al cambio de la identidad cultural en los países latinoamericanos, son consecuencia de las bases determinadas por los países industrializados en cuanto al desarrollo, término que para el mundo capital está determinado en niveles según la clasificación arbitraria realizada por las “grandes potencias” mundiales.
En este sentido podemos decir que la imposición de un estatus de desarrollo según las reglas de estos países, es contradictoria totalmente a lo que en realidad ellos plantean, y en esto se pude dar base en la teoría de la dependencia; esta teoría de los años 60 muestra al subdesarrollo como una forma de expansión de los países “desarrollados”, y a su vez el sud desarrollo es una condición a consecuencia de la globalización, la explotación de los países del Sur y la manipulación del sistema capital a favor de los poderosos, no se puede considerar al subdesarrollo como una etapa previa para ser un país desarrollado, claramente el sistema monopolizador de explotación de la materia prima de nuestros países nunca lo permitiría, más bien es una condición en resultado de todo el proceso de industrialización a favor de las naciones capitalistas y depredadoras que intentan sobrevivir apropiándose del sistema global en cuanto a lo económico, cultural, social e histórico.
Es así como entramos al tema de la industria cultural, herramienta poderosa que utilizan estos países industrializados para imponer en el mundo una forma de vida, que de manera directa e indirecta contradice las raíces originarias de nuestras naciones.
La industria cultural es vista como el filtro por el cual pasa el mundo, manipulando al sistema global usando como arma a los medios de comunicación, cine, televisión, radio, presa, y ahora el internet, todos ellos aunque son muy comunes en la cotidianidad del ser humano, son clave importante en la desaparición de las identidades culturales de los pueblos.
En un inicio estos medios fueron determinados como “arte”, pero en la actualidad claramente son vistos como un negocio, negocio el cual se relaciona con otras industrias donde todo se envuelve en un monopolio cultural en el proceso del intercambio de la publicidad por dinero.
Otro factor importante dentro de este sistema monopolizador es la tecnología,
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