LA VERDAD EN LOS HUESOS. APUNTES

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Por ejemplo el murciélago no tiene un registro fósil que explique su proceso evolutivo, pues no ha presentado transformaciones, siempre ha sido murciélago, es aquí donde surge entonces la duda ¿Cuál ha sido el proceso evolutivo del murciélago? Si se asume que evolucionaron a raíz de un animal terrestre, sus especies transicionales debieron tener extremidades que no cumplieran de forma satisfactoria su función, pero en ese supuesto se volvería esta situación en una desventaja, debido a que eran características insuficientes para adaptarse y sobrevivir en el medio. Es entonces donde nos podemos remitir de nuevo a la creación específica que da una razón lógica y de peso para entender el origen de la vida, siempre y cuando este proceso de creación no sea excluyente de ciertos procesos evolutivos.

Al analizar las evidencias, los creacionistas proponen que no existe un ancestro común, sino que se pueden encontrar estas similitudes entre especies gracias a la intervención de un diseñador común, un ser más poderoso e inteligente, capaz de organizar el mundo de tal manera que cada especie cumpliera con una función específica. Este ser superior fue la causa del tiempo y el espacio, la materia y la energía. En otras palabras, la causa primera de todo lo que, hoy por hoy, conocemos; dicha causa no se puede concebir desde una explicación puramente naturalista. Así pues, el registro fósil es una de las pruebas más contundentes que emplean los creacionistas para plantear su teoría. Reconocen que existe una creación especial, repentina y compleja en la cual se establece que todas las especies existían desde el comienzo y por eso ha sido imposible hallar nuevas especies. Las evidencias son tan claras que se podría asegurar que el registro fósil apunta claramente a favor de la creación.