La Administración Publica ha pasado por muchos cambios en su estructura
Enviado por Jillian • 11 de Diciembre de 2018 • 1.892 Palabras (8 Páginas) • 388 Visitas
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Las medidas implicadas en la reforma de la NGP han sido favorablemente acogidas en los países desarrollados no sólo porque han contribuido a otorgarle mayor flexibilidad al aparato público, sino también porque han ayudado a racionalizar su desempeño reduciendo con ello sus costos, y han permitido también focalizar y delimitar mejor las responsabilidades del gobierno.
Parte del “gernament” es la creación o modificación del llamado “Estado Modesto” o buen gobierno, donde se pone en función lo teorizado por Easton con su diagrama. El nacimiento del nuevo sistema se da alrededor de la postguerra en 1950 y se empodera alrededor de 1960, en México este sistema Gerencial se empezó aplicar a mediados de 1982 con la llegada de Miguel de la Madrid, sin embargo, el sistema gerencial en nuestro país no se vio explotado en su totalidad, siendo el principal problema el Sistema de Sustitución de Importaciones, con lo cual se intentaba favorecer a las compañías en el territorio nacional. Fue hasta 1988 cuando los “tecnócratas” toman el poder y vemos una evolución significativa en el proceso burocrático, trayendo consigo el nacimiento de la Nueva Gestión Pública para México.
“La globalización ha abierto oportunidades a nuevos mercados para los productos y servicios, siendo el factor de calidad uno de los más estratégicos para entrar a competir en el mercado global.” (Cancelado)
“El Estado globalizado es un Estado gerencial cuya agenda fundamental es económica y financiera, y que descarta u omite los asuntos de soberanía, de poder militar, de relaciones exteriores, de seguridad interior, de democracia, de partidos y de parlamentos. Y sólo trata asuntos específicos con el fin de procurar y evitar la sobrecarga de demandas y como impacto nocivo al Estado.” (Guerrero, 2013). Esta es el alma de la Gerencia Publica, donde se hace énfasis en una nueva visión generalizada donde se maximizan los caracteres del Estado y son deliberados.
“La constante inestabilidad de la economía mundial y la presión del creciente desarrollo del mercado, tanto en demanda de productos como en exigencias de calidad, obliga a estas a gestionar de una manera más eficiente todos sus recursos.” (Santiesteban, 2008)
Uno de los problemas que se han vivido ante la ineficiencia del modelo presentando, es el claro ejemplo de los gobiernos de América Latina. Estos gobiernos defectos, autoritarios que han provocado que la democracia en América Latina se fragmente bajo capacidades específicas.
México ha basado su participación política en lo que Conway (1986) lo califica como una Participación Política convencional, siendo esta una actividad fundada en la cultura política social, tal es el caso del votar, participar en campañas electorales y en realizar peticiones al gobierno, en lugar de exigirlas. Este pensamiento “convencional” ha logrado que la sociedad se vea amagada a una correlación ineficiente entre gobierno y sociedad. Siendo el gobierno el proveedor de su estilo de vida y provocando ciudadanos apáticos a su realidad política.
Los populistas, demagogos, tiranos y líderes mesiánicos han sabido rescatar lo que Conway mencionaba, por lo que han trastocado el verdadero significado de la democracia participativa. Ante esta aberración era crucial una reforma de estado, una reforma cultural que cambiara el paradigma, esta solución fue la NGP.
“El mediocre desarrollo en Latinoamérica tiene distintas raíces, y de entre ellas sin duda se encuentra el pobre desempeño de su aparato público.” (Aguilar, 2007).
Las democracias emergentes latinoamericanas, la desilusión o el descontento democrático, en el sentido de que los gobiernos democráticos elegidos, representativos y legales no están acreditando suficiente capacidad directiva, particularmente en lo que concierne a la cuestión de la seguridad pública y la cuestión social de la pobreza, de la desigualdad. “La ciencia política latinoamericana ha estudiado prácticamente casi todo, ‘menos la manera como el gobierno construye y desarrolla sus decisiones” (Aguilar, 2008)
Queda claro que hemos vivido una crisis sistemática, que durante décadas ha imperado en el mundo y especialmente en América Latina. Esta problemática ha traído gran rezago a nuestro continente, puesto que, uno de los factores que alteran esta legitimidad-racional es la globalización, y tal como lo define Castello, “la globalización pone en crisis la soberanía de los Estado-Nación, configurado por la modernidad y no por controlar y proteger su territorio y menos garantizar su legitimidad.
Citando a Aguilar (2007) nos dice que el gobernante mediante Políticas Públicas busca su legitimización, sin embargo, estas PP pueden ser funcionales o no. En los modelos más austeros donde la governance pasa a segundo término y la coacción o coerción son los aliados, estas PP dejan de ser realmente estructurales, por lo que provoca el descontento social ante los SPS, y esto desencadena en una crisis severa de legitimidad.
Yela (2014) menciona que la modernización del Estado es el gran desafío de los nuevos tiempos. Es responsabilidad del gobierno y sus políticas lograr un grado de eficiencia y efectividad por lo menos similar a la que se necesita para resolver los problemas cada vez más perentorios de la población.
La Nueva Gestión Pública es un paradigma que ha transformado no sólo el quehacer gubernamental al volverlo más flexible y orientado a resultados, sino que también le ha incorporado un nuevo sentido, cuyo origen se explica por las notables deficiencias de su anterior desempeño; a partir de la aparición y ulteriores desarrollos de este paradigma, ya no existe duda de que más allá del necesario apego a la legalidad en el desempeño público, en éste debe existir un fuerte compromiso con la eficiencia y la eficacia gubernamental.
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