La Atención Temprana del Desarrollo Infantil (A.T.D.I.) * como primer eslabón de la Psicomotricidad Operativa
Enviado por monto2435 • 6 de Agosto de 2018 • 5.356 Palabras (22 Páginas) • 706 Visitas
...
Es así, como en este proceso de desarrollo paulatino y dialéctico, en donde el sujeto parte desde una extrema indefinición y dependencia de otro, va construyendo su autonomía que será siempre relativa ya que como dice Myrtha C. “Aun siendo adulto, el sujeto solo puede subsistir dentro de grupos humanos con los cuales construye una compleja red de relaciones sociales”. Los adultos encargados de actuar de forma responsable en la crianza y cuidados del niño también son producto de condiciones sociales e históricas, formando parte de un medio social y siendo portadores también de conceptos acerca de cómo llevar a cabo estos cuidados.
Ahora bien, para comprender, analizar e intervenir en la dinámica del desarrollo humano que responde a una concepción de sujeto desde una mirada integral, es que la Fonoaudióloga, Psicomotricista y Psicóloga social Argentina Myrtha Chokler a resuelto elucubrar la teoría de los Organizadores del Desarrollo Psicomotor, definiendo cinco organizadores que corresponden a las diferentes áreas del desarrollo, siendo estos: Vínculo de apego, Comunicación, Exploración y apropiación del mundo externo, Equilibrio y el control progresivo del cuerpo, y Orden simbólico. Estos organizadores actuarán de forma entrelazada determinado así la estructuración de la imagen de si y la identidad del sujeto.
Un organizador es un “ordenador, promotor, planificador; que tiene especial aptitud para instituir, estructurar, instaurar, constituir, establecer o reformar una cosa. Sujetando a reglas el número, orden, armonía y dependencia de las partes que la componen. [1]
El desarrollo es visto entonces, como un proceso de transformación interna que se opera en el sujeto para la satisfacción progresiva de sus necesidades, se concreta a través de un intercambio múltiple con el medio, que según Henry Wallon es un medio físico y un medio humano, constituyendo ambos el medio natural del hombre. [2]
En la relación dialéctica entre el sujeto y el medio existe un factor principal que está constituido por sus propias condiciones internas y es en este dialogo donde las condiciones externas (medio natural) actúan sobre las condiciones internas y a través de ellas. Dichas condiciones internas están determinadas por la materia biológica y el nivel de maduración del sistema nervioso central del individuo siendo este, finalmente, el que condicionará y permitirá al sujeto una especial y particular forma de relación con ese medio y sus características.
Es decir, su estructura biológica permitirá entonces conocer y explorar ciertas características del mundo externo, ya que sus posibilidades dependerán del nivel de maduración alcanzado por su sistema nervioso central. Por lo tanto, será el medio humano y social el encargado de generar las oportunidades del desarrollo integral de sus condiciones internas.
En definitiva, lo que existe y va a existir en el mundo interno es producto de la internalización y reconstrucción subjetiva que el sujeto realiza del mundo objetivo. (Chokler, M. 1988)
El vínculo de apego comienza ya para la madre durante el embarazo y continúa desarrollándose progresivamente luego del nacimiento y durante toda la vida del sujeto.
El niño nace en extrema indefensión, incapaz de satisfacer sus necesidades biológicas y afectivas, por lo tanto requiere indispensablemente de un otro que le brinde y garantice un acompañamiento en sus cuidados, y sostén y protección en todas las posibilidades de conexión con su medio externo.
Myrtha Chokler cita en su libro “Los organizadores del desarrollo psicomotor” a Henri Wallon bajo la premisa que el niño desde que nace es un ser social, no tan sólo porque nace de otro ser, sino porque a pesar de su limitada capacidad motora posee un sistema de comportamiento sumamente rico desde el cual se abre al mundo del cual depende.
Bowlby, psicoanalista Inglés y creador de la “Teoría del apego” realiza un alcance sobre los programas genéticos tónico-motores presentados por el bebé donde señala que éste manifiesta ya desde el nacimiento ciertas conductas tónico-posturales tendientes a acercarlo a un adulto (llanto, sonrisas, gritos, prensión del cuerpo del adulto, estiramiento de los miembros). Dichas conductas a las cuales Bowlby llamó “Conductas de apego” en un momento determinado van a ser direccionadas hacia un adulto específico, y a su vez, éste último deberá cumplir con la función de sostén, comprendiéndolo en sus múltiples necesidades, y ofreciéndole una manipulación segura de su cuerpo durante los cuidados, acciones que le permitirán al niño sentirse cuidado y emocionalmente sostenido. En conclusión, para que ese adulto en particular pueda conformarse como la figura de apego del niño debe ser sensible y a la vez accesible a él.
Sabemos desde ya que el bebé es un mosaico de sensaciones, hemos expuesto que desde antes del nacimiento el niño posee receptores interoceptivos y propioceptivos, por lo que a lo largo de las actividades cotidianas como la alimentación, el baño, y la muda el niño logrará captar a través de receptores propioceptivos la manera en que el adulto le proporciona los cuidados, manipulación, y sostén de su cuerpo. Parece ser entonces, que el contacto suave, el olor de la piel, el calor, la mirada, la sonrisa, y la voz ocuparán un rol primordial en la constitución del apego.
Hablamos también en circunstancias anteriores que el nacimiento está enmarcado en un momento de impacto para el bebé, donde éste se enfrenta a una disgregación de sí, perdiendo cuatro de las cinco estructuras que hasta el momento lo conforman registrando sensaciones de desorganización del ser, por lo que desde aquel momento comienza un arduo e intenso camino en la nueva formación del yo.
La doctora Myrtha Chokler en una de sus obras de mayor trascendencia[3] cita a diversos autores, Ajuriaguerra habla de “Maitenance”[4], Winnicott habla de “Handling”[5] y de “Holding”[6] como elementos constituyentes de la personalidad, y Anzieu se refiere a “Molde”[7], sin embargo, todos convergen en que la calidad del contacto del niño con el adulto en este Vinculo de Apego será determinante en la formación de la estructura Yoica del niño.
El contacto con el mundo externo le exige al bebé una adaptación rápida a múltiples estímulos, esto provocará una intensa actividad motriz de exploración activando el tono muscular, modificando la postura y el movimiento, despertando curiosidad, interés, alerta, ansiedad, y temor a lo desconocido, sin embargo, cuando la excitación es demasiado intensa la tensión muscular se vuelve insoportable, se bloquea, se visualizan espasmos, crispaciones,
...