La Educación de Adultos: Una Necesidad en el Siglo XXI
Enviado por Ninoka • 24 de Noviembre de 2018 • 1.719 Palabras (7 Páginas) • 415 Visitas
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El acceso a la educación y el aprendizaje de adultos es un aspecto fundamental del derecho a la educación y facilita el ejercicio del derecho a participar en la vida política, económica, cultural, artística y científica de un aís.
En ese escenario, la Declaración de Hamburgo en la década de 1990 – emanada desde UNESCO – sobre educación de adultos concibe dicha forma de educación como: “un concepto sumamente útil para fomentar el desarrollo ecológicamente sostenible, para promover la democracia, la justicia y la igualdad entre mujeres y hombres y el desarrollo científico, económico y social, así como para construir un mundo en el que los conflictos violentos sean sustituidos por el diálogo y una cultura de paz basada en la justicia. La educación de adultos puede configurar la identidad y dar significado a la vida“.
De esta forma, y en consideración de lo expuesto en los párrafos precedentes se desprende la idea de la función social de la educación, tanto en su concepción más elemental, como en aquellas ideas relativas a los procesos educativos de adultos. Hay innegablemente en ella un vínculo que se constituye como un medio para facilitar la movilidad social – sobre todo cuando es de carácter ascendente – así como el desarrollo de individuos que dispongan de herramientas que les permitan acceso a juicios más críticos y ser a su vez, partícipes y agentes activos de su propio desarrollo. Entendemos de esta forma que solo mediante procesos educativos que se ajusten al contexto actual de los/as estudiantes podremos entre otras cosas asegurar la educación como un derecho, y ya no desde la lógica mercantilista actual que lo ofrece como un bien de consumo.
Sin embargo, la idea de la función social en la educación en adultos, no solamente se limita a los efectos que tiene el acceso a las diversas formas de conocimiento en el propio individuo, sino que inevitablemente genera efectos a nivel familiar, de manera tal que ese nexo entre el contexto familiar, la condición de eventual vulnerabilidad y la deserción escolar, como principal eje de la necesidad de regularizar estudios en la vida adulta, puede abordarse con el concepto de “capital cultural” propuesto por Pierre Bourdieu en 1997. En esta dinámica se puede analizar el correlato existente entre un grupo que posee el acceso a las diversas expresiones de la cultura y el conocimiento, versus otro grupo que no dispone de tales estímulos.
Así, las diferencias de capital cultural, cuando se compara el apoyo escolar que reciben los/as estudiantes de parte de las familias al momento de asistir a clases, no solo se traducen en un buen rendimiento académico, sino que también en un apoyo implícito a la motivación y valoración de la educación, disminuyendo así los factores de abandono, cerrando en este ejercicio el círculo de la deserción escolar que se repite como patrón transgeneracional en las familias más vulnerables. En este sentido, pareciera ser que la probabilidad de permanecer en el sistema educacional, junto a los factores asociados al nivel de ingreso familiar, está relacionada en gran medida con la actitud que se genera a partir del clima educacional que produce la familia.
III.- Educación de adultos en Chile.
Respecto de la situación específica de nuestro país, se observa que el sistema educacional chileno contempla distintas modalidades y programas de re-escolarización dentro del marco de la educación de adultos —entre ellos la modalidad regular— para aquellas personas que en algún momento de sus vidas abandonaron la escuela, por diferentes razones. De esta manera, parece ser que en Chile, los programas de re-escolarización, como modalidad específica de la educación de adultos, están dirigidos a personas adultas que no han completado sus estudios por haber desertado del sistema escolar formal en algún momento de sus vidas.
Al margen de aquello, parece necesario poner en relieve que aún es cierto que existen diversas alternativas para acceder a la regularización de estudios, también queda abierta la inquietud respecto de la real importancia y la relevancia que se le otorga a este tipo de iniciativas en la actualidad. Si entendemos que los programas de re-escolarización – y aún aquellos de perfeccionamiento – caben dentro de las actividades cuya función puede ser calificada de “compensatoria”, por cuanto están orientados a desarrollar habilidades y contenidos mínimos interrumpidos en algún punto dado de la trayectoria vital de los destinatarios, resulta aún más significativo la idea que si la educación es un derecho – o debiera serlo – en materia de educación de adultos, su función social se acentúa aún más, ya que pareciera adquirir un carácter que de alguna manera se vuelve reivindicativo, en el marco de una cotidianidad que cuyos roles y funciones resultaron de una manera u otra incompatibles con la vida académica.
Bibliografía
- Cabrera, Isaac (2009). Autonomía en el Aprendizaje: Direcciones para el Desarrollo en la Forma Profesional. Actualidades investigativas en educación, Revista Electrónica, ISSN 1409-4703. Consultado el 22 de Abril 2017. Recuperado de
- UNESCO (1990). Declaración de Hamburgo: 5° Conferencia Internacional de Educación de las Personas Adultas. Consultado el 23 de Abril de 2017. Recuperado de http://www.unesco.org/education/uie/confintea/pdf/con5spa.pdf
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