La Nutrición del Adulto Mayor

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Por lo tanto, es importante prescribir diariamente alimentos ricos en carotenoides como zanahoria, jugo de naranja y tomate, ricos en luteína, brócoli, acelga, espinaca y perejil.

Vitamina D. Su implicancia en la salud de los huesos del adulto mayor es muy relevante, ya que es necesario vigilar con mayor cuidado, los niveles de la población, estableciendo cifras de 10ug/d para personas entre 51 y 70 años y de 15ug/d para mayores de 70 años, siempre y cuando la exposición al sol no sea la adecuada. Se recomienda el uso de suplementos de calcio y vitamina D en conjunto, para evitar la pérdida de masa ósea y evitar fracturas.

Minerales.

Calcio. Para cubrir las cantidades recomendadas de 1200mg/d de calcio, debe hacerse fundamentalmente a través de la leche y sus derivados, ya que de lo contrario es difícil cubrirlos con otros alimentos. Las necesidades dietéticas, aumentan debido a la menor absorción de calcio.

Hierro. La ingesta recomendada para ambos sexos es de 8mg/d que deberá alcanzarse mediante el consumo de alimentos que contengan hierro hem por su mejor absorción (viseras, carnes rojas). Así mismo, para favorecer la absorción del hierro no hem presente en alimentos como legumbres y verduras, se aconseja consumirlos con alimentos ricos en vitamina C, como algunas frutas y verduras.

Zinc. La baja ingesta se asocia a un deterioro de la función inmunitaria, perdida de sentido del gusto, retraso en la curación de heridas y desarrollo de ulceras por presión. Las recomendaciones de ingesta diaria son las mismas que en la población adulta: 11mg/d en varones, y 8mg/d en mujeres.

Cambios en la composición corporal. En el adulto mayor, la masa grasa, y la grasa visceral aumentan, mientras que la masa muscular magra disminuye. La sarcopenia, es decir, la pérdida de masa, fuerza y función musculares, afectan considerablemente la calidad de vida, al reducir su movilidad, aumentar el riesgo de caídas, y alterar sus índices metabólicos. La disminución de la estatura y de la densidad ósea, disminuye la eficacia para absorber los minerales de los alimentos, como por ejemplo el calcio. aumentando el riesgo de osteoporosis y fractura.

Cambios fisiológicos en el sistema inmune.

Una disminución del sistema inmune lleva a un incremento en el número de infecciones, alteraciones, cicatrización y trastornos autoinmunes entre otros problemas, la desnutrición calórico-proteica o deficiencias de zinc, vitamina B6, nutrientes, antioxidantes como las vitaminas C y E.

Boca. La dieta y nutrición puede verse afectada, por la pérdida de dientes, el uso de prótesis dentales, y la xerostomía (boca seca) dan lugar a dificultades de masticación y deglución. La pérdida del sentido del gusto y la disminución en le producción, de saliva hacen que el acto de comer hace que resulte menos agradable y más difícil para el adulto mayor.

Alteraciones gastrointestinales. Aumenta el riesgo de neumonía por aspiración, una infección, causada por la entrada de líquido o alimentos a los pulmones, líquidos densos y elementos de textura no modificada pueden ayudar a los adultos mayores con disfagia a comer de forma más segura. También la disminución de la función mucosa gástrica da lugar a incapacidad para resistir agresiones como ulceras, cáncer e infecciones.

Estreñimiento. Se hace y común en los adultos mayores, y sus causas principales son insuficiente ingesta de líquido, falta de actividad física, y baja ingestica en la dieta.

Función Cardiovascular: Disminuye la elasticidad de venas y arterias, elevación de la concentración de colesterol en la sangre.

Función Renal: Menor capacidad de respuesta a cambios en el estado de hidratación.

Discusión y análisis.

Esta investigación presenta en evidencia a adultos mayores y sus correspondientes características tanto por manifestar cambios fisiológicos a nivel general tales como cambios de estatura, un muy preocupante estado nutricional, disminución de la masa magra, aumento de grasa y disminución de la densidad ósea entre otros factores nutricionales. También poseen una elevada prevalencia de riesgos que se presentan en diversas enfermedades que alteran el organismo y que prácticamente en este periodo el esfuerzo aun es mayor por las condiciones planteadas. Conforme al aumento de edad se puede vincular con dietas insuficientes en macronutrientes como de micronutrientes; en este periodo de edad se presenta un deterioro de la capacidad para absorber hierro, folato y vitamina B12 y es similar a tendencias de desarrollar anemia en los adultos mayores estos pueden afectar algunas afecciones inflamatorias y sangrados en síntesis cualquier déficit o exceso de alguno de estos nutrientes puede generar cambios fisiológicos y de conducta, en la cual nuestra misión es encontrar un equilibrio para satisfacer las necesidades nutricionales de esta población con el fin de tener una mejor calidad de vida en los años que se presentan.

Conclusión.

Nuestro desafío consistió en, identificar y abordar las causas básicas y objetivas de el deficiente estado de salud, nutrición y alimentación del adulto mayor, tanto las enfermedades que se pueden prevenir realizando una buena promoción de salud, a fin de interferir a este grupo. Es importante educar y ayudar a familias, cuidadores, ya que, en este periodo de edad, los individuos presentan una pérdida de interés por la comida, desnutrición por una mala alimentación. Se debe además fomentar a la actividad, realizar un buen papel en el ámbito educacional. La identificación del deterioro y la intervención nutricional temprana pueden evitar algunas de las complicaciones incluso disminuir el riesgo a futuro, es esencial o fundamental el apoyo incondicional de cada uno de los miembros de la familia para alcanzar una mejor calidad de vida.

Referencias Bibliográficas.

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Mahan L. , Escott Stump S, Raymond J. (2014). Nutricion en el ciclo vital (Vol. 21). Santiago de Chile: