La adquisición de los buenos valores

...

La labor educativa iniciada en la familia se complementa y se especializa en la escuela y la sociedad. Los medios de comunicación social que penetran constantemente a los hogares transmiten culturas, valores, y modelos diferentes a los que imparten las instituciones educativas y muestran los padres, con el cual se genera una serie de dudas en la formación personal de los niños, niñas y entre los mismos padres y docentes. La labor educativa de la familia también se ha modificado y su efectividad es cada vez menor y más confusa y descuidada.

Escobar, P. (2012) plantea:

Cuando los valores no se realizan o se postergan, cuando no existe una conciencia de la dignidad humana surge lo que se llama crisis de valores. Hoy se vive una crisis de valores, grandes convulsiones morales que alcanzan todos los órdenes de la existencia humana y que en el campo del espíritu ha determinado una confusión de ideas y valores. (p 56)

Al respecto se puede señalar que es muy importante no posponer los valores debido a que puede crearse una crisis de valores que conllevaría a grandes conflictos dentro de la sociedad. En la actualidad existe una crisis de valores que afecta cada hogar y que crea ámbito críticos y confusión.

También es importante señalar que la crisis moral se ha apoderado de todos los estratos sociales educacionales y culturales del medio, ya que se ve reflejada en los hijos, jóvenes y alumnos que con actividades agresivas evidencian su presencia. Otra causa ha sido la transformación de la sociedad, los descubrimientos geográficos de informática, los cuales han contribuido en el deterioro de los valores tradicionales que han dejado de lado este tema para dedicarse a los avances tecnológicos.

Dentro de los problemas educativos que afectan el proceso de enseñanza-aprendizaje se encuentra la educación en valores como un aspecto sistémico, pluridimensional, intencional e integrado que garantiza la formación y el desarrollo de la personalidad consciente.

Por lo que la educación en valores y la relación con el desarrollo tiene en la actualidad una gran importancia para la sociedad, debido a los cambios y transformaciones que en los ámbitos social, económico y cultural se han venido presentando y que representan una desvalorización cívica y moral, es una exigencia que la sociedad demanda a la educación institucionalizada más como un deber que como una necesidad.

Se observa con gran preocupación que a la hora de hablar de los problemas de la educación, es necesario recalcar que la misma es fruto y reflejo de la sociedad en la que está insertada. Los alumnos llegan a las escuelas, con toda una carga de problemas propios: familias desgarradas y ausentes, violencia, abusos, y un sin fin de problemáticas. A eso hay que sumarle las influencias negativas que reciben de otras direcciones: drogas, alcohol, desórdenes alimentarios, entre otros. Los chicos son muy influenciables, y son proclives a caer en esos viciosos comportamientos, los cuales son muy difíciles, por no decir imposible para salir.

No hay que olvidar que para formar a la persona, fomentando actitudes y comportamientos que la promuevan como sujeto de interacción en la sociedad y en el medio ambiente, es el educar en valores. Se cuestiona y discute absolutamente todo, aun cuando es evidente que no existen argumentos serios para refutar las cosas.

Se cuestiona la figura de autoridad, tanto docentes y directivos. Este problema no solo proviene de los alumnos, sino que también por parte de las autoridades educativas. Gente con poca o ninguna experiencia dando clases, cuestiona los métodos empleados por los docentes en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

En el Estado Delta Amacuro la educación en valores constituye uno de los ejes transversales característicos de la Educación Bolivariana y a la vez, configura uno de los retos más importantes con los que se encuentran los educadores en la actualidad. El Ministerio del Poder Popular para la Educación tiene entre sus objetivos prioritarios el mejoramiento de la calidad de la educación que se ofrece a niños, niñas y jóvenes del Estado.

Este hecho se ha constituido en un reto que se ha asumido como un deber y un compromiso, por esto, se ha iniciado un proceso de reforma educativa que responde a las aspiraciones de diversos sectores educativos.

Con esta reforma se pretende promover cambios significativos que conduzcan a la formación de un ser capaz de practicar, dentro de la sociedad cambiante, valores tales como: la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad, el amor a la vida, la responsabilidad y la justicia. Se desea así lograr la formación integral de los valores.

Estos cambios en la práctica pedagógica permitirán hacer en la escuela un centro para la felicidad y alegría de los niños y niñas para el intercambio y la transformación social dentro de los cuales los maestros tomen conciencia de su valor transcendente para el progreso del país.

Hoy en día las familias deltanas, en su mayorías se encuentran enfrentando muchos factores que influyen negativamente en el deterioro de los valores, como son: en primer lugar el factor económico, ya que los padres trabajan quedando en algunos casos los niños solos, bajo la tutela del hermanito o hermanita mayor; y en segundo lugar, el otro factor es la violencia en el hogar en donde impera la triste realidad del maltrato físico; y verbal en los niños y en otros casos la presencia del maltrato a la madre por parte de su padre y en otras circunstancias por sus padrastros o madrastras.

López, (2003) citado por Moreno (2012), expuso al respecto:

En un estudio realizado se comprobó que existe un clima de agresión en el 40% de los hogares predominando el conflicto que no estimula la ayuda mutua, no favorece comunicación, lo que genera problemas de conductas, deficiencias escolar y depresión; en 5% de las familias predomina el control y cuando se ejercen en excesos, se manifiestan conductas de temor y baja autoestima. El divorcio ha provocado una pérdida de roles de padres y madres, pues la mayoría de los casos en la madres quien asume la doble función y se dejan a un lado la figura autoritaria que el padre debe ejercer. El alcoholismo, las drogas o las delincuencias es la formación de los hijos (p 75).

Es de conocimiento público que en las familias venezolanas existen un alto grado de violencia en el hogar que perturba la comunicación, genera presión en el ambiente del hogar deformando de esta manera la conducta, la tranquilidad de los miembros de la familia, y por ende se desmejora el rendimiento estudiantil también