La venta de antibióticos y su relación con la resistencia

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Con unas palabras un poco más sencillas podemos decir que una bacteria responderá a la acción eficaz de un antibiótico cuando es sensible a éste, hasta el punto de curar, y cuando encontramos resistencia es cuando necesitaríamos más dosis de la que suele ser utilizada de éste antibiótico, dosis que muy probablemente puede llegar a ser perjudicial para el paciente, para llegar a lograr tener un efecto en la bacteria.

Las bacterias pueden llegar esta resistencia de muchas maneras, desde cambios en sus membranas hasta cambios genéticos, como nos menciona Cires (2012):

Las bacterias adquieren la capacidad de resistir la acción de los antibióticos por medio de varios mecanismos como la variabilidad genética, la modificación de la permeabilidad de la membrana interna, la extracción del compuesto y la inhibición enzimática, así como por la modificación del blanco ribosomal o la alteración de la composición y el contenido de glicoproteínas de la pared bacteriana.

¿Cuándo y cómo se vuelve una bacteria resistente a los antibióticos?

Según Hernández y Luna (2008), al utilizar antibióticos para tratar una enfermedad, el éxito de los tratamientos depende de varios factores, como alcanzar la concentración óptima para inhibir la proliferación bacteriana, tomando en cuenta de no exceder la concentración mínima tóxica del medicamento. Se considera que el microorganismo es resistente al antibiótico cuando se sobrepasa de la dosis normal a la manejada en tratamientos convencionales; la resistencia se adquiere por mutaciones y se puede transmitir ya sea en sentido vertical debido a la seleccionan de las células hijas o en sentido horizontal que es determinada por la resistencia de una célula donante. Algunas bacterias gracias a ésta mutación producen enzimas que están en la superficie o dentro de la célula y que inactivan la sustancia del antibiótico, otras tienen membranas que impiden la penetración, etc.

¿Por qué es motivo de preocupación mundial?

La resistencia antibiótica es un problema creciente a nivel mundial, de acuerdo a Trucco O. Prado J. y Durán T. (2012):

El enorme aumento de los viajes internacionales expone a los individuos a cepas resistentes de otras regiones y así, la diseminación de la resistencia se transforma en un problema mundial. El aumento creciente de resistencia en el extranjero como en nuestro medio, hace que la vigilancia de la resistencia sea un pilar fundamental para orientar el manejo de los pacientes.

El proceso de la globalización en las últimas décadas ha permitido a la sociedad de todo el mundo tener un enorme intercambio de bienes, productos, información, cultura, entre muchas otras cosas, ayudando en cierta manera a “acortar fronteras” lo que ha aumentado la necesidad o el deseo para viajar de un lugar a otro, lo que en general ha sido una comodidad para las personas, sea convertido en una desventaja por el hecho de contagios masivos, porque así como se intercambian bienes o productos, las personas llevan también dentro de ellos las bacterias que habitan en su cuerpo, lo que ha llevado a encontrar cepas en lugares que jamás se creyó encontrarlos.

¿Cuál es el origen de la resistencia a los antimicrobianos?

La causa principal de la resistencia es el uso desmesurado de los antimicrobianos. Paradójicamente, la presión selectiva surge de la combinación del uso excesivo que se observa en muchas partes del mundo, especialmente en los casos de infecciones sin importancia, en las que su uso no está justificado, falta de acceso al tratamiento apropiado y el mal apego a la medicación, debido a la falta de recursos financieros para completarlo; incrementando los índices de hospitalización y sobre todo, aumentando las infecciones obtenidas por los pacientes en los hospitales, provocando así cuotas muy elevadas que son costeadas por las autoridades gubernamentales.

¿Qué posición adoptan los pacientes frente al tratamiento médico?

Muchos pacientes piensan que la mayoría de las infecciones, al margen de su etiología, se alivian con antimicrobianos y, por lo tanto, esperan que el médico les dé una receta ante cualquier discernimiento de infección. Un estudio realizado por Acfarlane y colaboradores, leído en OMS 2014 dice: “85% de los pacientes creían que sus síntomas respiratorios eran consecuencia de una infección y 87% pensaban que los antimicrobianos servirían para resolverles el problema. De estos pacientes, un quinto solicitó específicamente a su médico que le recetara un antimicrobiano.” Lo cual es una idea demasiado errónea por parte de los pacientes, que básicamente obligan al médico a recetar lo que desean y que conlleva a un nulo efecto terapéutico sobre la infección y altos costos.

Otro ejemplo significativo se muestra en Branthwaite y Pechère (citado en OMS 2014) señala:

Realizaron una encuesta de 3610 pacientes, de los cuales más de 50% creían que era necesario recetar antimicrobianos para todas las infecciones del tracto respiratorio, excepto en los casos de resfriado común. De los pacientes estudiados, 81% esperaba ver una mejoría de sus síntomas respiratorios a los tres días, y 87% creía que sentirse mejor era una buena razón para suspender el tratamiento antimicrobiano. La mayoría de los pacientes pensaba que podía guardar el resto del medicamento para usar en el futuro .

¿Cuáles son las repercusiones generales?

De acuerdo con la OMS (2014), la aparición de la resistencia a los antimicrobianos afecta el costo de la atención de la salud a nivel mundial y aunado a ello el sufrimiento humano, pérdida de productividad y a menudo, la mortalidad; actualmente en muchos países los fármacos se encuentran en libre venta, siendo baratos y costeables para los pacientes, con ello la eficacia clínica es ya limitada. Cuando un tratamiento no es eficaz, aumentan los costos, debido a que se prolonga la enfermedad, amplía la frecuencia y el periodo de las hospitalizaciones, con ello los agentes patógenos resistentes ya presentes, posiblemente generarán infecciones nosocomiales, de las cuales su control es bastante caro y su erradicación, extremadamente difícil.

Debemos de tomar en cuenta que los antibióticos son indispensables en la medicina moderna, pues en los avances médicos que se han tenido en las últimas décadas, desde el área quirúrgica, hasta los trasplantes de órganos van fuertemente ligadas a un tratamiento antibiótico. El problema al que se