Los valores específicamente políticos y Síntesis de la conferencia de Emilio Lleidó
Enviado por Jerry • 19 de Febrero de 2018 • 3.115 Palabras (13 Páginas) • 276 Visitas
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y autoconocerse. Así cada uno podrá automodelarse y autoelegirse gracias al auxilio del amigo. Pero no solo eso es lo que aporta la amistad sino, como dicho anteriormente, el virtuoso se puede identificar con su obrar y por ello se puede integrar con sus semejantes virtuosos cuales en una relación de amistad perfecta, no interesada, entran en un juego de aspiración (erótica)a la excelencia. Mediante esta, se hace posible pues, la modulación mutua, compartiendo, ejercitándose y corregiéndose el uno al otro como personas “unas e indivisibles”.
De esta imagen aristotélica dada, es de donde podemos extraer el valor solidario aplicable a la política. Donde la solidaridad converge en el compartir (experiencias deliberadas, pensamientos meditados etc.) para formar una unidad de individuos soberanos, amigos, para lograr acciones virtuosas, aunque sea solo en “partes” ya que lo llaman “amistad perfecta” pero nunca llega a lograr a ser “unos e indivisibles”, ni tampoco fundirse en un mismo alma/psyché.
Procediendo esta argumentación aristotélica, entramos en cierto campo problemático al extenderlo la realidad histórica. Con esto se hace referencia al dilema religioso, amor divino, amor a Dios y otorgado por el mismo, el ágape cristiano. En resumidas cuentas, este ágape cristino, se basa en dos dogmas principales; el primero es el amor al prójimo (fraternidad cristiana) que es lo mismo que amar al otro “por él mismo”, y el segundo, es que ese amor fraternal cristiano es un mero reflejo del amor agápico divino subordinado a Dios y otorgado por él, lo que lo convierte en el único de confianza.
Esto nos sirve de base para entrar en el concepto del valor de justicia, pero primeramente debemos mencionar a Nietzsche. Este filósofo, derrumbe de pleno múltiples pilares pero nos centraremos solamente en el dogma religioso (cual ante cualquier construcción crítica únicamente deja libre dos opciones; aceptarlo o no). Así pues, Nietzsche expresa como crítica al amor cristiano que el amor agápico, precisamente por ser gratuito, no tiene dificultad alguna en extenderse por el espacio y por el tiempo, porque el prójimo cristiano es hermano cristiano y por ende cualquiera. De aquí se extra el “amor por él mismo” o también llamado “dogma de la existencia ante saecula”, que en otras palabras se entiende por “amor al individuo por su existencia”. Esto es de importancia con posterioridad, y sobre todo reaparece durante la época revolucionaria francesa, desplazando la idea de fraternidad por las ideas de libertad e igualdad.
El amor al individuo por su existencia o también llamado “charme de la amistad”, tiene fuerza ética motivadora propia, que en otras palabras viene a decir que no puede imponerse por la fuerza o incentivarse exógenamente (sino se convierte, como la historia nos lo muestra, en acciones sociales inquisitorias y semejantes). Sin embargo, sí existe la posibilidad de promoverla socialmente mediante un modo indirecto (institución pública gratuita y obligatoria para no estancarse en la ignorancia tradicional). De este modo, lo anteriormente dicho, con la Revolución francesa, da un salto importantísimo convirtiendo “el amor al otro mismo”/la philía erótica/la philladelphía, mediante los medios político-sociales no incentivos ni coactivos, en la concepción de los derechos del los hombres y de los ciudadanos. Bien, esto se iba propagando continuamente hasta convertirse en universalidad. Pero no solo la universalidad es lo que se pretendía alcanzar sino también la isegoría conjuntamente. La isegoría se interpreta como un derecho que está garantizado y amparado democráticamente por el Estado, o, como lo entendían en época anterior a la democracia, significa un sistema en el que todos hacen uso de la palabra de igual a igual.
Así pues, llegado a este momento del análisis, es hora de hablar de la igualdad. La igualdad como sabemos, se incluye y se realza como uno de los valores fundamentales de Esapaña y mayoritariamente de los demás países y sus sistemas politico-jurídico-sociales. De aquí el dilema entre el valor de la igualdad y la fraternidad de la que hemos hablado antes que procederé a explicar. Si partimos de la igualdad (cuya interpretación es muy diversa, extensa y influida inmensamente por la cultura), a día de hoy, podemos considerar que existen leyes para la defensa jurídica de la misma al igual que otras leyes negativas que prohíben conductas que pueden afectar ese valor. Por lo cual, cualquier individuo puede cometer el acto que sea en contrario al valor de igualdad ante terceros (porque no siente la fraternidad hacia esa persona o por otros posibles motivos), pero ese acto tendrá repercusiones sobre el sujeto que menosprecia y realice tal conducta contradictoria al valor de igualdad. No obstante, con la fraternidad no es así, ésta no tiene respaldo jurídico, no hay leyes que puedan defender o prohibir que aceptes o ames a una persona (muy importante subrayar esto para el entendimiento de conceptos como legitimidad y autoridad).
Procediendo el dilema, si extendemos la igualdad legal a todos, esto no querrá decir que lleguemos a obtener una igualdad real. Como ejemplo; la ley proporciona una enseñanza de primaria gratuita para todos (sin tener en cuenta los umbrales económicos de las familias) pero no tiene en cuenta los gastos de material, los precio de las librerías, de los uniformes etc. dejando la regularización al libre albedrío del centro educativo. Por ende, podemos decir que todos los niños tienen derecho legal y se les ofrece la posibilidad de recibir una educación (propósito cumplido para el gobierno y ministerio de educación), pero, si consideramos las familias con lo ingresos mínimos (ya asunto de otro ministerio pero también problema del gobierno) a los cuales se les hace imposible pagar lo imprescindible/exigido (importante este “exigido” debido a que -enseñar- como tal, y con vocación del que enseña, solo hace falta el interés y ni siquiera siempre por las dos partes implicadas) para que su hijo/hija pueda formarse y se vea obligado a abandonar la escuela, este derecho, además de obligación, se queda corto. Consiguientemente, aparece desigualdad o falta de igualdad pero digamos que de otro tipo. Así pasa con numerosos valores que entran en conflicto entre si. Para aquellos casos de nuestra complejidad social, como en este problema de la igualdad, se han creado “soluciones” como por ejemplo, la discriminación positiva.
De todo ésto, podemos sacar la continua búsqueda de la excelencia que encamina a los sistemas políticos (no todos desde luego) hacia la justicia. La justicia, obviamente, como cualquier concepto, ha tenido modulaciones y la interpretación del mismo ha
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