Nuevas tendencias ecológicas.

...

Växjö está ubicada en el sur de Suecia y cuenta con aproximadamente 61,530 habitantes, cuyo objetivo es ser la primera metrópolis que logrará subsistir sin la utilización de combustibles fósiles para el 2030 (Playground Magazine, 2015). La idea nació en 1991, cuando las autoridades plantearon contribuir al ambiente en una proporción más grande. A partir de ese momento, la labor de la ciudad ha contribuido generosamente a la reducción de emisión de gases a la atmósfera y al acrecentamiento del uso de distintas fuentes renovables para la obtención de energía (Eldivisadero.cl, 2014).

El municipio ha adoptado un sistema de medidas encargado de regular el comportamiento de sus ciudadanos para garantizar el cumplimiento de las metas propuestas. (Habitat, 2000). Al iniciar el proyecto, se utilizó como motivación una rebaja en el cobro por servicios básicos a cambio de entregar residuos orgánicos, lo que llevó a que el 75% de los habitantes se sumen a la iniciativa de forma voluntaria; cifra que ha ido en aumento hasta casi el 100% en la última década (Playground Magazine, 2015).

Además, Växjö cuenta con plantas locales de generación de energía renovable como: la biomasa, el biogás, la energía solar y eólica, que proveen 40% de electricidad y gas a la ciudad. Están presentes en el diario vivir, pues el funcionamiento de los buses, la construcción de edificios, red de calefacción y agua caliente, se obtienen en parte por la electricidad que las plantas producen. Así mismo, el alcalde ha puesto en marcha la utilización de medios alternativos para la movilización funcionando más carriles para bicicletas, más recorridos para transporte público, una flota de coches de uso compartido que tienen aparcamiento gratuitos. (Hargassner, 2014).

También, los niveles de producción de CO2, han disminuido. Si se comparan las primeras mediciones que se realizaron en 1993 con los de la última década, es notorio el cambio que se ha dado. Gracias al reemplazo de los hidrocarburos por alternativas ecoamigables, las emisiones se han reducido en 48%; un porcentaje sumamente alto en relación a los niveles de otras ciudades. El pasado año, la ciudad solo produjo 2,4 toneladas de emisiones de CO2 por habitante, un número menor a otras metrópolis como Copenhague, según el contador de emisión de gases de Nueva York (Europa Press, 2009).

Adicionalmente, el avance en la lucha contra la contaminación ambiental, ha tenido tal apogeo gracias a la concientización sobre el medio ambiente de sus ciudadanos desde que son pequeños. Los hogares, escuelas y colegios deben enseñar y ayudar a desarrollar conocimiento y respeto por su entorno (Playground Magazine, 2015). Por ende, estas generaciones durante su desarrollo adoptarán buenos hábitos ambientales y cuando crezcan, podrán seguir contribuyendo al legado que la ciudad está dejando.

De igual manera, es necesario medir el efecto de este conjunto de normativas, es por eso que se aprueba un presupuesto económico destinado a todas estas actividades llamado Ecopresupuesto. Incluye porcentajes de consumo y producción de ciertos recursos que son regulados para mantener un equilibrio estable de su uso. Como es el caso de los alimentos o productos ecológicos en la ciudad, la cantidad de papel que debe usarse en las escuelas, oficinas y demás instituciones, o qué número de viajeros deben utilizar los transportes públicos en sustitución de los particulares (Eldivisadero.cl, 2014). También son considerados los vehículos menos contaminantes y la protección del entorno natural y la gestión del área forestal.

Esta pequeña ciudad ha captado la atención alrededor del mundo, incluso es denominada como “la ciudad más verde”. En el año 2000, el programa de Växjö fue galardonado con el Premio para Iniciativas Locales por Excelencia en la Protección de la Atmósfera del Consejo Internacional para las Iniciativas Ambientales Locales/International Council for Local Environmental Initiatives (ICLEI). Además, medios reconocidos como ABC y CNN, han elogiado numerosas veces las alternativas para el ahorro y reciclaje de energía, al igual que la reducción de gases emitidos a la atmósfera de la ciudad.

Al igual que Växjö, ciudades del mundo entero intentan contribuir a la difícil labor de contrarrestar el efecto que la humanidad ha causado. Sin embargo, esta ciudad es modelo de referencia para creer en que la colaboración de las distintas sociedades unidas pueden lograr un notorio cambio.

Bibliografía

abc.es. (07 de febrero de 2016). Obtenido de https://goo.gl/RKPcTM

Eldivisadero.cl. (2014). Obtenido de https://goo.gl/mdVN9g

Europa Press. (18 de junio de 2009). El primer contador de emisiones de CO2 a escala mundial, en Nueva York. Europa Press.

Habitat. (2000). Obtenido de https://goo.gl/O2lXSS

Hargassner. (29 de agosto de 2014). Obtenido de https://goo.gl/Aa81F6

Playground Magazine. (2015). Obtenido de http://bit.ly/2davT6q