PARTICIPACION CIUDADANA.
Enviado por Jillian • 9 de Marzo de 2018 • 18.487 Palabras (74 Páginas) • 257 Visitas
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Sin embargo, esa disfunción parece no haberse comprendido como un problema fundamental de la educación, toda vez que, en la mayoría de las propuestas educativas esta inclusión es solamente nominal: existe en la ley, la contemplan las normativas institucionales, pero nadie hace nada efectivo, directamente relacionado con esta participación, ni crea los espacios legales, culturales, sociales e infraestructurales para que ello ocurra.
Del mismo modo, algunos autores como Vallejo y Casarín (2006), logran demostrar con respecto a los diferentes estilos que se asumen desde el hogar para ejercer la tutela de los niños y niñas, que la influencia de las formas de gobierno parentales en el desempeño académico se extiende hasta la adultez; constituyendo la escuela uno de los centros con mayor impacto y sobre la cual se debe incidir con más profundidad, puesto que la labor parental nunca termina y la de la escuela tampoco.
Con base en lo anterior es fundamental considerar a la familia como aquella referencia básica y la primera instancia de socialización entre las personas, y por ende de formación. En efecto, en el entorno familiar se aprenden las normas de conducta, los hábitos, valores y formas de comunicación bases de la convivencia humana. De tal modo, que la familia es la principal transmisora de las actitudes, valores, comportamientos y prácticas que conforman la identidad humana social y cultural de las personas y la regla de cómo comportarse.
Por ende, los modelos que aportan padres y madres se convierten, en los valores, actitudes y comportamientos generalmente construidos sobre mitos, estereotipos y prejuicios, amparados en una visión tradicional y arcaica de cómo ser persona y estos se transforma en las reglas del juego que se asumen en el contexto familiar. Es por esto que para la educación existe el concepto introducido en la metodología interdisciplinaria, es decir el multiculturalismo, pluriculturalismo o interculturalismo, (de indudable el valor metodológico) el cual permitirá fortalecer la enseñanza aprendizaje en el contexto de las diferencias culturales o de la diversidad, que hoy se deja sin tomarla en cuenta en el proceso educativo.
Al mismo tiempo, la interculturalidad se interpreta como una alternativa para la formación de los seres humanos con las diferencias culturales, dando paso la integración de las acciones socio-culturales, que tiene cada contexto cultural, para nuestro caso, es una alternativa de orientación el respeto de los derechos culturales y así optar los mejores logros de aprendizaje. En tal sentido, hoy día, la transmisión de la cultura, desde una perspectiva crítica, es una acción pedagógica que tiene como objetivos conservar productos culturales y posibilitar espacios de creatividad y renovación, en cualquier lugar del mundo.
La transmisión de la cultura, desde esta mirada, es fundamental para la conformación de los sujetos y la construcción de una sociedad llena de éxito. Considerando que los contenidos de la educación no son neutros, pues están en el campo de lo cultural; la función del maestro adquiere una relevancia significativa para ser promotores de cambios dentro de las comunidades donde se desenvuelven. Es por ello que, la escuela pretende instaurar, como valor fundamental, una sociedad basada en principios igualitarios: todos los seres humanos nacen iguales y tienen iguales derechos, intentando formar la homogeneidad para que la ciudadanía se sienta parte de una comunidad inclusiva, equiparando igualdad y la justicia social.
En el contexto de los objetivos, fundamentos y principios de la educación la misma establece que los fines orientadores de la Educación, así como sus principios son de ética, equidad, inclusión, calidad, democracia, interculturalidad, que contribuya al reconocimiento y valoración de nuestra diversidad cultural, es decir, se busca la incorporación de la comunidad en las actividades desarrolladas por las instituciones que se encuentran establecidas en la localidad.
Por otra parte, cuando se habla de comunidad se concibe como un grupo o conjunto de individuos, seres humanos, o de animales (o de cualquier otro tipo de vida) que comparten elementos en común, tales como un idioma, costumbres, valores, tareas, visión del mundo, edad, ubicación geográfica (un barrio por ejemplo), estatus social, roles. Por lo general en una comunidad se crea una identidad común, mediante la diferenciación de otros grupos o comunidades (generalmente por signos o acciones), que es compartida y elaborada entre sus integrantes y socializada. Generalmente, una comunidad se une bajo la necesidad o meta de un objetivo en común, como puede ser el bien común; si bien esto no es algo necesario, basta una identidad común para conformar una comunidad sin la necesidad de un objetivo específico.
De este modo, Kisnerman (1986) dice que “la comunidad proviene del latín communis, que significa hombres conviviendo juntos en un espacio, compartiendo algo, convivencia, comunicación, unidad” (p. 35). Por lo tanto, podemos en principio decir que es un sistema de relaciones sociales en un espacio definido, integrado en base a intereses y necesidades compartidas. Otro autor como Ander (2011) refiere la comunidad como uno de los conceptos más utilizados en las ciencias sociales haciendo referencia a realidades muy diversas. En su aceptación originaria el término “comunidad” hacía referencia a un ámbito especial de dimensiones relativamente reducidas.
Algunas veces en nuestro país este término se utiliza para designar un pequeño grupo de personas que viven juntas con algún propósito en común o para aludir un barrio, pueblo, aldea o municipio. La definición de comunidad según Montero (1986) considera a la misma como un grupo de individuos en constante transformación y evolución, que en su interrelación generan pertenencia, identidad social y conciencia de sí como comunidad; lo cual los fortalece como unidad y potencialidad social. Este grupo social y dinámico comparte problemas, intereses en un tiempo y espacio determinado, haciendo realidad y vida cotidiana.
La autora antes mencionada, diferencia comunidad del sentido o sentimiento de comunidad, y agrega que ambos forman parte de un mismo fenómeno y son objetos sociales complejos con múltiples determinaciones. Además percibe la comunidad como un conjunto borroso, móvil y en constante elaboración. Se considera muchas veces que hay comunidad donde hay sentido de comunidad y viceversa. Sin embargo, cuando se mencionan los elementos de una comunidad se puede hacer mención a la membresía, la cual abarca la historia, la identidad social, el compromiso, los símbolos comunes, la seguridad, el apoyo emocional, la inversión personal, los
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