Panorama de la Educación en Mexico..

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Mirar la escuela desde afuera

Emilio Tenti Fanfani

La escuela había sido hasta ahora una de las instituciones más importantes para la sociedad, sin embargo actualmente se ha convertido en un sufrir ya que los niños de hoy en día no les interesa adquirir los conocimientos necesarios para poder desarrollarse de la mejor manera en su vida cotidiana.

En el “afuera” todo cambia: la economía, la ciencia y la tecnología, la estructura social y la familia, los modelos de distribución de la riqueza, la morfología de la sociedad, la cultura y la subjetividad, las instituciones y prácticas políticas, mientras estas transformaciones cambian, la escuela sigue con sus prácticas sus reglas y sus disciplinas no podemos permitir que estas transformaciones afecten “lo que la escuela hace y produce”. De aquí se parte para hablar de la relación que tiene la escuela con la sociedad, pues el objetivo de esta es influir en los niños y de ese modo prepáralos para su integración mientras la escuela les brinda las herramientas la sociedad se encarga de quitárselas, pues si en la escuela los formamos con los valores y competencias necesarios para sobresalir en sociedad, la misma los corrige y hacen que actúen de manera contraria. ya no es sólo la sociedad la que tiene que adaptarse a la escuela, sino que ahora se espera que ésta también se adapte a la sociedad, es decir a las características particulares de sus alumnos la sociedad debe "mirar" a la escuela con otros ojos. Deben conocer mejor sus objetivos, sus lógicas, sus alcances y limitaciones, las condiciones sociales y pedagógicas del aprendizaje a sí mismo la escuela la escuela debe mirar de otra manera a la sociedad, más atenta y fina de lo que sucede en la misma ya que afecta directamente a los niños y la manera en cómo se va a desarrollar.

La escuela obligatoria

Gimeno Sacristán.

La educación debe preocuparse por estimular diferenciaciones que no supongan desigualdades entre los estudiantes; tiene que hacer compatible el currículum común y la escuela igual para todos con la posibilidad de adquirir identidades singulares, lo que significa primar la libertad de los sujetos en el aprendizaje. En la escuela de hoy en día debe practicar la inclusión, pues los niños no son quienes discriminan los demás con discapacidades, somos nosotros mismos como docentes quienes le negamos la posibilidad de incluirlos en las escuelas, negándonos a la posibilidad de atenderlos y preocuparnos por su educación. La diversidad natural de la que hemos hablado, la singularidad de cada individuo, se entenderá y se reaccionará ante ellas desde el punto de vista de su clasificación en categorías. La singularidad será tolerada sólo en la medida en que no sobrepase los límites de variación que no distorsionan el trabajo ‘normalizado’ con cada categoría clasificada. Los profesores parecen haber perdido la capacidad profesional de trabajar con la diversidad, si ésta no es reducida por algún tipo de clasificación de estudiantes.

La escuela y su currículum, que deben ser oportunidades para todos, pasan con demasiada facilidad a ser estructuras de dificultades graduadas que todos han de superar a un mismo ritmo y con las mismas ayudas, de suerte que en cada uno de los escalones establecidos con la graduación medimos a los sujetos.