“Pensar al niño como sujeto – La cuestión de la infancia”
Enviado por Sandra75 • 3 de Mayo de 2018 • 2.511 Palabras (11 Páginas) • 378 Visitas
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Una mirada desde el presente ilumina el ciclo histórico reciente y nos permite en forma preliminar esbozar una serie de hipótesis:
- La niñez devino un verdadero laboratorio social en el marco de un proceso histórico denominado por la aceleración del cambio científico-tecnológico, la desaparición gradual del mundo del trabajo, la globalización económica y tecnológica y la mundialización de la cultura. Decimos “laboratorio social” porque los niños nacidos en la argentina durante los años ochenta, y mas allá en los noventas, crecieron en un escenario en profunda mutación, y se convirtieron en testigos y en muchos casos en víctimas de la desaparición de formas de vida, pautas de socialización, políticas de crianza. En el caso argentino, el pasaje del viejo país al nuevo (Feijoo, 2000), marcado por el desempleo, la movilidad descendente y el aumento de la pobreza, produjo una brecha mayor entre generaciones contemporáneas en cuanto a condiciones de vida y horizontes de futuro y un aumento notorio de la desigualdad social dentro de la misma generación infantil. Se produjo, por otra parte, el pasaje de una sociedad infantil caracterizada por la mezcla social a una sociedad crecientemente marcada por las diferencias sociales. Pasaje traumático que permite identificar distintas temporalidades de la historia argentina en el presente, desde el niño que un corro tirado por un caballo recorre por la noche la gran metrópoli y que recuerda el siglo XIX, hasta el niño que accede a las más modernas tecnologías del siglo XIX desde la privacidad del hogar familiar.
- En este escenario en franca mutación, la niñez adquirió visibilidad, al mismo tiempo que se produjo cierta invisibilización de las consecuencias trágicas que tubo sobre los niños el cambio de estructura social en la argentina. En esta nueva visibilidad colaboro el reconocimiento de los derechos del niño, que dio lugar a cierta universalización de la identidad infantil en la medida que en la concepción del niño como “sujeto de derecho” se inscribieron signos mundiales que disolvieron las diferencias y desigualdades locales y territoriales en una estética global. A la vez que el niño “sujeto de derecho” fue enunciado de un discurso de democratización de las instituciones de menores y de interpelación a los gobiernos nacionales, este se constituyó en una figura global en un escenario de aumento inédito de la vulnerabilidad de la infancia en la argentina. Los medios, en tanto espacios de la visibilidad y del reconocimiento, generaron estas décadas productos que colaboraron de diversas formas con una estatización o espectacularización dramática de la experiencia infantil. Los derechos del niño a nivel universal.
- Se desarrolló en este ciclo histórico un proceso de creciente mercantilismo de los bienes y servicios para la infancia, los cuales incluye un espectro amplio y variado de fenómenos que van desde la explosión de los maxiquioscos y jugueterías hasta la privatización comercial del festejo de cumpleaños infantil. Bienes y servicios que adquirieron valor de cambio, valor de uso, y valor de signo en un escenario de acceso material desigual de la población infantil al consumo y de debilitamiento general de los espacios públicos. El proceso que algunos autores denominan de macdonalización de la sociedad como nueva racionalidad económica intervino en la circulación de un nuevo tipo de signos que asumen aspectos polémicos -en un contexto de aumento de desigualdad- por la combinatoria de deseos, necesidades e investimentos afectivos que el consumo infantil genera y su impacto en la constitución de las identidades sociales. Niño como sujeto del consumo. Privatización.
- Esta creciente mercantilización fue contemporánea del debilitamiento de estado-nación como cuerpo de pertenencia imaginaria durante estas décadas (Sidicaro, 2000:12), dejando atrás en el tiempo aquella potente y a la vez polémica interpelación estatal de la población infantil de las décadas de 1940 y 1950. Si bien en el caso de la niñez no hubo un debilitamiento de la acción estatal en sentido estricto –en tanto en la década de 1990 se diseñaron políticas educativas y sociales activas con rasgos polémicos-, se produjo escisión entre cierta retórica del discurso estatal referido a la niñez y las políticas económicas que operaron un despojo sin precedentes de las generaciones futuras.
Las políticas de infancia pensadas como políticas en las que se pone en juego la representación del niño en el sentido de “hablar en nombre de” otro ausente en el momento de la representación, a la vez que se especializaron y dieron lugar a otro tipo de presencia en el organigrama y en la agenda estatal, encarnaron la crisis de la relación entre representantes y representados, con telón de fondo de la reforma del estado y el cambio profundo de la estructura social. Maestros que a lo largo de los años 90 ocuparon la escena pública hablando “en nombre de” los alumnos del sistema educativo, y más tarde familiares que hablan “en nombre de” sus hijos victimas de situaciones de muerte o maltrato, comenzaron a llevar adelante políticas de representación de niños y adolescentes que indican tanto la crisis de las mediaciones estatales como el componente político de los vínculos educativos y filiales. Niño sujeto de derecho, el estado tiene que garantizar los derechos de la sociedad (debilitamiento del estado).
- Las identidades infantiles se vieron afectadas por procesos de homogeneización y heterogeneización sociocultural. Mientras ciertos elementos indican formas de uniformización de la cultura infantil como resultado de una cultura global sobre la infancia, en aumento de la desigualdad social genero una mayor e irreversible distancia entre las formas de vida infantil, si solo entendemos el contraste entre el country y la villa como hábitats paradigmáticos. Si bien es posible realizar una lectura totalizadora de la identidad infantil en el periodo teniendo en cuenta ciertas marcas globales y la permanencia de dispositivos modernos como la escuela, es necesario un trabajo de destotalización de las identidades que tenga en cuenta los procesos de apropiación diferencial de los niños ello no implica dejar de destacar el predominio de elementos de estandarización y de estereotipia en la oferta cultura-comercial Para niños que sesga los modos de apropiación, recordando a su vez la mayor permeabilidad del niño frente a los relatos. Las condiciones desiguales para el acceso provocaron no solo el aumento de diferencias, sino también la presencia de nuevas formas de distinción social a través del consumo infantil distinciones que parecen retrotraernos a la etapa previa a la ampliación del acceso al consumo que se produce
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