Pero nada de esto arruino el maravilloso momento que estaba viviendo al ver al Lauren reír y convivir con su madre. Ella realmente tiene una sonrisa maravillosa
Enviado por Eric • 12 de Noviembre de 2018 • 3.877 Palabras (16 Páginas) • 375 Visitas
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-Lauren espera.-
-¿Paso algo?-
-No, nada.- Sonreí.- Todo perfecto.- Ella me devolvió la sonrisa para luego detenerse.
-Necesito que cierres los ojos.- Dijo ella colocándose frente a mí.
Yo no tenía razón para desconfiar de Lauren pero aun así, no quería cerrar los ojos. De alguna manera odio las sorpresas.
-Mila...-Me llamó.- ¿Confías en mí?-
Y fue esa mirada de cachorro suplicante y esa sonrisa que podría derretir a cualquiera la que hizo que mi corazón latiera a mil por hora. Si bien llevo poco tiempo de conocer a Lauren, estar junto a ella es como estar en las nubes. Mi cabeza reacciono por si solo asintiendo haciendo que ella sonriera dulcemente. Cerré mis ojos.
Sentí como ella se colocó detrás de mí y con cuidado me guiaba hacia algún lugar.-No se vale hacer trampa Mila.- Me recordó.
-Te juro que no estoy viendo lolo.-
Y fue en ese momento cuando Lauren paro en seco.- ¿Cómo me dijiste?- Escuche que me preguntaba. Yo sonreí y aun sin abrir los ojos le conteste.- Lolo.- No podía verla pero sé que al escuchar mi respuesta ella sonrió. Continuamos caminando hasta que ella me dijo.
-¿Estas lista?-
-Sí.-
-Ya puedes abrir los ojos.-
Lentamente fui abriendo los ojos, encontrándome con un paisaje fuera de este mundo. –Esto no pude ser real.-
Lauren sonrió.
Lo que estaba frente a mí era algo inimaginable, es que realmente era imposible. Ni siquiera estábamos en la parte del reino donde esto podría ocurrir.-Sorprendente ¿no?- Pregunto Lauren con su hermosa sonrisa.
Un lago…
Debo reconocerlo, un lago mágico porque ¡Demonios! Su agua era realmente cristalina, una hermosa cascada que caía dejando escapar un hermoso sonido de como el agua corría. Arboles de todo tipo pero todos diferentes a los de la otra parte del bosque. Mucha pero mucha vegetación pero los contrastes de colores eran increíbles. Algunos de los arboles tenían frutos que nunca había visto ni siquiera en el castillo, pero ¿Qué clase de lugar este?
Lauren se mostraba alegre al ver mi asombro pero eso no evito que me invitara a entrar.
-¿Vienes?- Pregunto ella acercándose a la orilla de aquel hermoso lago.
-No sé nada.- Conteste sincera.
-Entonces tendré que enseñarte.- Confiada me acerque a ella y delicadamente ella me ofreció su mano, lentamente me ayudo a introducirme a las frías aguas de aquel lugar. Sonreí al estar junto a ella, el mundo podría detenerse, destruirse, lo que sea. Y a mí no me importaría porque este momento es realmente hermoso. Lauren me miraba fijamente, sus hermosos orbes esmeraldas habían cambiado, no estaba segura si era por el contraste de la luz, pero pude notar como estos habían conseguido una degradación de colores hermosa. Azul, verde, celeste incluso unos tonos amarillos podía ver dentro de sus ojos.
De repente ella comenzó a hablar
-Cuando era pequeña, discutía mucho con Louis y recuerdo ser muy grosera con mi madre. Me sentía que no encajaba en ningún lugar, desde un comienzo supe que este no era mi lugar.-
-¿Por qué te sentías así?-
-No lo sé, pero aún sigo sintiéndome de esa forma cada día, excepto.- Dijo volteando a verme a mí.
-¿Hoy?-Pregunte dudosa.
-Creo que el día de hoy ha sido especial.- Menciono
-Yo también creo lo mismo.-
Ambas nos estábamos acercando poco a poco pero como siempre algo debe salir mal. Un sonido fuerte era como un millón de caballos acercándose, gritos se escuchaban por doquier. Inmediatamente me asuste pero Lauren intento tranquilizarme. Un gélido grito me hizo congelarme, se escuchó como si le hubiesen quitado la vida a alguien. –Tranquila, nadie conoce este lugar.-Me dijo Lauren pero aun así mi piel comenzaba a erizarse.
-Creo que se mejor que nos vayamos.-Dijo Lauren.
Yo no respondí pero eso no evito que ella me ayudara a salir de aquel lugar. Ambas estábamos empapadas. Como se suponía que entraría al castillo de esta manera. Cuando estábamos acercándonos al pueblo, miles de antorchas estaban encendidas, esto no era nada parecido a lo que había visto antes.
-Pero qué diablos.- Escuche a Lauren decir al parecer esto era tan nuevo para ella como para mí. Y fue cuando estábamos a punto de salir cuando lo vi. Montado sobre un enorme caballo negro. Era el, debía ser él, había escuchado hablar demasiadas veces de él y aunque jamás lo hubiese visto estaba más que seguro que era él.
-Busquen a la princesa Camila ¡Encuéntrenla! O les juro que los mato a todos.-Grito el. Su sombrío rostro me causo escalofríos y con la luz de las antorchas alumbrando su rostro no ayudaba mucho.
-El hijo del Duque…-Dijo Lauren confirmando mis sospechas
Y efectivamente era el, aquel hombre con quien se suponía debía pasar el resto de mis días. El hombre quien al casarse conmigo subiría inmediatamente al trono convirtiéndose en rey. Sus ojos eran totalmente diferentes a los de Lauren, parecían vacíos y llenos de odio. En el no veía ni una pisca de ternura, al contrario el hombre me estaba llegando a intimidar.
-¿Estas bien Mila?-Me preguntó Lauren.
-Yo… ahm… Creo que será mejor que me vaya.-Dije intentando no sonar tan nerviosa como lo estaba.
-¿Que? ¿Por qué?-
-lo siento Lauren, te veo luego ¿sí?- Y con eso desaparecí evitando lo mas posible a los guardias y por supuesto a quien los comandaba. Cuando por fin creí estar a salvo, alguien me tomo del brazo causándome un gran susto.
-¡Hey! Tranquila soy yo.-
-¿Justin?-Pregunte sorprendida al ver a mi amigo,
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