Posición depresiva, melanina klein.

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El conflicto depresivo: lucha constante entre la destructividad del bebe y sus impulsos amorosos y reparatorios. El fracaso en la reparación produce desesperación yl el éxito produce renovadas esperanzas. Aquí el bebe resuelve gradualmente sus ansiedades depresivas y recupera externa e internamente sus objetos buenos al reparar a sus objetos internos y externos en la realidad y en sus fantasías omnipotentes.

La posición depresiva como progreso crucial: el bebe cambia radicalmente su concepción de la realidad. Integra más su yo al disminuir sus procesos de proyección y al empezar a percibir su dependencia de un objeto externo y la ambivalencia de sus propios instintos y fines: descubre su propia realidad psíquica (advierte su propia existencia y la de sus objetos como seres distintos y separados de él. Comienza a distinguir entre fantasía y realidad externa.

La prueba de la realidad existe desde ele nacimiento: experiencias buenas y malas, en la fase de posición depresiva esta prueba se afirma más (más significativa y se vincula con la realidad psíquica).

El bebe descubre gradualmente tanto los límites de su odio como los de su amor, y a medida que su yo crece y se desarrolla encuentra cada vez más recursos para influir realmente sobre la realidad externa. El yo se fortifica gracias al crecimiento y asimilación de objetos buenos, introyectados en el yo y en el superyó: RELACION DE REALIDAD LOGRADA.

El punto de fijación de las enfermedades psicóticas yace en la posición esquizo-paranoide y en los comienzos de la posición depresiva. Cuando se produce una agresión a estos puntos tempranos del desarrollo, el sentido de realidad se pierde y el individuo se psicotiza. Pero si alcanzó la posición depresiva y se la elaboró por lo menos en parte, las dificultades que aparecen en el desarrollo posterior no son de carácter psicótico, sino neurótico.

Con la progresiva elaboración de la posición depresiva, cambia totalmente la relación con los objetos. : bebe adquiere capacidad para amar y respetar a la personas como seres diferenciados. Y separados. Puede reconocer como propios sus impulsos y responsabilizarse por ellos y tolerar la culpa. Control de impulsos.

Cambia el carácter del superyó: objetos ideales y persecutorios introyectados durante la posición esquizo-paranoide forman bases para el superyó. Objeto persecutorio: autor de castigos crueles. Objeto ideal: con quien anhela identificarse, se convierte en parte del superyó correspondiente al ideal del yo que resulta persecutorio por exigencias de perfección.

Superyó se integra más y es tomado como objeto interno total y amado con ambivalencia. El superyó es vivenciado como muy severo y persecutorio. , a medida que se afirma como objeto total, pierde sus aspectos monstruosos y se aproxima a imagen de padres buenos y amados. También ayuda al bebe contra la lucha de los impulsos destructivos.

El dolor del duelo vivenciado durante esta fase, y los impulsos reparatorios para restaurar objetos internos y externos amados constituyen las bases de la creatividad y la sublimación. Estas reparaciones se dirigen al objeto y al yo. El anhelo de recrear sus objetos perdidos impulsa al bebe a juntar lo que ha hecho pedazos, a reconstruir lo destruido, a recrear y a crear. Igual, su deseo de proteger a sus objetos lo lleva a sublimar los impulsos que siente destructivos. La preocupación por los objetos produce una inhibición de los impulsos instintivos. La represión reemplaza la escisión. MECANISMO PSICOTICOS CEDEN SU LUGAR A LOS MECANISMOS NEUROTICOS: inhibición, represión y desplazamiento.

Génesis de formación de símbolos: para proteger los objetos, el bebe inhibe en parte sus instintos y en parte los desplaza sobre sustitutos: formación de símbolos. Sublimación y formación de símbolos estrechamente vinculados con conflictos y ansiedades de esta fase.

Durante esta fase cambia enteramente el clima del pensamiento. Se desarrolla la capacidad de establecer vinculaciones y la de abstraer, base del tipo de pensamiento que esperamos del yo maduro (no característico de fase esquizo-paranoide).

Experiencias de duelo, reparación, perdida y recuperación, el yo se enriquece con los objetos que ha debido recrear en su interior, y que ahora se hacen parte de él. Aumenta confianza para recuperar objetos buenos o conservarlos.

La posición depresiva nunca se elabora completamente. Tenemos siempre ansiedades relacionadas con la ambivalencia y la culpa y situaciones de perdida que revivan experiencias depresivas. Cualquier pérdida de la vida posterior reaviva la ansiedad de perder el objeto interno bueno y con ella todas las ansiedades sentidas originalmente durante la posición depresiva. Por el contrario, esto no sucederá si es que el bebe durante la posición depresiva ha podido establecer un objeto interno bueno suficientemente afianzado. Orientación a una elaboración fructífera cuyas consecuencias son enriquecimiento y creatividad.

Cuando la posición depresiva no se ha elaborado suficientemente e y no se ha afianzado la creencia en el amor y la creatividad del yo y en su capacidad de recuperar interna y externamente objetos buenos, el desarrollo posterior es mucho menos favorable: un yo acosado por la ansiedad constante de perder totalmente las situaciones internas buenas, esta empobrecido y debitada. Tiene una frágil relación con la realidad y perpetuo temor. Por ultimo un amenaza a hacer regresión a la psicosis.