Proyecto sobre la incrementacion de trata de personas.

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2.2 Bases teóricas

Históricamente el término trata ya se reflejaba en la Edad Media dentro del contexto de las guerras y conquistas de los romanos, las cuales influyeron determinadamente en la venta de esclavos y aumento de la práctica de la prostitución; o en el contexto de la lucha entre los reinos cristianos y musulmanes cuando las personas adquirían la categoría de mercancía y bajo estas condiciones eran llevadas de un lugar a otro para su compraventa.

Posteriormente, en el siglo XIX e inicios del XX, se hacía alusión a la trata de personas como un fenómeno que afecta a las mujeres. Así, con el término Trata de Blancas, se definía al comercio de mujeres blancas europea- as y americanas que eran raptadas y luego llevadas a países árabes, áfrica- nos o asiáticos para ser sometidas a la prostitución o como concubinas. A partir del reconocimiento internacional de los derechos humanos y la abolición de la esclavitud, se estableció que eran víctimas de trata las mujeres de todos los continentes y razas, dejando así de utilizarse el término de trata de blancas y se comenzó a utilizar el término que conocemos hasta ahora: trata de personas.

No obstante el reconocimiento expreso a nivel internacional de la trata de personas como violación a los derechos humanos esta no ha conseguido ser erradicada. A esta situación se encuentra fuertemente ligada la influencia del fenómeno de la globalización y el capitalismo, que han propiciado marcadas diferencias entre los países ricos y pobres, generando como consecuencia la migración por motivos económicos, en busca de mayores ingresos o un mejor nivel de vida. A esta penosa realidad se ha sumado la formación de redes de criminalidad a nivel internacional que, aprovechándose de la situación vulnerable de las personas que viven en países pobres o subdesarrollados, se dedican a engañar o forzar a personas necesita- das para ser explotadas en diferentes partes del

El nuevo negocio de redes de tratantes genera ingresos multimillonarios a un bajo coste con una mercancía barata y abundante: las personas que viven en extrema pobreza. Así, miles de personas provenientes de América Latina, el Caribe, África, Asia y Europa del Este son desplazadas de un lugar a otro bajo engaño, violencia o amenaza para luego ser sometidas a la esclavitud o trabajo forzado, esto ha hecho de la trata de personas la actividad global más lucrativa después del tráfico de gas y de armas.

Según la Organización Inter- nacional del Trabajo, se estima que hay alrededor 12,3 millones de personas en trabajo forzado que se manifiesta de diversas formas, incluyendo la servidumbre por deudas, el tráfico y otras formas de esclavitud moderna. Del total de víctimas, al menos 1,39 millones son víctimas de explotación sexual y el 56 por ciento son mujeres y niñas, lo que las con- vierte en las víctimas más vulnera- bles1. Por lo tanto, podemos aseverar que nos encontramos ante un fenómeno criminal.

La Trata de Personas es un problema complejo multi causal en el cual convergen causas económicas, sociales, políticas y culturales. Entre los diferentes factores causales se pueden mencionar los problemas socioeconómicos de los países sub- desarrollados, la discriminación de género, etárea y étnica, las leyes migratorias y laborales cerradas y represivas y los altos niveles de lucro que tiene este delito para las organizaciones delictivas dado los escasos riesgos para sus autores pero con connotaciones ultrajantes para sus víctimas.

Otra causa es la exclusión social que sufren los y las inmigrantes en sus países de origen debido a que estos países "se ven excluidos de las redes de la economía mundial y de los flujos de circulación de la riqueza, convirtiendo a sus habitantes en 'poblaciones sobrantes'... por no resultar útiles o funcionales en el curso de esos procesos"3. También podemos apuntar a razones de pobreza, desempleo, falta de educación o vulnerabilidad de las víctimas.

De igual forma, esta modalidad de la trata de personas puede ser más difícil de ser identificada y estimada en comparación a otras modalidades debido a que no se encuentran involucradas las mismas redes criminales y puede ser ejecutada por individuales que someten desde uno a cientos de trabajadores a la servidumbre forzada.

En cuanto al trabajo forzado entre población migrante, esta explotación se ve potenciada por tres condiciones:

1) El abuso de contratos.

2) Leyes locales inadecuadas respecto al reclutamiento y empleo de trabajadores migrantes.

3) La imposición intencional de costos y deudas ilegales a estos trabajadores en el país de origen, frecuentemente con la complicidad y apoyo de las agencias de trabajo y de los empleadores en el país de destino.

En la modalidad de servidumbre doméstica involuntaria, sus víctimas son coaccionadas o forzadas tanto física (incluyendo el abuso sexual) como emocionalmente. Este tipo de servidumbre es difícil de detectar dado a que esta se desarrolla en casas privadas y es una actividad frecuentemente no abordada por las autoridades públicas.

Respecto a la modalidad de explotación laboral infantil, la mayoría de las organizaciones internacionales y las leyes nacionales reconocen que los menores de edad puedan trabajar legalmente en trabajos no peligrosos.

En contraste, las peores formas de trabajo infantil son en la actualidad objeto de erradicación en las naciones alrededor del mundo. A esta explotación laboral infantil se le aúna la utilización de niños en conflictos armados que incluye el reclutamiento ilegal de niños por la fuerza, fraude o coerción; para luego ser utilizados en labores de explotación dentro del ejército o para ser abusados como esclavos sexuales en las áreas de conflicto. Estas actividades ilegales son perpetradas por fuerzas del gobierno, organizaciones paramilitares o grupos rebeldes.

Según datos de UNICEF hay más de 300,000 niños menores de 18 años que en la actualidad son explotados en más de 30 conflictos armados alrededor del mundo, cuyas edades oscilan entre los 15 y 18 años. Estos niños y niñas son secuestrados para ser explotados como combatientes, cocineros, guardias, sirvientes, mensaje- ros o espías. Muchas de las jóvenes son forzadas a tener relaciones sexuales con los combatientes. La mayoría de estos niños son asesinados o heridos y los que sobreviven sufren múltiples traumas y miedos psicológicos, por lo que su desarrollo personal es irreparablemente dañado.

En cuanto a la explotación sexual comercial,