Prácticas chamánicas estudiadas y comparadas a lo largo y ancho de los cinco continentes.
Enviado por Helena • 15 de Mayo de 2018 • 5.684 Palabras (23 Páginas) • 267 Visitas
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“El fuego”, cualquiera que sea su naturaleza, transforma al hombre en “espíritu”; por esto los chamanes están considerados como amos del fuego(…)el “dominio del fuego” o la iniciación equivalen, en cierto modo, a una iniciación”[3]
Vocación Chamánica
Tanto a lo largo del continente asiático como los casos observados en América, África y Europa la vocación chamánica puede suceder de dos maneras, la primera es una vocación hereditaria, es decir los propios miembros de la familia transmiten todo el conocimiento al futuro chamán. En ocasiones se transmite por línea materna y en otras ocasiones por línea paterna, esta profesión es hereditaria entre por ejemplo, los Niyimas del Sudán meridional, entre los Batak,, entre tribus de las Guayanas y Amazonas como los Cobeno, Macuschi o Shipibo. Sin embargo, en otras muchas ocasiones se admite obtener estos poderes mágico-religiosos de manera espontánea, ya sea en un sueño, en visiones, “accidentes” o de manera voluntaria.
Cuando esta vocación no se transmite por un linaje familiar, en la mayoría de ocasiones la llamada a la vocación se presenta como una “enfermedad”, por ejemplo, en Samoa los epilépticos se convierten en adivinos [4] o los numerosos casos árticos en los cuales se relaciona la histeria con el trance chamánico o las relaciones existentes entre desequilibrio mental y las diferentes formas de chamanismo sur-asiático y oceánico. Estos son algunos ejemplos de cómo la llamada de la vocación chmánica viene en forma de lo que nosotros entendemos como enfermedad. No es de extrañar puesto que tanto el verdadero religioso como el místico están muy cerca de la revelación que fundamenta la existencia humana, es por esto que el futuro chamán siente la necesidad en muchas ocasiones de aislarse o de pasar largo tiempo en soledad para permitirse el espacio que dicha revelación necesita. Pareciera que, tras caer enfermo fuese la misma enfermedad la que permitiera cuestionarse a sí misma acerca de lo que es y junto con esto comenzar a realizar una reconversión de valores, creencias y patrones acumulados hasta entonces. De esta manera permitir que todos ellos salgan a la luz de la conciencia para ser expulsados y llegar al cuestionamiento de sí mismos, profundizar realmente en la existencia humana y sus raíces.
“Pero el mago primitivo, el hombre-médico o el chaman no es solo un enfermo: es, ante todas las cosas un enfermo que ha conseguido curar, y que se ha curado a sí mismo”[5]
Iniciación
Todo chamán necesita una iniciación, esta introduce al futuro chaman ante las puertas de lo desconocido, la finalidad de la iniciación tiene como objetivo la transformación del hombre “común” en un experto de lo sagrado. La iniciación es tanto teórica como práctica, y todas ellas tienen el mismo esquema: sufrimiento, muerte y resurrección. Podemos entender la relación que hay entre enfermedad-iniciación, pues es esta misma la que constituye el sufrimiento, la agonía, el dolor transformándose este una muerte simbólica y de esta manera renacer. El hombre nuevo que sale tras la experiencia agónica y dolorosa de la muerte es aquel que ha trascendido su propia corporalidad y mortalidad y ha vuelto a ayudar al resto. La iniciación hay que entenderla, no como una muerte literal sino como una muerte mental, donde son abandonadas todas las creencias, identificaciones, patrones mentales y suposiciones que hacen del cuerpo y mente la identificación con lo que somos. Los sueños, las enfermedades, visiones y los trances extáticos son en sí mismos iniciaciones y son la puerta hacia lo desconocido. A continuación narraremos una ceremonia de iniciación chamánica de origen Yakuta, una vez obtenido el título de chaman es interesante observar que en las ceremonias de curación de una persona enferma tanto el paciente como el chaman participan de la misma manera en dicha ceremonia(no como sucede en occidente.)
“Son los malos espíritus quienes transportan el alma del chaman a los infiernos y allí lo encierran por un periodo de tres años. Será allí donde el chamán sufra su iniciación, los espíritus le cortan la cabeza y la ponen a un lado para que sea este mismo quién observe su despedazamiento, después de despedazarlo tiran sus pedazos entre los espíritus de las diferentes enfermedades, solo así obtiene el poder de curar. A continuación cubren sus huesos con carne fresca y le proporcionan un nuevo cuerpo.”[6]
Nos gustaría detenernos brevemente para desarrollar lo que Michael Harner llama estado normal de conciencia (ENC) Y estado chamánico de conciencia (ECC), ya que todas la prácticas aquí descritas pertenecen a un estado chamánico de conciencia y por tanto solo podemos observarlas en un plano superficial, toda descripción, interpretación e intento de adentrarnos en este mundo queda en un simple acercamiento debido precisamente, al punto de conciencia desde el cual las observamos. El estado normal de conciencia (ENC) y el Estado chamánico de conciencia (ECC) son claves para entender como funcionan los poderes y rituales chamánicos. Digamos que la mayoría de los mortales únicamente tenemos acceso al estado normal de conciencia, este es un estado compartido y no podemos salir de él a voluntad a no ser del consumo de ciertas sustancias o en estados de dolor, sueño o incluso depresión, nuestro gran error ha sido creer que lo que estamos percibiendo es real sin siquiera plantearnos y cuestionarnos que solo se trata de un punto de vista y de una interpretación personal. Es por esto que surgen numerosas críticas acerca de estos rituales y maneras de experimentación, las cuales se las tacha de no científicas, en palabras de Harner:
“ El término fantástica se puede aplicar a una experiencia ECC por una persona que se halle en ENC, A la inversa una persona en ECC puede percibir que las experiencias en ENC son ilusorias en términos de ECC. Ambas tienen razón, considerando el punto de vista particular de sus respectivos estados de conciencia”.[7]
Sin embargo, un chaman puede ir de un estado normal a un estado elevado de conciencia, a voluntad conectando los dos mundos puede que ahí radique el grave error cometido por muchos en no validar o no aceptar técnicas chamánicas como verdaderas ya que se juzgan bajo la creencia de que es real únicamente lo que es literal. “ Es muy difícil emitir juicios imparciales sobre la validez de un estado determinado de conciencia desde su opuesto” [8]
Con esto queremos dejar claro que las prácticas que describamos a continuación son meras observaciones desde el estado normal de conciencia pero que todas ellas forman parte de estados chamánicos
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