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¿Puede la empresa como célula viva de la sociedad cumplir con los principios de equidad y caridad?

Enviado por   •  18 de Abril de 2018  •  1.731 Palabras (7 Páginas)  •  386 Visitas

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“nuestra simpatía con la persona cuyos motivos prohijamos y que, por lo tanto, pensamos están en lo justo, no puede menos que endurecernos contra todo sentimiento favorable a la otra, a quien por necesidad hemos de considerar el lado de la sinrazón” (Smith, 1979)

Lucha de clases

Si analizamos el salario y el por qué es tan inequitativo aun teniendo un punto mínimo impuesto por los gobiernos, hallamos una respuesta en el egoísmo.

Partimos de la base de que el hombre independientemente si es un trabajador o empresario, tiende a satisfacer sus intereses personales. Cuando esta satisfacción de los intereses personales interfiere en la satisfacción de los intereses de otros se forma una puja en este caso entre el trabajador por obtener un mayor ingreso o pago por su mercancía (trabajo) para suplir sus necesidades, esta puja no se da directamente con el empresario, pero se torna así en la medida en que el empresario y su intención de minimizar costos en la mano de obra (precarización laboral) afectan directamente al obrero.

Así pues podemos hablar de la lucha de clases:

“La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases.Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes” (Marx & Engels, 1848).

Una lucha entre individuos guiados por el egoísmo con la intención de satisfacer sus intereses sin importar pues la simpatía o el resentimiento que adquiera con el prójimo. Entonces el gran precepto de la naturaleza como lo llama (Smith, 1979) “es tan solo amarse a sí mismo como amamos al nuestro prójimo” pierde validez.

El hecho de que las empresas sean inequitativas y poco caritativas no obedece pues la intención de su dueño de dañar o de enriquecerse, pues no necesariamente tiene que imperar el deseo de acumulación en el empresario, también ha de ocurrir que sea un empresario equitativo y caritativo, pero por condiciones del mercado y del sistema económico le es imposible ponerlo en práctica. Con esto podemos afirmar que es el mismo sistema el que va precarizando las condiciones de los trabajadores y esto lo afirman Marx y Engels en el Manifiesto comunista de la siguiente forma:

“Como resultado de la creciente competencia de los burgueses entre sí y de las crisis comerciales que ella ocasiona, los salarios son cada vez más fluctuantes; el constante y acelerado perfeccionamiento de la máquina coloca al obrero en situación cada vez más precaria; las colisiones individuales entre el obrero y el burgués adquieren más y más carácter de colisiones entre dos clases” (Marx & Engels, 1848)

En conclusión

Es difícil aplicar a fondo la teoría de los sentimientos de Adam Smith a la relación empresario-trabajador debido a las múltiples contradicciones que entre ellos se encuentran, si estudiamos a fondo el tema podemos encontrar que es aplicable en diversos sentidos, pero no en una manera general.

La equidad como lo habíamos mencionado es dar a cada quien lo que se merece, por lo que se vuelve casi imposible llegar a la condición de ser una persona equitativa, pues el ser equitativo es una cuestión de perspectiva. Para el empresario el ser equitativo se vuelve aún más complicado, por dos razones.

Primero: por permanente competitividad entre las empresas, esta situación provoca que el empresario en la búsqueda de una estabilidad y de permanencia en el mercado busque pues menores costos en la producción, que saldrán de un mejor aprovechamiento del capital, y de la precarización del obrero.

Segundo: por el egoísmo, este segundo va ligado pues al deseo de todo empresario de acumular capital. Como lo afirman varios autores de la economía clásica, el valor proviene del trabajo, y el hecho de que ese valor que le da el trabajador al producto no se le retribuya en su totalidad, demuestra la imposibilidad de la empresa de cumplir con el principio de equidad.

Resultaría absurdo pues argumentar el por qué sería imposible para la empresa cumplir con el principio de caridad, pues en el contexto en el que tratamos resulta ser un principio secundario, y el cumplimiento de este depende del cumplimiento del principio de equidad. Al no cumplirse la equidad resulta imposible que se cumpla el principio de caridad.

En una sociedad donde prime el bien común y no la acumulación individual de la riqueza podremos encontrar más justicia en términos de los salarios de los trabajadores, la producción no tendría el interés fundamental de la rentabilidad y la acumulación sino el de satisfacer las necesidades de todos los seres humanos.

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