“Relación entre Autoestima y Liderazgo”

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AUTOESTIMA

La Real Academia Española describe a la autoestima como la valoración generalmente positiva de sí mismo.

“Puede ser descrita como la capacidad o actitud interna con que me relaciono conmigo mismo y lo que hace que me perciba dentro del mundo, de una forma positiva o bien con una orientación negativa, según el estado en que me encuentre. Es un acontecimiento interior, un movimiento que ocurre en todo nuestro ser y que nos hace vivir de determinada manera” (Montoya, 2001).

Stamateas (2012) relata que la autoestima es formada por medio de la afirmación y la validación que se reciba desde una muy temprana edad por parte de una figura de autoridad: padre, madre, maestro, entre otros. La afirmación es el acto de poner creer capaz a una persona, creando valor en tal personaje a fin de que el mismo pueda sentir esa afirmación. Hoy vivimos en un mundo en donde en lugar de afirmar se ‘desafirma’ a las personas. Si una persona no es afirmada en una temprana edad, en la edad madura llegará a tener trastornos que pueden afectar su vida: permanecerá herida, tendrá miedo de abrir su corazón, buscará la aprobación de las demás personas o tendrá una mente limitada o estrecha. Al mismo tiempo, nos invita ser partícipes de la necesidad de llegar a afirmar a otras personas por medio de nuestras palabras y acciones.

Bolinches (2015) indica que la autoestima realmente no es lo mismo que autoestima cuando se utiliza el termino seguridad como un sinónimo. Esto por el simple hecho de que una persona puede tener plena seguridad de ciertas facetas de carácter, pero terriblemente inseguros de otras. Por lo tanto, el autor da una nueva formulación del termino autoestima y lo declara como la primera fuente de seguridad que proviene desde la temprana edad, en función de cómo vivimos los afectos que se reciben en el entorno familiar. Allí es cuando se va forjando el grado de seguridad personal. Por tal motivo, al hablar de autoestima se deben considerar diferentes factores que están involucrados ya en la edad adulta y se vuelven los pilares dela seguridad que puede tener una persona, estos son: la autoestima (lo que una persona se quiere a si mismo), autoimagen (lo que una persona se gusta a si misma), autoconcepto (lo que una persona se valora a si misma), competencia sexual (lo que una persona confía en su funcionamiento sexual). Por tal razón, el autor determina que la autoestima no tiene una relevancia determinante más que solo en la infancia y mucho menos puede llegar a inducir en la seguridad adulta.

“La autoestima es un estado mental que dicta como una persona ve y valora su propio yo. En pocas palabras, la gente con alta autoestima se siente bien consigo misma porque pueden abrazar con confianza sus errores y fallas. Tiene un sentido de seguridad y sabe cómo respetarse a sí misma incluso si en ocasiones se equivoca. Por otro lado, la gente con baja autoestima es generalmente infeliz e insatisfecha. Ves solamente sus errores y encuentra difícil ser feliz porque siempre ven las cosas de manera negativa” (Christiansen, 2015).

Christiansen (2015) también considera que el hecho de tener una autoestima baja puede llegar a manifestarse de muchas maneras alterando en ellas algunos comportamientos que se ven reflejados en la adultez. Sin embargo, esas inseguridades que siente una persona con autoestima baja pueden llegar a sanar. Hay muchas manifestaciones en el comportamiento de personas con baja autoestima que están marcadas por la inseguridad que tienen. Sin embargo, tener estas inseguridades es normal tenerlo, en incluso saludable; estas pueden ser utilizadas como oportunidades de mejora, e incluso son usadas para llegar ser más productivos. Cuando existe inseguridad extrema, esta se originada por un estado mental distorsionado ya que piensan que el amor y la aceptación se pueden llegar a obtener al alcanzar logros y éxitos. Para mejorar esta problemática, es necesario arreglar la relación consigo mismo, que es la relación más duradera e importante que se tendrá en la vida.

Es interesante ver que este sentimiento denominado como ‘autoestima’ puede llegar a regir en nuestro comportamiento y vivir de una determinada manera, y este se va formando desde muy temprana edad y existe un detonador clave para que se pueda llegar a determinar nuestro comportamiento en la adultez. La afirmación que menciona Stamateas (2012) es precisamente ese ‘trigger’ que se requiere para que una persona llegue a vivir sin miedo y con una mejor autoestima. Por otro lado, Bolinches (2015) aisló la teoría o conocimiento popular del tema y manejó un término que es conocido como la seguridad de uno mismo, seguridad de nuestras fortalezas y debilidades; esta separación está dada por rangos de edades. La autoestima se fortalece a temprana edad, ya en la adultez pierde protagonismo y aparecen las inseguridades. En esto concuerda Christiansen (2015), ya que considera la seguridad como fundamento para llegar a tener un mejor comportamiento; comportamientos que se ven manifestadas de diferentes maneras, por ejemplo, aquellos que pueden llegar a ser perfeccionistas o muy tímidos pudieron en algún momento llegar a tener una autoestima baja. Hay un factor extra que menciona Christiansen (2015) que concuerda con Montoya (2001) y es que la autoestima se forja aún mejor cuando existe una mejor relación conmigo mismo.

La autoestima en una persona, es algo importante y puede impactar, no solamente desde la infancia. Una persona que puede tener una perfecta autoestima desde niño, al llegar a la adultez puede cambiar, pero considerando que lo que cambian pueden ser la manera en cómo se toman los comentarios o aspectos que pueden impactar la vida de la persona de manera drástica. Si bien es cierto, la autoestima es un comportamiento o un sentimiento que puede llegar a impactar en el comportamiento o desenvolvimiento de una persona, esta faceta es importante para jugar un papel de liderazgo en el lugar donde se encuentre.

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relación entre autoestima y liderazgo

“Los líderes tienen una autoestima alta y una imagen de sí mismos positiva. Se valoran y se sienten valiosos” (Tracy, 2015).

Según Villafáñez (2013) la autoestima de los autenticos líderes será siempre sana y floreciente aunque unicamente rijan con su liderazgo una modesta sociedad de fallas. Hoy en día hay líderes que son impuestos por el poder, pero carecen de autoestima o de otras competencias. Sin embargo, todos tenemos el derecho a la autoestima y luchar por hacer el