Reseña: LOS CAMBIOS NECESARIOS EN EDUCACION

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al profesor J. Delors de 1996 quien considera que una noción más desarrollada de educación debería conducir a cada individuo a descubrir y aumentar sus posibilidades creativas, reformar el tesoro oculto en cada uno de nosotros… que toda persona aprenda a ser, a conocer, a hacer y a vivir con los demás.

De igual forma refiriéndose a la actualización y formación docente Belmonte se sustenta en las propuestas de Pérez Gómez, quien plantea que la función del docente y los procesos de su formación y desarrollo profesional deben considerarse en relación con los diferentes modos de concebir la práctica educativa.

En este mismo orden Belmonte alude a Vásquez Gómez en los cambios metodológicos, quien dice que la metodología didáctica debe enfocarse desde la perspectiva de la promoción de actitudes positivas hacia: El aprendizaje continuado, la innovación en el propio trabajo, la conexión entre la investigación el desarrollo y las aplicaciones; El trabajo en equipo, la necesidad de contribuir a poner la tecnología al servicio de la problemática social y la dignidad humana.

En cuestión al nuevo perfil del profesor Belmonte afirma que la pieza clave de todo el sistema educativo es el maestro. E. Martin y A. Ferrandis, 1992 citados por Belmonte exponen tres funciones del docente con relación a la organización de los aprendizajes en el aula: El modelo organizador- observador, el modelo observador-facilitador, el modelo observador-inventor. Siendo este último el modelo de maestro que se necesita en la actualidad. Belmonte sostiene que la caracterización del trabajo profesional del educador debe estar enmarcada en el nivel de autoestima que siente, en la autonomía, en la capacidad para asumir responsabilidades, con su matiz de investigador, intelectual, critico creativo, transformador, etc.

Belmonte apoyado en los planteamientos de varios autores afirma que el profesor mediador es un experto que domina los contenidos curriculares, establece metas, busca facilitar el aprendizaje significativo, fomenta la curiosidad intelectual: enseña qué hacer, cómo, cuándo y Por qué; atiende a las diferencias individuales de los alumnos y desarrolla en ellos actitudes positivas.

Tébar culmina el texto con su proposición ¨el camino hacia un nuevo paradigma educativo¨. Este formula la siguiente interrogante: ¿qué deberán hacer las escuelas para asumir este cambio paradigmático?

Los criterios de Forgarty citado por Belmonte dan respuesta a este cuestionamiento, quien propone sietes cambios de solución:

-Centrar el currículo en formar habilidades de pensamiento.

-Cambiar la modalidad metodológica, acercándolo a un método cooperativo donde estén presentes las técnicas informáticas.

-Control énfasis en el desarrollo del equipo – staff – para la formación en programas que busquen la calidad.

-Crear redes con otros centros e instituciones y colaboradores de la educación.

-Reestructurar e impulsar las experiencias de aprendizaje.

Tébar Belmonte al referirse a este último punto enfatiza que el cambio metodológico ha de basarse en la aceptación del potencial humano de cada persona, las estructuras escolares deben estar en función de las necesidades, de los ritmos y las diversas capacidades de los alumnos, escuela y sociedad deben estar más unidas tanto en la búsqueda de los medios para aprender, como en el logro de los fines últimos de la educación y la incorporación de los educandos a la vida social y laboral, la participación de la familia y de la empresa en los distintos momentos del aprendizaje debe ser cada día mayor.

Conclusión:

Belmonte en su recurrente texto de ¨los cambios necesarios en educación ¨, acopla su convicción al nuevo paradigma que exige la escuela. Este marca un desafío al profesor de aprender a aprender, de abandonar los criterios del modelo arcaico para adaptarse a un nuevo modelo cognitivo, donde el mismo desempeña el papel de profesor mediador, contribuyendo a potenciar el rendimiento del educando, que enseñe al alumno a ser, a hacer, a conocer y a convivir con los demás. Pero, para alcanzar los cambios propuestos por Tébar sustentado por varios autores, es menester que la escuela cambie el papel del alumno en ella, que los modelos escolares avalen las necesidades concurrentes de los estudiantes y la escuela trabaje yuxtapuesta a la sociedad para lograr la integración de los educandos a la vida comunitaria y profesional.