Se prepararon dos muestras de acero para realizar un tratamiento de temple a cada una de estas muestras, un acero 1020 y un acero 1040.

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Las fases de perlita y ferrita, presentes en los aceros no templados, fueron evitadas en la microestructura de los aceros templados por la rapidez de enfriamiento. Sin embargo, el mismo enfriamiento severo ocasionó que en una de las piezas (acero 1080) apareciera una pequeña fractura. Dicha fractura no es observada en las imágenes tomadas de la microestructura, pero si fue notable después del pulimiento de la pieza. Esto nos recuerda que el temple debe realizarse en un medio que sea adecuado.

CONCLUSIONES

DIAZ INTERIAN YOSHUA

Al comparar la dureza de las muestras de los aceros tanto 1020 como 1080, podemos notar que aumentaron bastante, esto es a lo que queríamos llegar ya que el temple es un tratamiento térmico eficaz para obtener estos resultados contribuyendo a la formación de martensita esto es gracias a la rapidez con que se llegue a reducir la temperatura del acero ya que al ser elevada a altas temperaturas tenemos austenita y al disminuir la temperatura tan rápido nos evitamos ciertas fases que pueden hacer menos duro a nuestro material, de igual forma se observó en el microscopio el cambio de la estructura de grano, lamentablemente no podemos tener todas las características deseadas en un solo elemento como lo es el acero, además de que es importante evitar la oxidación y descarburación de las pieza a templar, también me di cuenta de la cantidad de energía que pude llegar a gastar la realización de un temple debido al horno utilizado en esta práctica; puedo destacar que para aumentar la tenacidad de nuestro acero es posible la aplicación del tratamiento por revenido.

BAEZA VILLANUEVA JUAN PABLO

En esta práctica se utilizó el tratamiento térmico de temple en aceros 1020 y 1080 para posteriormente aplicar metalografía y analizar su microestructura y propiedades con los aceros no templados de la práctica anterior. Los resultados finales arrojaron los resultados esperados en la hipótesis. Los aceros templados demostraron tener cifras de dureza mucho mayores que los no templados. Estas propiedades se originaron en definitiva después de que los aceros se calentaron hasta zonas austeníticas y fueron posteriormente enfriados rápidamente con agua. La rapidez de este enfriamiento evita que en la microestructura de los metales se formen ferrita y perlita, y esto da lugar a que se forme martensita, que se nota en las nuevas microestructuras y la cual da a los aceros templados sus propiedades de mayor dureza. Cabe resaltar también que al incrementar la dureza de los materiales, este tratamiento mecánico no sacrifica otras propiedades mecánicas importantes como la resistencia al impacto o a la fatiga, por el contrario, las incrementa. Esto sucede debido a que en el centro de las piezas utilizadas la ductilidad no es modificada durante el tratamiento térmico, por lo cual la dureza aumenta sin hacer al material más propenso a fallas por impacto o fatiga.

FONSECA FIERRO JOSÉ LINDORO

Los tratamientos térmicos son muy importantes en la práctica debido a que permiten manipular las propiedades de las aleaciones a conveniencia. En el acero, el temple es un tratamiento muy común, ya que este es un tratamiento endurecedor y reduce a cantidades pequeñas la elongación, resistencia a la tracción etc. En el temple es muy característico la rapidez de su enfriamiento, ya que el propósito de este es obtener martencita en su microconstituyente,, hay que recordar que la trayectoria del temple se encuentra a grados de libertad de tiempo reducidas, ya que si el tiempo es mayor, se puede obtener transformaciones que contienen ferrita, carbono, cementita y austenita no deseadas. El procedimiento es: Austenizar una muestra de acero y enfriar rápidamente (se pueden usar diferentes enfriadores dependiendo del tiempo requerido como el agua o el aceite). Se pueden aplicar tratamientos térmicos anteriores al temple como el recocido o el normalizado, los cuáles mejoran las propiedades del acero.

GONZALEZ ALONZO ALBERTO RENE

Sabemos que las propiedades mecánicas de un acero dependen de su microestructura y de su composición química, con los tratamientos térmicos podemos cambiar la microestructura y con eso obtener la propiedades mecánicas que deseamos, el temple es un tratamiento que consiste calentar la pieza a una temperatura de austenita que a bajas temperaturas es inestable, entonces al enfriar rápido la pieza ya sea en agua o aceite obtenemos que esa austenita se vuelve martensita una fase que aumenta la dureza en nuestra pieza, y eso lo comprobamos comparando las durezas obtenidas en la práctica anterior(sin tratamiento térmico) y la actual(con temple), esto genera una pieza muy dura pero igual quebradiza( esto es en la superficie ya que el núcleo de la pieza no se ve afectada por el tratamiento térmico por lo que después del temple viene el revenido que sacrifica un poco de dureza pero aumenta la tenacidad. Esto es de suma importancia porque al aumentar las propiedades mecancias de una pieza aumentamos su tiempo de vida.