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Siddharta e Inteligencia Artificial Ensayo.

Enviado por   •  15 de Diciembre de 2017  •  4.507 Palabras (19 Páginas)  •  481 Visitas

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Después de innumerables ciclos de alejarse y acercarse de nuevo a su yo, Siddharta se sentía torturado. Sin embargo aprendió algo que le sirvió durante todo su camino: pensar, esperar y ayunar; las relaciono un poco con las potencias del alma (voluntad, libertad e inteligencia). No puede quitar ninguna, porque ambas están en perfecto balance, cosa que entendería más adelante.

Ya llevaban con los samanes 3 años, cuando les llegó el rumor de un hombre que había parado el ciclo de las encarnaciones (lo que Siddharta buscaba), y que recorría ciudades enseñando lo que había aprendido, y además tenía discípulos. Su nombre era Gotama. Siddharta le avisa al líder de los samanes su decisión y junto con Govinda se van en busca de éste nuevo sabio.

Cuando escucharon la enseñanza de Gotama, Govinda se sintió atraído hacia ella y fue aceptado como discípulo suyo, sin embargo Siddharta no se unió a ellos.

Comparo a Govinda a veces conmigo cuando intento algo nuevo; si bien hay veces en que intento cosas nuevas con mis amigos para no intentarlo sola o sentirme incómoda; hasta que ya he dominado mi “zona de confort” es cuando por fin los dejo, y hago las cosas por mí misma, sin ayuda de nadie. Creo que Siddharta se encontraba feliz de que Govinda lo haya abandonado, no porque representara alguna carga, sino porque él ahora sería capaz de tomar decisiones, de valerse por sí mismo, él buscaría el atmán a su manera.

Así como con los brahmanes, cuya doctrina era cierta y de la cual no dudaba, le pasó con Gotama. Siddharta insistía en que a pesar de que sintiera que la doctrina de éste nuevo maestro era pura y que había alcanzado la perfección, éste no podía enseñar algo que sólo a él se le había revelado; éste, era el “hueco o falla” que había encontrado en su doctrina.

A partir de ese momento, en que deja a Govinda, Siddharta busca otro camino por su cuenta. Se da cuenta de su pasado, de todo lo que había dejado atrás, que ya no es un joven, ahora es un adulto. Reflexiona sobre todo lo que ha aprendido: se había perdido tanto buscando el atman, la perfección, que no lo podía encontrar en él. En ese momento decide que sólo el puede ser su maestro y discípulo. “Había sido el hijo de su padre, había sido brahmán, de elevada casta, un sacerdote. Ahora, únicamente era Siddharta, el que se había despertado: nada más”.

Siddharta claramente estaba ya entrando en la madurez, estaba creciendo y el tiempo empieza a ir más rápido de lo que uno piensa. Por eso es que no tardo en encontrar otra manera de pensar o vivir. Así empezó a instruirse con Kamala, una joven cortesana, quien al ser de su agrado Siddharta, hace que se relacione con un mercader llamado Kamaswami.

Mientras Kamala le enseña la doctrina del “amor”, Kamaswami, le enseña lo relacionado con su negocio. Sin embargo, éste no tenía el alma de mercader que su maestro anhelaba: si le iba bien o le iba mal, le daba igual; su punto de vista era que de cada experiencia debería de aprender algo y así lo hacía. Con el tiempo fue haciéndose de dinero y su alma fue cambiando. Lo fueron absorbiendo cosas como la avaricia. Cada día se preocupaba por hacer más dinero, realizaba y con la misma fuerza que perdía dinero en ellas, también lo recuperaba.

Pienso que para Siddharta fue necesario para su crecimiento como persona, tocar fondo en estos aspectos, pues siempre se había tratado de mantener en la espiritualidad, y cosas como los excesos le eran prohibidas. También me refiero a los excesos carnales, como los que tenía con la cortesana Kamala. Si bien para ella era la doctrina del amor, y es cierto que los hombres y los mujeres tienen deseos y necesidades, pero para mí, eso rayaba más allá. Para mí, sería algo como una relación “abierta” o “free” como decimos los jóvenes hoy en día, no querían ningún compromiso, quizá y no se amaban tanto, sólo se admiraban mutuamente, pero hay maneras de hacer las cosas, y esa no era una de ellas.

Y es entonces cuando Siddharta vuelve a tocar fondo. Esta vez, cansado de los excesos por los cuales vivía y literalmente huye de ellos de la noche a la mañana. Se queda dormido en un jardín y cuando despierta, descubre que un monje está velando por su sueño. Éste monje era su inseparable amigo Govinda.

Éste encuentro con Govinda lo ayuda a pensar más profundamente sobre lo que va a hacer. Es un encuentro con su pasado, e igual una alerta de que se tiene que apurar porque ya no es tan joven como antes y tiene que decidir qué camino debe elegir.

En la orilla de un río, Siddharta que se encuentra huyendo de su antigua vida, se encuentra con que sólo puede cruzar con la ayuda de un botero. Así se encuentra con el viejo Vasudeva, un personaje al cual ya se había encontrado desde antes. Siddharta no encontraba como pagarle a Vasudeva, y lo intentó hacer con sus antiguas ropas caras, que ya no necesitaba. De esta forma entablaron una larga conversación, en la cual Siddharta desahogó todas las penas que llevaba.

“Vasudeva escuchó con suma atención. Lo comprendió́ todo, el origen, la niñez, todo el aprendizaje, la búsqueda, la alegría y la miseria. Entre las muchas virtudes del barquero, destacaba la de saber escuchar como pocas personas.” Para mi, Vasudeva era la ayuda “madura” que necesitaba Siddharta. No es que a lo largo de todo su viaje, se la pasara jugando y desperdiciando el tiempo, sino que jamás se había detenido a contar su vida a alguien más sin temor de ser juzgado. De está confianza valió la enseñanza que le enseñaría Vasudeva: escuchar al río. Éste “escuchar el río” o “lo que dice el río” consistía básicamente en prestar atención a la manera en cómo fluía el río ante lo que pasaba, a veces corría rápido, otras veces lento. Pero más que “escuchar al río”, creo que lo más importante que le enseñó Vasudeva a Siddharta, era escuchar en su interior, y no hacerse sordo a sus sentimientos. Él llevaba muchos años buscando la perfección que ya no se reconocía en su interior, por esto quizá no podía “amar” a Kamala.

Los años pasaban y Siddharta se hacía viejo; llevaba mucho tiempo viviendo a lado de Vasudeva. Mientras tanto, en el último encuentro que había tenido con Kamala, ésta se entera de que salió embarazada de Siddharta. Con el tiempo, dio a luz a un varón.

El hijo de Kamala, llamado Siddharta como su padre, tenía ya 11 años y junto a su madre, se dirigía a ver a Gotama que estaba en su lecho de muerte. El niño no era como su padre: era un niño al cual todo cuanto quería se le había dado, además de que era caprichoso.

Durante el camino, se detuvieron

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