Tema: El mito de la educación como fabricación

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De las siete exigencias de la revolución copernicana en pedagogía creo que las más significativas son la segunda y la quinta.

- La segunda exigencia de la revolución copernicana en pedagogía consiste en reconocer a aquél que llega como una persona que no puedo moldear a mi gusto. Es inevitable y saludable que alguien se resiste a aquél que le quiere “fabricar”. Es ineluctable que la obstinación del educador en someterle a su poder suscite fenómenos de rechazo que sólo pueden llevar a la exclusión o al enfrentamiento. Educar es negarse a entrar en esa lógica.

Como ya mencioné antes, se debe diferenciar educación con fabricación ya que debemos crear hombres libres, diferentes a uno mismo, que tome de nosotros aprendizajes y conceptos, los transforme y haga los suyos propios.

- La quinta exigencia consiste en no confundir el no – poder del educador en lo que hace a la decisión de aprender y el poder que sí tiene sobre las condiciones que posibilitan esa decisión. La pedagogía no puede desencadenar aprendizajes mecánicos, pero si crear espacios en los que el sujeto se atreva a un “hacer algo que no se sabe hacer para aprender a hacerlo”.

Hay que construir espacios de seguridad para evitar más “Frankenstein” ya que el dúo de fabricación y abandono le será letal a cualquier niño y logrará la violencia en él, porque solo ésta va a existir cuando no se tiene ni espacio ni referencias.

2.

Las tres ideas que considero relevantes a la hora de reflexionar sobre los desafíos de educar en los tiempos actuales son:

- “La educación es aprendizaje para la renuncia a la omnipotencia”. (El significado de educar en un mundo sin referencias, 2006, P. Meirieu)

Esto es importante y el chico debe aprender progresivamente a entrar en relación con el otro, a colaba reconocerlo como su parecido, pero también como un ser diferente. Hay que reconocer a los demás e iniciar en el niño el respeto por el otro, que no lo viva como un peligro sino como una relación de semejante y distinto. Todo esto da la posibilidad de demorar el acto que promueve el deseo, aceptarlo para tomarse el tiempo de analizar, y ver sus consecuencias.

- “Para nosotros educadores, nuestra misión hoy es re fabricar la mesa redonda, es crear espacios donde los seres puedan comunicarse sin pelear y en eso hay algo fundamental que me parece el gran desafío de la modernidad”. (El significado de educar en un mundo sin referencias, 2006, P. Meirieu)

Tenemos que hacer de la escuela un lugar donde a búsqueda de la verdad, de la precisión, del rigor y “dejar la espada en la puerta” es decir, renunciar a la violencia antes de entrar. El objetivo no es prohibirle la violencia sino metabolizar la violencia en algo para mejor.

- “Podemos hacerlo, podemos enseñárselo en la medida en que pongamos en ejercicio una pedagogía que haga una alianza entre la transmisión y la emancipación, una pedagogía apoyada en un método experimental donde el chico haga hipótesis y las verifique, una pedagogía de la investigación documentaria donde el chico no crea ciegamente en la palabra de nadie y que sí vaya a verificar…”. (El significado de educar en un mundo sin referencias, 2006, P. Meirieu)

Debemos educar a nuestros chicos para que sean buscadores de verdades y no que crean y sigan a cualquier persona que diga tener la verdad. El autor Meirieu se refiere en este caso a terminar con las referencias para darle posibilidad a la construcción de nuevas referencias en torno a nuevos valores que podemos inventar.

Bibliografía:

- El significado de educar en un mundo sin referencias, 2006, P. Meirieu

- Meirieu, Philippe, (1998), Frankenstein Educador, Barcelona, Ed. Laertes