Tema> Intrumentacion industrial.

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Ejercer el quehacer docente en pleno siglo xxi conlleva a diversos desafíos como tomar en cuenta la constante modificación del contexto socio-económico que tienen su correlación tanto en las condiciones materiales como en las condiciones subjetivas de los sujetos de la educación; teniendo en cuenta el valor que se nos otorga a los profesionistas para desarrollarnos como docentes frente a grupos, y la forma en que nos percibimos y nos perciben los estudiantes. Para esto debemos tener claro que la función que desarrollamos nos dota con una identidad que debemos apropiárnosla, la cual es la personalidad docente que poseemos ya que trabajamos en ello; que es observada como una práctica social que se construye como un experiencia individual que tensiona entre buscar el rendimiento de los alumnos o el preocuparse por la persona del aprendiz, se tensiona también entre cumplir el programa y al mismo tiempo respetar la individualidad.

Ser docente es un trabajo en el que recaen grandes expectativas y demandas, la sociedad espera que los docentes transmitan conocimientos actualizados, que asuman responsabilidades sobre cuestiones de disciplina y que instrumenten a los alumnos con herramientas útiles para el mundo del trabajo.

La docencia ha atravesado en los últimos tiempos grandes cuestionamientos y sospechas, que hacen que el profesor pueda tomar posiciones entre sentirse culpable o víctima del sistema social u omnipotente en el área del conocimiento, queriendo responder a las demandas que se le presenta en su actuar cotidiano con la incertidumbre o la improvisación como medio de respuesta a esos problemas.

Entonces, el docente es un sujeto que debe tener una relación particular con el conocimiento, con la comunidad y con los sujetos que aprenden. Debe el docente conocer también los desarrollos científicos y disciplinarios a la par que ser competente en su enseñanza, debe estar abierto a las demandas de la actualidad social y las inquietudes de los alumnos sobre para qué y cómo se educa a las nuevas generaciones y también preservar su autoridad y su rol de transmisión de una porción de la cultura; debe preocuparse por los procesos de aprendizaje de los alumnos no solo en términos intelectuales sino también afectivos.

Muchas veces debe encargarse de las tareas asistenciales concretas y además de todo esto debe cumplir una serie de requisitos profesionales y burocráticos sobre su tarea entre las que se encuentran planificar las clases, negociar con inspectores y directores, capacitarse, mantener su clase en orden y vigilar la disciplina de los grupos. Sin lugar a dudas, lo que funda el sentido del trabajo de enseñar es la relación con la cultura; esto es, la relación propia y la que propiciamos para los otros. Cuando decimos relación propia, pensamos que antes de ser docentes, somos ciudadanos que nos insertamos y vinculamos con una sociedad poniéndonos en dialogo con sus tendencias, sus problemas, sus urgencias y sus dilemas.

La palabra “diálogo” quiere alejarse de la idea de obedecer un mandato inapelable de la transmisión, y acercar la de una interacción que involucra la crítica, el aporte propio, el compromiso, las múltiples perspectivas, la decisión ética. (2)[e]

Es importante ofrecer un repertorio rico de la cultura para que esas posibilidades puedan abrirse. El repertorio rico involucra lo mejor de la cultura que tengamos para ofrecerles, incluidas las disciplinas que son formas de pensamiento, lenguajes y procedimientos que la sociedad humana ha ido elaborando para dar respuesta a problemas concretos: la comunicación, la naturaleza, la sociedad, el desarrollo social, el cuerpo.

Sobre la base de ofrecer repertorios de la cultura, asentamos nuestro trabajo con un sentido que se nutre permanentemente de ese enriquecimiento y transformación de la cultura, que genera crecimiento propio y a nuestro alrededor. también habría que decir que el trabajo de la enseñanza supone construcción de formas de autoridad: el currículum constituye una autoridad cultural que selecciona qué enseñar, cómo y a quiénes; el estado y las instituciones donde desarrollamos nuestro trabajo establecen formas de autoridad que pasan por los diseños curriculares y por los programas que apoyan unas u otras pedagogías; el conocimiento científico y pedagógico se constituye en una autoridad; y de la misma manera, un docente esforzándose por desarrollar puentes que no solo son con su saber específico sino también con la sociedad en la que vivimos y en la que queremos vivir, también construye una autoridad.

Esa autoridad es también una responsabilidad política-pedagógica: es la que habilita caminos, y la que permite a los otros elegir con cuál de esas filiaciones o propuestas que les hacemos quieren y pueden plantearse para su consecución o desarrollo[f].

- Objetivos

Objetivo general: establecer mecanismos de profesionalización del desempeño docente basado en competencias a fin de contar con docentes preparados para el desempeño de su rol en forma adecuada y efectiva.[g]

Objetivos específicos:

- recopilar los motivos o causas principales de los profesores para profesionalizarse y si guardan relación con los resultados esperados en el plan de estudios.

- investigar y evaluar el rendimiento de las propuestas formativas orientadas a la adquisición de competencias profesionales docentes, con el propósito de construir información para la toma de decisiones estratégicas[h].

Capitulado tentativo

- Marco de referencia

Los cambios sociales y económicos experimentados por el mundo, han insertado en el sistema educativo mexicano remodificaciones o mejor llamadas reformas educativas en los aspectos de la formación, el desempeño profesional y la adquisición de competencias básicas y genéricas, para potenciar la actividad pedagógica de docentes y alumnos, promoviendo con prioridad, una visión formativa de eficiencia, eficacia y calidad, que respete la diversidad, tanto de alumnos como de docentes, para que partiendo de ella encausar la preparación y el fortalecimiento del conocimiento de los estudiantes de la escuela básica en nuestro país, que enfrenta el reto de promover una educación basada en el desarrollo de competencias para la solución de conflictos cotidianos y aquellos propios del desempeño laboral, situaciones formativas, en las que la calidad ha de ser el requerimiento fundamental durante el desarrollo de los procesos pedagógicos.

Resulta imprescindible pensar en profesionalizar a los docentes, desde la urgente necesidad de educar