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Tema: Responsabilidad Social Corporativa.

Enviado por   •  7 de Febrero de 2018  •  3.223 Palabras (13 Páginas)  •  524 Visitas

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Tales esfuerzos, cuando comunicados de manera adecuada, además representan un presupuesto para mejorar el atractivo de la empresa respecto a sus stakeholder y pueden constituir un importante taco de su ventaja competitiva. Justo por este motivo es fundamental para las empresas y las organizaciones actuar en una óptica de largo término tomando conciencia de los desafíos que los cambios del clima imponen y preparándose a afrontarlos de manera adecuada.

Se trata de intervenciones que, para ser sostenibles y realizables, necesitan una integración de empeños de parte de los sectores público y privado. El contexto mundial confirma como la importancia de la RSE en campo ambiental dé progresivamente el mundo de la política: en todo el mundo gobiernos y autoridad de regulación del mercado están realizando políticas a sostén de la transparencia empresarial en materia de sostenibilidad.

En un mercado global es necesario compartir conceptos, lenguajes y estándar, para garantizar una comunicación transparente de los performance de las muchas organizaciones y permitir de ello la comparabilidad.

Hoy, el 95% de las empresas de mayores dimensiones se ha encomendado al RSE. En términos absolutos, todavía soy pocas las empresas que utilizan esta herramienta, aunque esté en crecimiento la tendencia de las pequeñas y medianas empresas fuertes del hecho que la transparencia en el ámbito de la Responsabilidad Social de Empresa les permite una serie de beneficios, entre cuyo un acceso más fácil al mercado internacional y a nuevas cadenas de suministro. Pero sobre todo de los fuertes progresos organizativos que permiten importantes reducciones de coste. Sin contar el aspecto motivacional, más difícil de cuantiar, pero que permite de crear mayor cohesión entre el personal de la empresa y mayor productividad.

Para incentivar esta tendencia es fundamental el papel de los gobiernos, que tienen la responsabilidad de empujar hacia una forma de mercado más transparente por incentivos y formas de reglamentación, que premia a los actores más concretamente responsables hacia el entorno, el clima y la sociedad, en un círculo virtuoso que abre la calle a lo que llamamos desarrollo sostenible.

El debate sobre la creación de valor, en el paso del maximizar de las vueltas para los accionistas a la satisfacción de los intereses de los múltiples interlocutores, se basa hoy de modo creciente sobre los conceptos de responsabilidad social de empresa y sostenibilidad.

En efecto, frente al agravarse de la crisis de los equilibrios ecológicos y a los procesos de crecimiento económico de las características y de los efectos controvertidos, está asistiendo a una renovación de los modelos de producción y a consumo predominante en el contexto global, finalizado a la creación de un sistema a capitalista virtuoso.

Aunque, pues, hasta algunos tiempos atrás a poner todo de acuerdo bastara un difuso consentimiento en creer que la creación de valor para los accionistas fuera el objetivo más racional por la empresa, hoy tal impostación es abundantemente superada. La capacidad de administrar las esperas de los stakeholder desarrolla, pues, un papel relevante en el asegurar la economicidad empresarial, porque un stakeholder satisfecho puede emprender acciones que perjudican la vida económica duradera de la empresa. La sola dimensión del valor para el accionista no es suficiente para proveer un cuadro verdadero y correcto de la calidad de la gestión empresarial, capaz de satisfacer las exigencias cognoscitivas de los diferentes stakeholder, como confirman ya muchos ejemplos.

En tal contexto, adoptar voluntariamente estándares sociales y ambientales más elevados de lo que prescrito por la ley, abrirse al diálogo con los mismos interlocutores, en la convicción que las soluciones deban ser investigadas en la cooperación, significa por las empresas, en la era de la globalización y de la tensión hacia el desarrollo sostenible, ganar consentimiento y legitimación.

En otras palabras, adoptar comportamientos socialmente responsables equivale a crear valor y echar las bases de un éxito duradero. Éste es el resultado del progresivo reconocimiento, de parte de las empresas, de la necesidad de abrirse al diálogo, a la cooperación con el propio contexto de referencia para crear valor sostenible y orientarse al largo período.

Reestructurar en una óptica socialmente responsable significa equilibrar y tomar en consideración los intereses y las preocupaciones de todas las partes interesadas a los cambios y a las decisiones. Es en particular oportuno garantizar la participación y la implicación de las personas interesadas por un procedimiento abierto de información y consulta. La experiencia de las grandes reestructuraciones efectuada por las empresas europeas ha enseñado que el éxito puede ser mejor conseguido gracias a los esfuerzos juntados de los poderes públicos, de las empresas y de los representantes del personal.

Una de las grandes reestructuraciones en el ámbito de la aplicación del RSC ha concernido la tutela ambiental. En general, una reducción del consumo de los recursos o las emisiones contaminantes y de los rechazos puede comportar una disminución de las repercusiones sobre el entorno. Tal estrategia puede ir ventajas a la empresa reduciendo su factura energética y las gastadas de eliminación de los rechazos y bajando los gastos de materias primeras y medidas contra la polución. Algunas empresas han observado que una menor explotación de los recursos puede llevar a un aumento de la rentabilidad y la competitividad.

Una herramienta a disposición de las empresas es el Balance Ambiental. Éste es un documento informativo en el que son descritas las principales relaciones entre la empresa y el entorno y que es publicado voluntariamente al objetivo de comunicar directamente con el público interesado.

Este documento se dirige al público interior (management) dependiente, accionistas, y al mercado, concurrente, proveedores, consumidores, todo stakeholders de la empresa.

En el balance ambiental son contenidos los indicadores:

- de gestión ambiental, que valoran el empeño de la empresa en el control de los aspectos ambientales;

- ambientales absolutos, que miden de modo absoluto la entidad de los factores de impacto engendrados por la empresa;

- de prestación ambiental, que valoran la eficiencia ambiental desatándose oscilaciones das nivel de producción;

- de efecto potencial, que valoran el efecto que podría producir la actividad de la

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