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Tendencias arquitectónicas contemporáneas

Enviado por   •  19 de Abril de 2018  •  2.952 Palabras (12 Páginas)  •  308 Visitas

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No es empresa fácil esta de la emancipación, no lo es menos en esta era llamada de la “transmodernidad” en que los límites de todas las cosas han rebasado ya lo absurdo, en esta era en la que todo el mundo llora la muerte de Zaha Hadid sin comprender que su legado no lo hizo con ella, y por otro lado se destapan detalles de la vida de Teodoro González de León ya cuando ha fallecido y no cuando proyectaba; lo peor es que apenas una semana después de estos dos decesos ya nadie se acuerda de ellos, como si hubieran pasado a un tiempo que es el ayer y que este ayer en el presente ya no existe.

Sin embargo, y dicho todo lo anterior, aun quedan cosas por hacer, y esas cosas son por ejemplo que el principio básico de la emancipación es la generación de propuestas (diferentes de lo que fueron propuestas para el pensamiento del que nos emancipamos), de innovación o si es el caso, renovación del pensamiento, pues si algo caracteriza al hombre a través de la historia es ese infinito devenir de sí mismo, la constante búsqueda de lo nuevo. Por lo cual el objetivo de este trabajo es el de generar propuestas que ya antes se han mencionado grosso modo, y que a continuación se describe el lenguaje, o la epistemología que será el fondo filosófico de estas.

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Epistemología

A través de los siguientes ámbitos de conocimiento se trata de generar uno nuevo, como esperando que el resultado de uno más uno no sea dos, si no que, tratándose de algo tan complejo como el conocimiento, pueda arrojar resultados de mil, o cinco mil o incluso de cifras decimales o números imaginarios.

El primer ámbito de conocimiento del que nos valemos es la antropología, ya que todo acto humano pasará a la historia y será (si es que trasciende los límites del tiempo) estudiada por aquellos que nos sucedan, dicho lo anterior es lógico que nosotros seamos esos que han sucedido a los anteriores, por lo que el estudio del hombre y sus manifestaciones es obligatorio. Se estudian estas manifestaciones primero para saber qué se ha hecho, luego el porqué, y en ese proceso el cómo, entonces veremos de que manera (ya hecha la cosa) afectó a sus coetáneos; igualmente se hará con nuestra propuesta. La antropología en este caso es usada como una herramienta de medición, de consulta, que en caso de existir cambios en el plan, recordarán lo postulado anteriormente. Se ha seleccionado también la antropología por que no es poca cosa, es decir, abarca tantos elementos pues son esos tantos elementos los que ha creado el hombre, por eso y a través de la antropología, tarde o temprano se asoman otros ámbitos del conocimiento sin los cuales, la existencia de la antropología no llegaría a ser; tal es el caso de la semiótica, que es nuestro segundo gran ámbito de conocimiento, sin el que no podemos interpretar los datos que la antropología arroja, el estudio de los símbolos que se generan en una sociedad es fundamental para la comprensión de esta. La ciudad, es lo que Alberto Kalach define como “la creación más compleja del hombre” y surge la pregunta, ¿qué es la ciudad? ¿qué tiene que ver con arquitectura? Simple, la arquitectura es un órgano complejo, y la cuidad es un organismo complejo; ambos son una forma de organización, ambos son lo que Aldo Rossi definiría como «[…] la escena fija de las vicisitudes del hombre.» Asumimos entonces que la arquitectura y la ciudad trabajan simbióticamente, por ello cuando hablamos de ciudad hablamos de arquitectura y viceversa; en La ciudad en la historia, Lewis Mumford comienza con las palabras:

«Este libro comienza con una ciudad que era, simbólicamente, un mundo, termina con un mundo que se ha convertido, en muchos aspectos prácticos, en una ciudad.»

El símbolo es para el hombre el nacimiento del lenguaje, el comienzo de la asociación entre el hombre y su mundo, el hombre y su ciudad; el hombre es, según Ernst Cassirer un “animal simbólico” por lo que es de esperar que un edificio se convierta en símbolo del entorno que lo contiene, convirtiendo ese entorno en un mundo-ciudad. Ahora bien, es en la primera infancia en la que mediante el juego el hombre crea sus símbolos, Johan Huizinga definiría esto como “Homo ludens”, pues es a través del juego que el individuo asocia, aprende, descubre, experimenta su mundo; ya hemos hablado que la arquitectura se transforma, mediante la interpretación simbólica en un mundo, lo cual es perfectamente asociable con el carácter de juego, con lo importante que es para la cultura el que un espacio disponga de herramientas que fomenten esta practica que, si es planeada de forma correcta influirá en la psique de quienes habiten la obra.

El siguiente ámbito de conocimiento es la poiesis, Platón define en El banquete el término como «la causa que convierte cualquier cosa que consideremos de no-ser a ser.» Con lo cual se entiende que la poiesis es todo proceso creativo; a partir de aquí abordamos otro ámbito para incluir que va de la mano con el anterior: la poesía. Entendida como «la organización correcta y medida del lenguaje.» Hemos escuchado muchas veces el termino poético en obras arquitectónicas, ¿porqué? Porque es el acto de llevar de la nada a la realidad una idea conceptualizada como obra arquitectónica, y esta al ser un elemento semiótico, genera un lenguaje, un lenguaje que da orden, que mide el espacio. Un espacio que suele ser llamado poético, es un espacio que inspira, que atrae inconscientemente a su interior, que de cierta manera, nos acerca a nuestro destino, lo que recuerda al poeta Jorge Luis Borges:

«Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es.»

Y esta cita anterior nos trae a la memoria las palabras del arquitecto Tadao Andō, quien descubrió de manera casi azarosa, su destino a través de un espacio arquitectónico:

«Cuando vi la luz proveniente del óculo del Panteón en Roma, supe que quería ser arquitecto.»

Eso es lo que al final se planea lograr, un edificio que sea un símbolo, una manifestación de poiesis, que algún día cuando alguien lo observe, pueda encontrarse a sí mismo por este medio. No es de extrañar pues, que el proceso de poiesis y el concepto de poesía evoque un sentimiento, algo que constriñe agradablemente al inconsciente, y es aquí donde encontramos el último de lso ámbitos del conocimiento, aunque deja de ser tan rígido como los anteriores, pues es más un sentimiento que un conocimiento; se trata de la espiritualidad.

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