UNA TRAVESIA DE NUESTRA REALIDADES REGIONALES

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Esta prácticas tradicionales nefastas para nuestro gusto, las visualizamos con gran facilidad, como formas que en un momento son “vendidas” como transparente y plurales, pero en su transitar se convierten rápidamente en formas mediocres, asfixiantes y aburridas para la historia y el acontecer. He allí, lo importante que es en centrar nuestra atención en reformas de fondo y no de forma circunstanciales que a la larga son estériles.

Las realidades políticas del continente, reflejan los claros oscuros de gobiernos que se manejan llevando al continente en un subí baja constante, pero cuyo fin es al mismo estilo de “Macondo” de García Márquez, al caos, a la pobreza. Para esto podemos reafirmarlo en el uso excesivo de la violencia y el abuso de los Derechos Humanos, en nuestros pueblos. Conformando por un lado, un catalogo de terror, caracterizado por torturas, homicidios, juicios sumarios, guerras sucias y mediáticas y todas las formas de deshumanización y barbarie, vista en siglos pasados y actualizadas con ferocidad animal. Caso Venezuela, Cuba, entre otros, en plenos albores del siglo XXI.

Para los años 70 y 80, del siglo XX, el fenómeno de la antipolítica, florece en el mapa regional, que expresaba en el interior del espíritu latinoamericano un sentimiento fuerte y decidido; gracias a la sordera e incompetencia de dirigentes y Partidos políticos de la época, como acicalada por dueños de medios de comunicación y empresarios empeñados en ser líderes políticos, desconociendo el arte del devenir practico de la dirigencia formada en ello. Hoy después de 60 años del devenir continental, las nuevas generaciones coinciden con un gran clamor: “Qué se vayan todos”. ¿Casualidad o desventura?

He allí en centro de nuestro interés, la sociedad latinoamericana, nos merecemos de unas nuevas, novedosas y creativas formas de ver, sentir, medir y cuantificar los factores que nos permitan una vida colmada de éxitos, paz y dignidad en nuestros pueblos. Es este nuestro reto y la gran empresa que nos hemos empeñado en realizar. Nuestro destino, romper con el pasado y de otros, no tener compromisos con él.

A los políticos incapaces de establecer el nuevo contrato ecológico, social y económico, con los ciudadanos, las familias y los pueblos, le recomendamos despojarse de las mascaras que los privan, colgar sus capaz, arrinconar su superpoderes y reinventarse como ciudadanos de a pie. Volpi, (2009) no les queda de otra, diría el autor.

Las consecuencias de nuestros errores han mencionado muchos letrados e intelectuales del continente, nos han llevado a tener un Continente que hoy se refleja en la apatía y creciente desinterés del resto del mundo, en nuestra región Estados Unidos es un ejemplo de ello. Las consecuencias geopolíticas y estratégicas son motivos de debates, no lo dudamos. Pero el hecho es, que esta circunstancia nos aleja de grandes posibilidades de desarrollo y crecimiento, y esto, si nos preocupa enormemente.

Afirma Jorge Volpi en el 2009, que en América Latina, nuestros niños no nacen con colas de cerdos, aunque miles de estos sigan habitando pueblos y barriadas semejantes a porquerizas. Naciendo y creciendo en ellas, no logran tener oportunidad alguna. En caso particulares, la gente se dedica a cultivar entre basura y recolectar en ella el pan del día, ante la indiferencia de sus semejantes, y para decir más ante la mirada indiferente del estamento político, que logra divisar en esto una forma o bandera política para destacarse en los momentos electorales de la región.

El realismo mágico, se ha desmoronado con tal crueldad en nuestros pueblos, que la esperanza en el populismo exacerbado del estado que rige la vida en el continente ha logrado hacerse valer más que cualquier expresión ofrecida por artista latino en el deseo de expresar literalmente, tan dura realidades vividas en nuestras tierras. He allí que en nuestros corazones, mentes y acciones es lograr ofrecer opciones que rompan tan dura maldición, sobre el destinos de nuestras presente y futuras generaciones.

En cada uno de nuestros países, la gente en general, sean universitarios, señoras del hogar, taxistas, empleados de todo nivel, funcionarios público, en fin los ciudadanos de a pie logran llegar a un común denominador en sus conversaciones sobre la situación de sus pises, el costo de la vida y la gran incertidumbre que les representan sus democracias, tal cual, como las viven. Yace que el origen y las especificaciones técnicas del término las desconocen, la culpan sin entender que esta no tiene que ver con la naturaleza de las formas en que el Estado conduce estas democracias. Qué a nuestro parecer la mayoría de las veces, van en direcciones contrarias ambas situaciones.

Por otro lado, la “tragicomedia” política en la región, busca en soluciones mesiánicas la solución de tal torbellino, este fenómeno es achacable a la incapacidad de los políticos para abordar los problemas que nos presentan los fenómenos ecológicos, sociales y económicos. Por otro lado, una sociedad más determinada a buscar sus estándares de vida, como la solución de sus problemas y formas cuya preparación profesional, superan los tristes escenarios intelectuales de la masa política latinoamericana, en su mayoría de veces o su incapacidad de lograr concebir formas que se transformen en bases de apoyo permanente, al bien común.

Aparentemente, el caos y las crisis por ellas mismas determinan su fin, las vidas paralelas del ciudadano, las familias y las comunidades van a la par del Estado y sus pretensiones de seguir en la misma tónica, control y sumisión, estas generaciones que ya aprendieron y se formaron en el deber ser, no la aceptan y reclaman en sus derechos, lo más importante que tiene un ciudadano, una familia un pueblo, a dejarlos vivir con dignidad. Lo cual nos indica que los rumbos de estos, no estarán engarzados de ninguna forma hasta que se determinen las nuevas formas de convivencia dentro del espectro de la relación Estado-ciudadano y Ciudadano-Estado. Este despertar ya tiene sus ecos, en Argentina, Colombia, Chile, Paraguay y ahora en estos momentos, bajo la indiferencia latinoamericana, la de Venezuela.

¿EL PROBLEMA SERÁ UN PROBLEMA SIEMPRE?

La conformación histórica de los Estados, obedece a distintas configuraciones en la historia social de la humanidad. En ese sentido, para Martínez de Correa (2007),el concepto Estado de Derecho se genera por las críticas a la ideología liberal, tal como se había impuesto a partir de la revolución burguesa, a su expresión jurídico-constitucional, con las primeras Declaraciones de Derecho (Virginia de 1776 - Declaración Francesa 1789), y (las constituciones,