Un Nuevo Paradigma (2005) - Sintesis.
Enviado por klimbo3445 • 8 de Junio de 2018 • 3.076 Palabras (13 Páginas) • 379 Visitas
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Los hechos o comportamientos sociales deben ser definidos por su efecto o su razón de ser objetiva en el funcionamiento de un sistema social y no por su subjetividad.
El tema de la globalización ha adquirido una importancia política central por una razón meramente ideológica: en efecto, todos aquellos que han mencionado y glorificado la globalización han querido imponer la idea de que ningún modo de regulación social o política de una economía mundializada era ni posible ni deseable, puesto que la economía se situaba en un nivel mundial y no existía autoridad capaz de imponer limitaciones a la actividad económica en ese nivel.
La idea misma de globalización conllevaba, en efecto, la voluntad de construir un capitalismo extremo, liberado de toda influencia exterior, que ejercería su poder sobre el conjunto de la sociedad. Es esta ideología de un capitalismo sin límites lo que ha suscitado tanto entusiasmo y tanta protesta.
La larga historia de los capitalismos nacionales está profundamente ligada a la historia general de cada país. Ya no es lo mismo hoy, pues las únicas instituciones poderosas a nivel mundial, los bancos y sobre todo Fondo Monetario Internacional o la Organización Mundial del Comercio, tratan de imponer una lógica económica a los Estados y no objetivos sociales o políticos a los actores económicos. Durante largos años, el entusiasmo por la globalización ha sido contestado sobre todo por los defensores de intereses locales o nacionales y de producciones que tenían necesidad de la protección nacional para garantizar su existencia en competencia mundial: los agricultores europeos y norteamericanos, por ejemplo. A pesar de todo, la Organización Mundial del Comercio se ha reforzado de manera decisiva cuando China ha llegado a ser miembro ella. Y las resistencias locales se han fundido ampliamente en un movimiento planetario de oposición al capitalismo «global» y a la potencia norteamericana que es su principal apoyo. El foro de Porto Alegre ha sido el punto culminante.
La globalización no es definición de una etapa de modernidad, una nueva Revolución industrial interviene en el nivel de los modos de la gestión del cambio que se hizo histórico. Esto corresponde a un modo capitalista enfatizado en modernidad, que no se debe confundir con una sociedad. La guerra pertenece a un universo de competencias de enfrentamientos e imperios, descartando totalmente a las sociedades y sus problemas internos.
Se hace una definición de la Caída del Muro de Berlín a la destrucción del World Trade Center, a una ruptura que le ha puesto fin y que ha hecho triunfar el espíritu de la guerra. El periodo de la globalización ha quedado marcado por la circulación de bienes y servicios, también de obras y prácticas culturales, al igual que de representaciones sociales y políticas. El capital financiero ha tomado dominio ante la globalización, más que por el capital industrial, lo que condujo al estallido de la burbuja tecnológica, pero a su vez a conocido un modo de transformación del mundo de carácter multilateral. Estados Unidos aún no se sentía con el honor de salvar al mundo. Y aquellos que se oponían a la globalización, aun formulando justas críticas, no se percatan que durante ese periodo cuando se afirma la sensibilidad multicultural. Posteriormente en la fase de la política norteamericana, el multiculturalismo es abandonado.
Principalmente, partiendo de la globalización donde muestra que los cambios actuales son tan profundos que nos hacen llegar a afirmar un nuevo paradigma se encuentra sustituyendo al social, así como sucedió con el paradigma político. Se denomina paradigma cultural, que cuenta con estas características:
El individualismo, los derechos culturales, triunfo de la modernidad y el consumismo, el género y la sexualidad femenina y masculina en la sociedad moderna. La influencia de la globalización en la concepción del hombre moderno y ese nuevo paradigma cultural afecta a unas de las minorías más estigmatizadas y silenciosas como son las personas con enfermedad mental. El hombre moderno y los derechos de los enfermos mentales tienen una gran trascendencia en la práctica de la terapia ocupacional psicosocial.
Desde los primeros años la modernización, Occidente describió y pensó la realidad social en términos políticos: el rey, la nación, el pueblo y la revolución. Posteriormente con la revolución industrial, el capitalismo se emancipo del poder político. Empezamos a pensar en clases sociales, riqueza, etc. Actualmente ante una economía global y el individualismo feroz, ha hecho saltar los cimientos de la modernidad. Cada uno de nosotros inmerso en esta producción de masas donde nos esforzamos por escapar de estas fuerzas tan poderosas y tratarnos de construirnos como sujetos de nuestra propia vida. Entonces emerge un nuevo paradigma cultural donde el hombre moderno y sus minorías deben buscar su sitio
Hoy en día estamos inmersos en el paradigma cultural por: el individualismo que permite que emerja un nuevo sujeto que se convierte en actor de su propia existencia y por la defensa de que estos atributos particulares como derechos universales, que Tourine los denomina culturales y Esta visión propia del hombre moderno donde su individualismo adquiere tintes universales que están fuertemente establecidos en las minorías sociales. La Terapia Ocupacional nos ajena este proceso de individualización que se cristaliza en el concepto de identidad ocupacional y trasforma a la ocupación como un proceso subjetivo donde la persona está inmersa en un mundo, que los trasforma desde su presente y en el cual manifiesta la singularidad de su ser.
Las ocupaciones y el significado subjetivo adscrito a ellas son esenciales para el establecimiento de vínculos, el compartir, intercambiar y diferenciarse y, por tanto, para el desarrollo de las identidades. Como es afirmado por Christiansen: “La ocupación es la clave para ser una particular persona, en tanto se crea y mantiene una identidad.”
La ocupación también se construye a través de las experiencias que tiene el individuo, contextualizadas en un tiempo y espacio único. Es un constructo específico personal del individuo, un suceso que no se vuelve a repetir. En esta cerrada conexión entre hacer e identidad, las personas parece ser que se van definiendo por las actividades que realizan, allí es donde se ve proyectado el papel de ocupación. La identidad ocupacional, la conciencia que tenemos de nosotros mismos y nos caracteriza frente al otro nos hace ocuparnos de modo diferente para sí mismo y los demás y está justificada por la experiencia e historia de la persona, nuestra identidad ocupacional es el reflejo del entorno donde ha
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