Una visión de 16 años atrás, en cuanto a los índices de mortalidad

...

Los mexicanos podemos decir que somos una sociedad colectiva deprimida, debido a que nacionalmente tenemos una tasa de 58.13 casos por cada 100, 000 habitantes, equivalente aproximado a 69, 750 casos nuevos detectados anualmente. De esto, me llama la atención el Estado de México, donde la tasa es de 148.9, es decir, 2.5 veces más que la media nacional, entonces ¿Qué ocurre? Esto no es más que el resultado de lo expuesto con anterioridad, debido al alto desgaste que sufre la sociedad en recorrer grandes trayectos para desplazarse al trabajo y hogar, más los elevados índices de inseguridad que también son destacables a nivel nacional, la sobrepoblación de la cual es víctima el estado mexicano, sin menos preciar a la poca remuneración económica por extensivas horas de trabajo y claro, la desatención y cero trabajo preventivo en favor de la salud mental, que vendría siendo casi la “cereza del pastel”, puesto que aunque hay casos de niños detectados con depresión infantil, la mayoría de los casos se presentan en la población adulta.

La plataforma del futuro

Me encanta referirme a la salud mental como la base del mañana porque considero que sólo viéndola desde dicha perspectiva podemos entender la magnitud de la gravedad de desatenderla. Todo parece indicar que los factores de riesgo sociales sólo se potencializan con el pasar de los años, por ello es que tenemos que construir una sociedad fuerte orgánica y mentalmente. Sin embargo, a pesar de que todos corremos el riesgo de en algún momento de nuestra vida padecer un trastorno mental, el porcentaje que decide buscar ayuda profesional para el cuidado y preservación de la salud mental es mínima.

Se presume que para el 2030, los trastornos mentales sean el número uno en el top de morbilidad y mortalidad de nuestra población pero ¿el sector salud está preparado para esto? Así como sucede con el movimiento demográfico, que el reto es grande pero los servicios disponibles son muy pocos y parecen estar tomados a la ligera, el sector salud no cumple con los requisitos necesarios para la atención de los pacientes con trastornos mentales. Tan sólo en la Ciudad de México hay 90 psicólogos y 17 psiquiatras para una población de 9 millones de personas, sin contar los estados y regiones de la República donde estos servicios son completamente inaccesibles.

Estamos en un lapso que en lugar de incrementar conforme a incrementa nuestra longevidad histórica en el planeta, solo vamos en decadencia y es ahí donde necesitamos enfocar la mirada, hacia el horizonte que indica que solo personas mentalmente sanas podremos sobrevivir y hacer frente a tan complejas situaciones futuras pero, ¿Qué clase de cultura tengo con respecto a la salud mental para conmigo misma? ¿Qué hago como profesional de la salud para la promoción y prevención de las enfermedades mentales?

---------------------------------------------------------------

Conclusión

Existen demasiados aspectos que pueden limitar la expansión de la salud mental en la población. Estos puedo nombrarlos como factores políticos, sistema de salud y cultura.

Cuando me refiero a factores políticos, hablo de la completa falta de equidad económica, de la marginación y discriminación en la cual se maneja el sector empresarial y la violencia cotidiana vivida a plena luz del día. Entonces el reto político podría establecerse en los factores que determinan la estabilidad mental de la sociedad: reducción de la violencia, calidad de vida y el mantenimiento del orden común, simplemente, se resume a la acción de cumplir y cuidar los derechos humanos.

Por otro lado, el sector salud en relación con la salud mental se encuentra débil y deficiente. No sólo por el hecho de tener poco personal especializado y calificado para el manejo y control de las mismas, sino que el campo de acción que se está abarcando va en dirección única y exclusivamente hacia el tratamiento y la rehabilitación (en el caso de que esta pueda aplicarse) pero hay un completo abandono hacia el primer nivel de atención y no se lleva a cabo ni a la promoción de la salud mental ni la prevención de las enfermedades mentales.

Y bien, si no existe un fomento y difusión desde el departamento primordial (sector salud), la población difícilmente apropiara a la salud mental y el mantenimiento de la misma como suya.

Fuente bibliográfica

Fuentes, M. L.; Arellano, S. (2016). “Salud Mental: la agenda invisible”. Artículo de la revista electrónica México Social, recuperado el 11/02/17 de http://mexicosocial.org/index.php/secciones/especial/item/1208-salud-mental-dimensiones-y-retos

Macías, V. (2013). “Para el 2030 ciudad de locos”. Artículo de periódico electrónico El Economista, recuperado el 11/02/17 de http://m.eleconomista.mx/distrito-federal/2013/05/09/2030-ciudad-locos