PATOLOGÍAS DE OÍDO EXTERNO APÉNDICE PREAURICULARES
Enviado por Gabhy • 7 de Abril de 2019 • Apuntes • 14.380 Palabras (58 Páginas) • 743 Visitas
PATOLOGÍAS DEL OÍDO
Integrantes: Valentina Aedo
Romina Montesinos
Gabriela Rail
Docente: Ana Cancino
Asignatura: Evaluación Audiológica
Valdivia, jueves 06 de julio de 2017
[pic 2]
PATOLOGÍAS DE OÍDO EXTERNO
APÉNDICE PREAURICULARES
Los apéndices preauriculares son tumoraciones congénitas cutáneo-cartilaginosas de forma nodular, ovoide, sésil o pediculada; son una anomalía común de los arcos braquiales y resultan de una morfogénesis redundante de las seis proliferaciones auriculares mensequimatosas esperadas, localizadas en los extremos dorsales del primer y segundo arcos faríngeos (hay tres sobre cada arco), que ocurre entre las dos y las seis semanas de gestación (Pérez et al., 2007)[pic 3]
Etiología
La fuerte asociación con el antecedente familiar del padecimiento y con la consanguinidad entre los padres sugiere que los apéndices preauriculares, como malformación congénita aislada, pueden tener un componente hereditario (autosómico dominante); sin embargo, es probable que algunos factores ambientales, como la diabetes mellitus de inicio pregestacional, jueguen algún papel en el origen de esta anomalía, lo que de comprobarse reforzaría la hipótesis de que la heterogeneidad genética se relaciona con el desarrollo de esta malformación (Pérez et al., 2007).
Fisiopatología
La realización de un completo árbol genealógico es relevante, debido a que las fositas y mamelones preauriculares pueden formar parte de los denominados “síndromes de anomalías congénitas múltiples”. Entre ellos se destaca el síndrome branquio-oto-renal y las fositas preauriculares pueden constituir el único
signo. Se trata de un desorden autosómico dominante, con alta penetración y expresión variable. El gen afectado se ha localizado en el brazo corto del cromosoma ocho. En esta patología está indicado el pedido de ecografía renal, porque el 66 % de los niños se observan anomalías renales; asimismo, se debe evaluar la audición ya que en el 89% de los casos se asocia a diferentes grados de sordera.
Sintomatología
Desde el punto de vista clínico, los senos preauriculares siempre están presentes desde el nacimiento y en general permanecen asintomáticos, pero pueden eliminar un material caseoso (aspecto de queso seco) o complicarse con infección, más comúnmente por estafilococos, pero también por proteus, estreptococo y peptococos. Son signos de infección la presencia de edema, eritema, dolor y descarga de material purulento (Cuervo, 2012).
Tratamiento
El tratamiento consiste en su extirpación, y si bien la mayoría de los pediatras prefiere diferir la cirugía, su extracción podría programarse inclusive durante el periodo neonatal. Sin embargo, cuando estas malformaciones se fusionan con el pabellón auricular (delgada lámina amarilla y fibrocartilaginosa verdadero armazón de la oreja), es aconsejable diferir la operación hasta que se complete el crecimiento del cartílago (4 años).
Anamnesis
Paciente refiere eliminación purulenta desde apéndice, con un poco de molestia e inflamación de la zona.
Otoscopía
En la otoscopia se observa una protuberancia de piel que se ubica frecuentemente frente al trago, por lo que el conducto auditivo externo y membrana timpánica se encuentran normales.
Acumetría
Prueba RINNE positivo, mientras que la prueba WEBER lateraliza hacia ambos oídos (Boix, 2013).
Rinne
256
512
1024
Weber
256
512
1024
FISTULA PREAURICULARES
Según Navarro (2012), las fistulas preauriculares aparecen como una mínima hendidura unos milímetros por delante de la raíz del hélix, en ocasiones de presentación bilateral, pueden permanecer asintomáticas durante años o debutar como supuración persistente o bien como un absceso preauricular [pic 4]
Etiología
La fístula preauricular, que está estrechamente relacionada con la embriología de la oreja, se forma entre la cuarta y la octava semana del desarrollo embrionario. Esta anormalidad congénita se produce por una falla en la fusión de los derivados de los arcos branquiales 1 y 2, se ubican por encima del trago y por delante del hélix, no producen pérdida auditiva.
Fisiopatología
El tejido derivado de ambos arcos desarrolla dos pares de montículos auriculares (tres montículos sobre el borde inferior del primer arco y tres montículos sobre el borde superior del segundo arco), separados entre sí por el primer surco branquial. Cada uno de estos montículos contiene mesodermo y una cubierta de ectodermo. La unión de estos seis montículos da origen a la oreja. Se considera que las fístulas preauriculares se forman por atrapamiento de ectodermo, en el espesor del mesodermo, durante el desarrollo del pabellón auricular. Por eso, estos senos a pesar de su proximidad anatómica no dependen directamente de una evolución anormal o de persistencia de elementos branquiales; por tanto, no constituyen verdaderas anomalías branquiales
Sintomatología
La mayoría de los casos son asintomáticos. Sólo un tercio de los pacientes son conscientes de sus malformaciones. Una vez que las lesiones se hacen evidentes, los pacientes se tardan en consultar aproximadamente 9.2 años; algunos de los casos llegan a ser vistos en la edad adulta debido a que al inicio las fístulas preauriculares suelen ser asintomáticas. Pueden manifestarse, en forma crónica e intermitente, con drenaje de material purulento a través de la abertura del hoyuelo, lo que predispone a la infección y, en algunas ocasiones, a la formación de abscesos. Una vez ocurrida la infección, se producen cuadros recidivantes. Pueden complicarse con celulitis facial o con ulceraciones próximas a la oreja. Su anatomía es variable. El orificio cutáneo data desde el nacimiento y permanece con un fino trayecto que puede terminar en forma ciega o dividirse en un ramillete de pequeños quistes, que están en íntimo contacto con el pericondrio de los cartílagos auriculares. Es posible que estas pequeñas dilataciones quísticas resulten de la acumulación de material secretado por el epitelio de la fístula.
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