Perfil del pediatra

CÁTEDRA DE VIDA UNIVERSITARIA

PRIMERA ACTIVIDAD: PERFILES MÉDICOS

Estudiantes:

Andrés Serpa

Juan Diaz Flórez

Keren Manchego

Manuel Arrieta

Sofía Suárez

Santiago Barrios

Presentado a:

Yolima Gómez Medina

UNIVERSIDAD DE SUCRE

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

PROGRAMA DE MEDICINA

SINCELEJO

2023

PERFIL DEL MÉDICO PEDIATRA

La pediatría es la especialidad médica enfocada al cuidado de los niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. Esta especialidad se enfoca en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades y lesiones que pueden ocurrir durante la primera infancia, infancia y adolescencia.

Un médico pediatra se encarga de supervisar continuamente a los niños a través de la atención preventiva, además de darle tratamiento y seguimiento a enfermedades agudas o crónicas que se pueden presentar. Esto le permite al especialista monitorear tanto la salud física, como la emocional y mental de los niños en diferentes etapas de la vida, como lo son: los recién nacidos (0 a 6 días), los neonatos (7 a 29 días) y los bebés lactantes (1 a 2 meses); además del Jardín de infancia (3-5 años), la escuela (6-12 años), la pubertad (13-15 años) y la adolescencia (16-18 años). También brindan atención a bebés prematuros según el requerimiento.

Para que un pediatra realice su trabajo de forma adecuada, es necesario que este maneje ciertas habilidades, valores y virtudes, que más allá de motivarlos a que usen sus conocimientos y los comuniquen a sus pacientes adecuadamente, les ayudarán a disfrutar su trabajo y llevar una mejor relación médico-paciente.

Dentro de las habilidades que deben tener entran las siguientes:

• Ser buen comunicador: para un médico pediatra la observación y la escucha son de vital importancia al momento de comunicarse puesto que esta es una especialidad en la que el pediatra debe entender al niño y trabajar en conjunto con los padres. Más de la mitad del trabajo es guiar y dar concejos y recomendaciones a los adultos responsables, para así garantizar que se le dé un buen seguimiento al menor.
• Traducir y entregar los mensajes: al conocer con más detalle el comportamiento y forma de ser de los niños, el profesional debe servir de puente comunicador entre el niño y sus familiares, ya que es capaz de marcar una gran diferencia en la vida del niño al entenderlo y ayudarlos a ser escuchados.
• Ser capaz de entender los detalles: ser capaz de notar el comportamiento no verbal de los niños y lo que se comunica a través de este es crucial, ya que el infante en ocasiones no se expresa de forma clara por falta de vocabulario apropiado o porque no se encuentra bien emocionalmente para hablar. Así que prestar atención a los detalles contribuye a que el profesional identifique una patología seria de lo cotidiano sin dejar de lado los síntomas poco comunes.
• Ser capaz de hacer muchas cosas al mismo tiempo: los pediatras deben acostumbrarse a hacer simultáneamente actividades como conectar asertivamente con los niños, realizarles exámenes y procedimientos y comunicar información a los padres, es decir, deben ser multitareas.
• Tener perspectiva: aunque es cierto que hay especialidades dentro de la pediatría que se ocupan de abogar por las necesidades de los niños en edades específicas, los pediatras generales deben tener en cuenta que atienden a todo tipo de niños por lo que prestar atención al contexto socioeconómico, educacional y cultural en el cual se encuentran sus pacientes y saber que cada familia tiene problemas diferentes, es de vital importancia al momento de hacer su trabajo.
• Estar dispuesto a seguir aprendiendo: el ámbito de la salud es un campo dinámico por lo que un médico debe comprometerse a seguir aprendiendo conforme a la ciencia y tecnología avanza para así aplicar nuevos conocimientos, además de que necesitan entender cómo los problemas sociales afectan la salud de sus pacientes.
• Ser jovial de corazón: al tratar con los niños es natural que llegue el momento en el que el profesional disfrute también jugar como lo hacen éstos. Se puede afirmar que ser pediatra y tener una actitud jovial van de la mano y hacen que el trabajo sea más disfrutable.

Estas habilidades deben estar acompañadas de los siguientes valores y virtudes:

• Responsabilidad: un pediatra debe cargar con la responsabilidad de los procedimientos que haga con el menor y con todo aquello que le comunique y recomiende a los padres, ya que de esto depende la calidad del servicio que se le brinde al paciente.
• Asertividad: esta virtud sirve mucho al momento de conectar con el niño y hacer que éste se sienta cómodo para que así pueda comunicarse sin tener temor en la consulta.
• Empatía: es un valor que le permitirá al doctor ponerse en los zapatos de su paciente, lo cual le ayudará a entender mejor por lo que está pasando el niño y así darle atención especial y personalizada.
• Paciencia y tolerancia: al tratar con menores es importante contar con estos valores para mantener la compostura y la calma en ocasiones en las que el niño se encuentre estresado y el padre no sepa cómo actuar, además, para mantener el control en situaciones así el medico debe saber que no es culpa del menor actuar de ciertas formas, pues este aún no es capaz de controlar sus emociones.
• Respeto: este valor debe ser practicado al momento de dar las recomendaciones y concejos, en caso de que los padres no estén de acuerdo con algún procedimiento, el especialista debe respetar su decisión y buscar alternativas que permitan que lo que se deba hacer tenga buenos resultados de estudio.
• Confidencialidad: esta es vital en la relación médico-paciente pues no se deben mezclar los problemas que tienen familias diferentes, cada paciente vive un contexto distinto, así que debe tratarse por medio de procedimientos según lo requiera el menor. Además, la información tomada para determinar los estudios a hacer debe ser confidencial y solo la familia es la que autoriza este conocimiento.
• Relaciones profesionales: el pediatra debe mantener una actitud netamente profesional con sus pacientes y abstenerse de dar concejos subjetivos a los padres, todas las recomendaciones deben darse según lo requiera el niño.
• Sabiduría y honestidad: es importante ser sabio al momento de comunicar cualquier resultado a los padres, pero hay que tener en cuenta que todo lo afirmado debe ser de carácter veraz para que así no se genere ningún tipo de confusión con el trato que debe dársele al paciente.

Sumando todas estas capacidades y fortalezas el perito se hace cumplidor de varias labores en el ámbito de los servicios dados al menor, siendo este su población objeto y campo de estudio. Un médico pediatra contribuye grandemente al desarrollo de la sociedad al cumplir con funciones que impulsan a que en un futuro existan cada vez más jóvenes sanos puesto que si los niños crecen sanamente, se asegura la salud futura del grupo social. Esto se logra por medio del trabajo que cumple cada especialidad pediátrica, como los que se muestran a continuación: