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Actividad de Aprendizaje Resumen

Enviado por   •  6 de Agosto de 2018  •  Apuntes  •  2.299 Palabras (10 Páginas)  •  1.614 Visitas

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NOMBRE
Pablo Reyes Hernández

MATRICULA
98218

GRUPO
N051

MATERIA
Ética Profesional

DOCENTE
Dra. María Amparo Fernández López

NUMERO Y TEMA DE LA ACTIVIDAD
Actividad #2 Resumen: La convivencia Ética

CIUDAD Y FECHA
Villahermosa, Tabasco a 16 de abril del 2018.

¿Por qué la persona humana es considerada un ser relacional y qué implicaciones tiene esto?

La persona humana es un ser relacional. La relación entre el individuo y la sociedad es muy estrecha. El ser humano no existe sin la relación que mantiene con los demás que le rodean. Es un ser social que, por más que a veces insista en no desear ni necesitar la compañía de sus congéneres, la requiere como algo fundamental. Se han visto innumerables casos de gente que, estando aislada, disminuye gran cantidad de capacidades mentales y neurológicas, e incluso su capacidad de reconocerse y distinguirse a sí mismo se ve socavada.

Establecemos relaciones “uno a uno” con los demás y formamos vínculos con los grupos sociales a los que pertenecemos, y para lograr comprender cómo ocurren estas relaciones podemos explorar la forma en que se establecen mediante ritos, tradiciones o fórmulas de cortesía. A través del estudio y conocimiento de estas tradiciones, costumbres, términos lingüísticos y muchos otros elementos, podemos comprender qué cosas son las que tienen valor para un grupo determinado. Aquí la Antropología juega un papel importante para la comprensión y el establecimiento de las normas éticas.

Por otro lado, la sociedad existe para servir a las personas, y no al revés. Es importante entender esto porque a veces parece que las personas se vieran obligadas a mantener funcionando, de manera obligatoria, ciertos sistemas sociales, como si el ser humano fuera su sirviente y no al revés.

La sociedad se ha convertido en una condición esencial para que la vida humana surja y continúe. La razón es que somos el otro: cada ser humano está en estrecha relación con sus semejantes. Martin Buber así lo expresa cuando habla de que el ser humano, si bien ha creído estar solo, sin dios, en varias etapas de su vida, se tiene a sí mismo. Solamente en el reconocimiento del yo en el otro es que me llamo persona.         Así, atribuimos dignidad personal o valor a las personas debido a que en la relación que cada uno de nosotros mantiene con los demás existe la presencia de otra persona. No podemos simplemente abstraer lo que se llama “la persona”. Estamos hablando de una realidad en la que las personas entran en la experiencia, la aspiración, el sentido del yo, de los demás.

¿Qué es el bien común y cómo puede ayudar a construir relaciones interpersonales armoniosas?

 Muchas de nuestras decisiones se basan en lo que está bien para nosotros, pero no tomamos en cuenta si esa decisión que nos conviene es también algo conveniente para los demás. Aquí debemos hablar del concepto del bien común, aquello que beneficia a la sociedad como un todo, en contraste con el bien privado de individuos y de sectores reducidos de la sociedad. Si bien no se ha trabajado siempre bajo el mismo concepto, la idea del bien común existe desde la era de las antiguas ciudades-estado griegas, y su uso se extiende hasta la filosofía más reciente. Platón lo abordaba en sus trabajos, y Cicerón hizo de este tema uno de sus estandartes favoritos en sus famosos Discursos.

A grandes, rasgos podríamos decir que el bien común se define como ciertas condiciones generales que son igualmente ventajosas para todos. La noción del bien común ha sido un tema constante en la filosofía y la ética de occidente a lo largo del tiempo, sobre todo en la obra de personalidades como Aristóteles, Santo Tomás, Maquiavelo y Jean-Jacques Rousseau.

En la Edad Media el concepto de bien común estuvo en gran medida supeditado a las enseñanzas teologales, y en realidad bajo los sistemas económicos feudales era difícil que el concepto floreciera de otra manera.

El bien común, entonces, consiste principalmente en hacer que los sistemas sociales, las instituciones y los entornos de los que todos dependemos funcionen de una manera que 9 beneficie a todas las personas. En los entornos donde esto no sucede surge la corrupción, pues se ha movido un componente social importante para que funcione solamente en beneficio de unos cuantos.

Como podemos ver, el bien común a veces requiere de acciones muy importantes, como interesarse en la política y tratar de participar activamente en ella, en lugar de simplemente mirar hacia otro lado cuando no nos gusta lo que vemos, en lugar de cambiarlo. La búsqueda del bien común debería impactar todas las decisiones que tomamos en nuestra vida personal, familiar, vocacional, financiera, congregacional, comunitaria y pública. Son esas elecciones individuales y comunitarias, desde cómo criamos a nuestros propios hijos hasta cómo nos relacionamos con nuestras comunidades locales, o el aceptar nuestra responsabilidad para elegir a nuestros gobernantes.

¿Cuáles son las principales actitudes éticas que se ponen en juego al practicar nuestras relaciones interpersonales?

Como hemos visto, la convivencia entre las personas puede llegar a ser difícil, y como decía Maquiavelo, hacen falta hombres virtuosos para que esto suceda. Los hombres a los que se puede llamar de esta manera son los que poseen las siguientes cualidades morales.

Lealtad:

La lealtad es una actitud ética muy valiosa porque significa que, sin importar lo difícil que 12 sea, prevaleceremos en apoyar una causa que creemos justa, que nos quedamos de pie junto a la gente y las cosas que amamos y consideramos valiosas para nosotros, incluso en los momentos más oscuros.

Solidaridad:

La solidaridad es la idea de que todos juntos podemos lograr algo importante. Recupera la noción de que es mejor trabajar por un bien común que por uno individual, y para que esto ocurra la solidaridad incluye la idea de que debemos valorar a nuestros semejantes y respetar quiénes son como individuos, para así trabajar codo a codo con ellos.

Tolerancia:

Para que en verdad la tolerancia exista, debemos, en verdad, aceptarnos unos a otros. Esto significa, en primera instancia, conocernos a nosotros mismos, aceptarnos con todo y nuestros defectos, y desde esta base podremos aceptar y respetar a todos los demás. Pero, además, la tolerancia implica que, aunque no estemos de acuerdo con las ideas de los demás, no debemos ofenderlos o discriminarlos. Simplemente, se trata de ideas con las que no concordamos, así que no discriminaremos o haremos menos a alguien solamente porque en algo no piensa igual a nosotros. Le trataremos con respeto y cordialidad, aunque sus ideas no sean como las nuestras.

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