CASO INDIVIDUAL: EFECTO PIGMALIÓN

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- Desde el reclutamiento de los vendedores, jefes de ventas, seleccionar aquellos con los que podemos llevarnos mejor y quienes tengamos mejor química.

- Incorporar a mis nuevos talentos con los mejores jefes de venta.

- Cuidar mucho mi lenguaje corporal y lo que transmito a mi equipo comercial.

- Motivarlos, formarlos constantemente.

- Manifestar constantemente mis altas expectativas que tengo hacia el equipo.

- Preocuparme constantemente por mi desarrollo profesional, de forma que cada día pueda convertirme en un mejor guía – referente para mi equipo de trabajo.

- Utilice un lenguaje positivo. “sé que puedes hacerlo”, en lugar de “espero que puedas hacerlo”; “Siempre creí en ti” y no “Temía que me decepcionaras”; “Este es un buen comienzo” en lugar de “Necesitaremos corregir esto en el futuro”.

- Brinde retroalimentación positiva, que remarque sus fortalezas.

- Conocer a fondo las aptitudes de sus subordinados y de los recursos empresariales con los que cuenta

- ¿QUÉ APRENDIÓ DEL TRABAJO?

El aprendizaje que me deja este trabajo sin lugar a duda es en primer lugar, tener mayor confianza en mí mismo. Tener el pleno convencimiento de que soy capaz de lograr los objetivos que me planteé; que, si me lo propongo y mi esfuerzo constantemente, alcanzaré mis objetivos.

Otra de las enseñanzas de la lectura, es la gran responsabilidad que tengo en la actualidad como líder de un equipo comercial, en el desarrollo positivo de mi equipo de trabajo. Soy la persona que debe influenciar positivamente en las conductas, habilidades de todos los que integran mi equipo de ventas.

Responsabilidad que pasa, por tener la capacidad de transformar las creencias negativas en positivas, en desarrollar vendedores y jefes de ventas de éxito, no tan solo como un Pigmalión positivo, sino también aplicando con cada uno de ellos un estilo de liderazgo situacional.

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